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IMI | ❝ La vida no es un cuento de hadas, pero escribir sobre nosotros como si lo fuera, hace que recuerde la poca humanidad que me queda.❜❜
ㅤ⠀ ⠀⠀𝙀𝙉 𝘿𝙊𝙉𝘿𝙀 Suguru Geto le escribía cartas a su mejor amigo...
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“ Para: Gojō Satoru, cuando algún día leas esto.
Nunca tuvimos un baile, ¿no? Estábamos demasiado centrados en la escuela y en nuestro cometido como hechiceros como para podernos permitir relajarnos de esa forma. Aunque, más bien, sí tuvimos oportunidad pero nunca me atreví a dar el paso. Tú eras alguien ante mis ojos que en ningún momento parecía que iba a caer a los pies de otra persona. Es decir, jamás amarías románticamente. Así que me di por satisfecho con tener solo tu amistad en aquel entonces. Bien, quiero escribir algo por muy vergonzoso que se vea. Quiero escribir lo que podría haber sido nuestro primer baile. Tú y yo.
Pero primero, déjame mentalizarme antes de escribir nada. No estoy acostumbrado a hacer estas idioteces de adolescente enamorado; apuesto a que tú has escrito historias para niños de lo más extrañas y absurdas.
Por nada del mundo te rías de lo siguiente, te conozco.
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« Nuestras miradas se cruzaban, fugaces, en busca de un mínimo de atención el uno al otro. Yo parecía desinteresado, y es que lo estaba, los bailes y la música tan ajetreada no eran lo mío. Sin embargo, tú me mirabas cada vez que podías, divertido ante como me recargaba en la pared con un vaso entre las manos lleno de bebida que apenas habían probado mis labios. Shoko nos había invitado a una pequeña fiesta llena de humanos sin energía maldita, y yo, en ese momento todavía no había sacado mi odio ni había tachado la idea de protegerlos.
Trataba de evadir cada vez que podía esos orbes azulados, fingiendo que cuando me pillabas viéndote, simplemente era para asegurarme de que no hicieras ninguna tontería que estropeara la alegría del ambiente. Tú solo te limitaste a mostrarme el pulgar en una de mis observaciones, confirmando que estabas de maravilla. Qué idiota. Pero igual sonreí con levedad ante tu gesto, devolviéndolo. Como si aquello hubiera sido una señal, te me acercaste a pasos lentos. ¿Tratabas de torturarme de esa forma? Solo conseguirías que me alejara, pero no podía. Simplemente te miré extrañado.
Y ahí estabas, frente a mí con un vaso de zumo puesto que el alcohol no lo tolerabas. Curioso cuanto menos, pero lo adoraba.
"Hey, Suguru." Me dijiste con la voz llena de energía, alta, tratando de sobrepasar la música que retumbaba en el pequeño lugar. Asentí como respuesta, a lo que tú me rodeaste con el brazo por encima de los hombros.
"Es una ocasión perfecta para bailar, ¿por qué no te animas?" Parecías entretenido ante mi semblante neutral, pero ya habías captado mi sonrojo, ¿verdad? Aparté con molestia tu extremidad, fingiendo fastidio. "No me gusta bailar." Me excusé de forma vaga, no buscando algo más rebuscado. Una carcajada que a pesar del ruido, fui capaz de oír. Sin ser consciente, ya me encontraba sonriendo.
"Venga, no seas aguafiestas. Bailemos tú y yo, solo una vez." Casi en tu rostro podía contemplar un puchero, como un niño pequeño. Y es que como negarme a ti. Acepté, tomando tu mano con un coraje que jamás pensé que tenía y te arrastré conmigo, no sin antes dejar las bebidas.
En medio de la pista, tú y yo.
Sonriendo como bobos, pensábamos que bailar en pareja con algo tan animado. A lo lejos, Shoko nos vio y como si fuera un rayo, llamó al encargado de la música para colocar una canción suave. Maldita sea.
Una mano templada tomó mi otra mano, mientras que la otra pasó por mi cintura. Tras tus lentes negras, podía jurar que vi algo extraño, algo que no podrías explicar con palabras. Yo no dije nada, sí hablaba solo soltaría incoherencias por la cercanía y el tacto que sentía. Me dejé llevar por tus torpes movimientos, dándome cuenta que ninguno de los dos teníamos experiencia en esa clase de bailes. Pero lo disfrutábamos. Solo éramos nosotros en ese momento, sintiendo nuestros cuerpos y el calor que irradiaban con puro amor al ritmo de la canción. »
