There is someone else in the cemetery [TaeGi]

•7• "Rites"

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El sonido de las pieles chocando, suspiros, jadeos y gemidos tanto agudos como graves cortaban de tajo con el silencio característico de un cementerio.
TaeHyung luchaba para mantenerse despierto mientras sentía como su cuerpo estaba excesivamente caliente solo teniendo un poco de alivio cada que YoonGi saltaba sobre el.

El ocultista mantenía la mirada fija en nuestro protagonista quien visiblemente incómodo trataba de apartar la vista pero siendole imposible. Algo en los ojos negros de YoonGi le hacía mantener la vista en ellos.

- ¿Qué pasa Tae?... ¿No estás feliz? -. Preguntó con descaro sin dejar de saltar sobre su pene. - Pensé que estarías alegre de que yo saltará sobre tu pene insulso -.

TaeHyung no respondió a sus provocaciones, hacía tiempo que había dejado de pelear pues era inútil hacerlo. Cada que intentaba soltarse de sus ataduras o sacarse al otro tipo de encima, una presión en el pecho le obligaba a quedarse recostado.

- Vamos, dame una sonrisa... -. Con una de sus manos tomó el rostro de Tae e intento que formará una sonrisa deformando sus labios. - Siempre he dicho que tienes una muy linda sonrisa, cuando seas completamente mío haré que sonrías eternamente... -.

TaeHyung le miró confundido, no sabiendo a qué se refería más no necesitaba saberlo para sentirse asustado de ello. Su entrepierna comenzó a cosquillear, estaba a punto de correrse por lo que su pene se hinchó un poco y comenzaba a tomar un tono rojizo por el esfuerzo.
YoonGi comenzó a saltar más rápido soltando gemidos fuertes mientras apoyaba sus manos en su pecho y le rasguñaba ligeramente la piel, no tardó mucho más en correrse dentro del ocultista quien lo recibió todo sin objeción.

Entonces una corriente te calor abrasó el interior de TaeHyung, haciéndole gritar de dolor al sentir como si se estuviera quemando. Lloró amargamente entre gritos mientras YoonGi volvía a recitar:

"Concipe voluptatis, doloris et carnis, hanc oblationem quam tibi daturus sum, accipe voluptatem meam ac dolorem tuum pro meritis tuis mercedem. Da mihi votum meum vicissim tibique iurabo tibi, ero maximus servus tuus, teque in aeternum celebrabo".

Una niebla densa les cubrió a la par que las velas fueron apagadas de golpe dejándolos a oscuras. Mientras una voz ajena a ambos recitaba:

"Orationes tuae sunt respondit".

Y por segunda vez todo fue negro para él, se había desmayado.

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