Desde el momento que Kathy entro por la puerta principal de la oficina, ella sabía que su carrera en esta lugar en particular estaba acabada.
Nadie nunca sería capaz de olvidar la vista de ella, con las tetas desnudas, con el coño desnudo, amordazada y esposada, con semen escurriendo de su hoyo para coger. Estas personas nunca la respetarían de nuevo, incluso si se encargaba de escapar de la esclavitud de la espiral.
Ella miro a sus compañeros de trabajo, algunos con los que había trabajado durante años, mentalmente reclasificándola de "persona" a "cerda", y sonrojándose, y deseando que su coño no estuviera tan traicioneramente mojado.
La voz de su padre le hablaba brevemente en sus oídos, con un tono frio y despectivo. "No tengo una hija. Tengo un coño." Y ella se hizo para atrás, porque sabía que era verdad.
"Kathy! ¡Dios! ¡A mi oficina, ahora!" La voz de su jefe sonó por la habitación. Richard Salk era un hombre alto, rechoncho, calvo, pero con una barba poblada, un hombre que solía hacer las cosas a su manera. Él tenía una esposa e hijo, a quien Kathy había conocido, pero él no escondía la apreciación de la vista de una linda empleada como Kathy.
Kathy chillo, y corrió hacia la oficina del Sr. Salk. El cerro la puerta detrás de ella mientras entraba, dándole un bendito nivel de relativa privacidad.
"¿Que carajos es esto, Kathy?" pregunto el, mirando su cuerpo expuesto. "¿Primero me envías tus fotos desnudas, luego te presentas a trabajar así?"
Kathy tenía un dildo en su boca. No podía decir nada.
"Si querías cogerme, Kathy, solo tenías que pedirlo," dijo su jefe. "¿Esto es un poco extremo, no lo crees?"
Kathy aun no podía hablar.
El Sr. Salk sonrió. "Aun así," dijo el. "Me gusta." El estiro su mano y apretó la teta izquierda de Kathy. Se sentía bien, y una vez más gimió involuntariamente.
Pero ella se dio cuenta que tenía que pedirle algo. Ella necesitaba salir para su operación de pechos, y también necesitaba permiso para volver a la espiral antes de que eso pasara.
"Mmf," dijo ella, a través de su mordaza. "Mmmmf mmf."
El Sr. Salk rio. "¿Qué pasa, Kathy?" pregunto el, en un tono que podría usarse para un perro inteligente. "Tienes algo que decir?"
"Mmmmf!" dijo Kathy.
"Ven aquí," dijo su jefe, jalándola de su pezón hasta su escritorio. El abrió un documento vacío en su computadora, y la empujo hacia el teclado. "Por qué no escribes lo que quieres decir?"
Sus manos seguían esposadas. Ella lo miro confundida.
"Bueno, si no puedes usar tus manos, usa tus tetas, Kathy," dijo el, y se rio.
Su cara retorcida de humillación, pero los hombres sabían más. Ella se inclinó con su cadera, y presiono sus pechos contra el teclado.
Por supuesto, ella solo produjo un sin sentido de letras. Ella aplasto sus tetas contra las teclas de nuevo, produciendo aún más.
Mientras tanto, su jefe estaba inspeccionando su coño, expuesto por la posición en la que estaba. "¿Es eso semen, Kathy?" pregunto él. "Qué tipo de puta eres?"
Ella no podía responder. Estaba amordazada. Ella aplasto sus tetas contra el teclado más.
El Sr. Salk tomo un paquete de toallas húmedas del escritorio, saco un par de ella, y empezó a usarlas para limpiar su vagina. Kathy llego al orgasmo casi inmediatamente por el tacto de la suave, húmeda tela contra su coño. Sus rodillas se volvieron débiles y casi se cae. Ella presiono sus tetas contra el teclado, y dejo que su jefe limpiara el esperma del hombre anónimo.
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Mensaje Secreto
General FictionEl sitio web es simple-mira dentro de la espiral, encuentra el mensaje secreto oculto, gana premios. Pero pronto Kathy está atrapada en una red de humillación hipnótica mientras los mensajes la transforman en una indefensa juguete-sexual...