Parte 2

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Cuando Kathy emergió de la espiral, era la mitad de la mañana, y ella sabía el tercer "mensaje secreto".

"LOS HOMBRES SABEN MAS", ella lo escribió en la caja de texto, y la app emocionadamente la felicito por otro éxito.

"Has ganado uno de tres aumento de pecho!" le dijo. "Encuentra dos mensajes más para tener unos nuevos melones!"

Ella frunció el ceño. Ella no quería una operación de busto-aunque apreciaba el costo de la operación era significativamente un premio más grande que los últimos dos. Quizás si ella se los ganaba, podría venderlos por algo más.

Kathy había despertado en el piso de su sala. Había un plato y un vaso cerca de ella-aparentemente se había alimentado de nuevo durante el trance. Las cortinas del patio de frente estaban abiertas, y Kathy se sonrojo mientras se daba cuenta que alguien caminando podría ser capaz de ver su cuerpo desnudo.

La puerta de frente estaba abierta, también. Kathy había salido durante su trance? ¿Alguien había entrado?

Ella sabía que la que la reacción normal a esto sería cerrar las cortinas, cerrar la puerta-y luego tirar su teléfono y nunca ver la espiral de nuevo. Pero Kathy se encontró curiosamente reacia de asegurar su casa-y en vez de eso se fue atrás del sillón de su sala, donde estaría fuera de la vista de la ventana, y miro el teléfono de nuevo.

Parte de ella quería volver a ver la espiral, y perderse una vez más en las palabras. Pero ella vio que tenía cinco mensajes en su teléfono, así que reviso que decían.

Eran todos de Mitch-y Kathy se sonrojo mientras recordaba como anoche le envió a Mitch una foto desnuda de ella, con una zanahoria llenando coño. (¿Donde estaba la zanahoria? ¿Acaso... se la había comido? ¿Había lamido sus propios jugos vaginales, y luego se la comió? Confusos recuerdos sugerían que quizás lo había hecho.)

Los mensajes decían, en orden:

· ¿Porque carajos me mandas esto?

· Te ves como una puta puerca. Deberías estar asqueada de ti misma.

· Pellízcate el clítoris para que te duela, puta estúpida.

· ¿Estás ahí Kathy?

· Quédate ahí, voy a verte.

Kathy miro los mensajes, y gimio.

"Los hombres saben más," susurro para sí misma. "Soy una puta. Necesito obedecer."

Ella sabía que Mitch no le había dicho que se pellizcara el clítoris. O al menos pensó que lo hizo. Era la app, probablemente-pretendiendo ser su amigo. ¿Pero también era la app quien le dijo que era una puta puerca? ¿O era la reacción de Mitch?

O quizás Mitch le había pedido una foto desnuda anoche, y estaba sorprendido y el "Porque carajos" era la app jodiendo con su mente. Quizás Mitch quería verla pellizcándose el clítoris. Quizás él estaba encantado por descubrir lo pequeña perra que se había convertido de repente.

No importaba. Mitch sabia más. Ella tenía que obedecer. Ella se pellizco el clítoris, duro, para que doliera, y gimió mientras lo hacía.

¿Cuánto tiempo tenía que hacerlo? ¿Cuándo podía parar?

Ella podía parar cuando Mitch llegara, obviamente. Si se lo permitía. Dolia-dolia mucho, pero se lo merecía. Era una puta puerca. Mitch había dicho eso, y Mitch sabia más. Ella debería estar asqueada de ella misma.

El dolor la ponía aún más húmeda. Ella no podía pensar con claridad. No podía concentrarse.

Ella saco la app, y volvió a la espiral.

Mensaje SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora