Liam.
Me quedé un par de segundos admirando a la mujer en la que se había convertido Tara, sabía que, no me haría una fiesta de despedida o que saltaría a mis brazos en cuanto me viera, pero pensé que, por los momentos compartidos, al menos, me regalaría una sonrisa.
Fui tras ella, pero un idiota se interpuso en mi camino.
—Aléjate de ella.
—Siendo su compañero será difícil. —Incliné un poco la cabeza para poder ver al imbécil a los ojos—. Además, no te importa lo que pase entre ella y yo.
El idiota se acercó a mí de manera amenazante, pobre, si supiera que, los tipos como él me los como de desayuno.
—Sé perfectamente que, Tara es capaz de mandarte a la mierda con un solo golpe, pero es la nena del departamento, no dejaremos que se ensucie las manos.
—Deberías meterte en tus propios asuntos —le advertí apretando los dientes, no me iba a resistir y terminaría tumbándole los dientes.
—Sam, basta —intervino un desconocido.
El idiota retrocedió y alzó las manos.
—Te tendré vigilado —declaró antes de marcharse.
El recién llegado me miró:
—Tara es muy importante en la unidad, se ha ganado el corazón de todos, no solo en este piso, sino en todo el lugar.
—Ella tiene esa cualidad. —Sonreí recordando lo popular que era en la academia.
—No me malinterpretes, soy amable porque es mi trabajo, pero tampoco me agradas.
—Te avisaré cuando eso ocupe un papel importante en mi vida. —Le lancé una mirada al recién llegado y añadí—. Debo irme.
—Adelante.
Seguí mi camino y busqué con la mirada a Tara, no fue difícil encontrarla, pues, estaba en su escritorio tecleando con fuerza.
El lugar frente a ella estaba libre y supuse que, ese sería mi lugar de trabajo.
—¿Puedo sentarme aquí? —indagué con cautela.
Tara, alzó la mirada, pero rápidamente, la bajó y regresó a lo suyo.
—Adivinaste, es tu puesto de trabajo.
—¿Podemos hablar? —supliqué con el corazón latiendo con fuerza.
—No tenemos nada de que hablar —concluyó ella.
—Han pasado varios años, podemos ponernos al día...
—No me interesa saber nada de ti, lo que pasó entre nosotros es cosa del pasado. —Hizo una pausa como si tuviera que asimilar lo que estaba diciéndome—. Lo mejor es enfocarnos en el presente y trabajar.
Asentí.
No parecía ser nada, pero en realidad, era un enorme paso, era un poco difícil que entendiera por qué solo me fui, sin hablarle del pasado.
Aunque, acababa de llegar, lo mejor era ir despacio, con calma.
Las horas se fueron pasando y estaba realmente aburrido de no entrar en acción, mientras Tara solo estaba sentada frente a su computadora redactando informes.
De pronto, alguien la llamó.
—Tara. —Ella levantó la cara y yo busqué quién la había llamado. Era Sam, el idiota—. Tenemos un caso.
No dijo más solo se dio la vuelta y se marchó.
—De acuerdo. —Se puso de pie y yo hice lo mismo. Me miró y me preguntó—. ¿Tienes auto?
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Elígeme otra vez
ActionTara Castillo, perdió a sus padres a temprana edad y de forma muy misteriosa. Eso la había motivado, a inscribirse en la academia de policías; para posteriormente ser detective e investigar la trágica muerte de sus padres. En sus planes nunca estu...