🍃𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚𝐬 𝐇𝐚𝐬𝐡𝐢𝐦𝐚𝐝𝐚🍃「𝑶𝒏𝒆-𝑺𝒉𝒐𝒕𝒔」

🍃Pedazo de mal camino🍃

🍃Hashirama x Madara🍃

Tobirama estacionó su auto cerca de la acera de la casa de Madara y ya estacionó su auto para salir.

- No tardes mucho en entrar. - advirtió a su hermano, que estaba sentado a su lado. - Este lugar me da escalofríos.

Hashirama asintió, saltó del auto y cerró la puerta de golpe.

Madara vivía en una casa vieja. No en el sentido de desmoronarse, sino en el aspecto arquitectónico. Tenía un aspecto bastante antiguo y se veía bastante macabro a la luz de la luna, probablemente porque estaba pintado de negro y era invisible por la noche.

Pero Hashirama no tuvo miedo. Por más aterrador que pudiera ser el Uchiha, conocía a Madara lo suficientemente bien como para no caer en ninguno de sus trucos de aspecto rudo.

Hashirama se acercó a la casa y tocó el timbre, e inmediatamente el ruido se elevó en la casa. Hubo los sonidos de Madara gritando, Izuna y los tres hermanos menores haciendo un desastre, y algunos más que Hashirama no pudo decir de dónde venían. Parecía haber más gente en la casa de lo habitual.

Cuando se abrió la puerta, no había nadie del otro lado.

Hashirama miró hacia abajo y encontró a un niño pequeño con cabello lacio y ojos curiosos, pero extrañamente frío y distante, mirándolo fijamente.

- ¿Puedo ayudar? preguntó, su voz tímida y madura al mismo tiempo. Hashirama, que pronto estudiaría psicología, se dio cuenta de inmediato de que el niño no tenía un origen muy infantil. Era mayor de lo que debería haber sido para su edad. No pueden ser más de seis.

- Mi nombre es Hashirama, vine a buscar a Madara.

El niño lo miró fijamente durante unos segundos antes de volver a entrar.

- ¡Izuna-nii-chan, el novio de Madara-nii ha llegado! gritó, abandonando la puerta y dejándola entreabierta.

Hashirama la abrió con suavidad y se invitó a entrar. La casa estaba más desordenada de lo habitual, pero no por los hermanos de Madara. Los dos más pequeños jugaban con un videojuego y el más joven jugaba con un chico unos años mayor, de pelo rizado y mirada divertida. El chico que abrió la puerta desapareció por los pasillos.

- Hashirama, - Izuna entró en la habitación con Tajima, su padre, y estrechó la mano de Senju. - Ha pasado un tiempo desde que te vi aquí.

- Me alegro de verte también, Izuna. Miró a Tajima y sonrió cortésmente. - Buenas noches, Tajima-san.

El patriarca miró a Hashirama de arriba abajo y respondió con un seco "buenas noches".