Capítulo 1

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Nacimiento Primaveral

Esta historia... tiene lugar en un pasado distante donde la línea entre los humanos y los no-humanos era casi imperceptible.

Como defensores del reino, los Caballeros Sagrados poseen extraordinarios poderes mágicos... que provocan en el pueblo tanto respeto como miedo.

Entre ellos hubo un grupo que traicionó al reino... y se convirtió en el enemigo del resto de Caballeros Sagrados.

A este grupo se le conoce como: Los siete Pecados Capitales.

Pero en esta parte de la historia se nos contará sobre un amor puro.

Comenzó hace de más de tres mil años.
En la antigua Britania donde los clanes se unieron para poder acabar con el Clan Demoníaco.











































Pov Gloxinia
Estaba en el centro del bosque tranquilo... hasta que oí una voz llamándome.
Me gire, era mi hermana.

- ¡Hermano! - me gritó molesta.
- ¿Uh? ¿Qué pasó? - la mire.
- El árbol me ha dado un mensaje.

¿El árbol sagrado ha enviado a Gerheade a darme un mensaje?

- Cual es el mensaje, Gerheade?
- Bueno... - ella dudo un poco.

...

- ¿Ah? ¿Una nueva hada? - pregunte.
- Si, el árbol sagrado dice que servirá de mucha ayuda para proteger a las hadas. - dijo Gerheade.
- ¿Y sabes algo de él o ella?
- No, pero sé que nacerá mañana.
- Mañana, eh? - me gire a contemplar el cielo.
- ¿En qué piensas hermano? - pregunto.
- Nada, nada hermanita. - la mire, cerrando los ojos.
- Gloxinia. -oí una voz.

Me giré para ver quien era.

- Drole.

El líder de la raza de los gigantes, una de las razones por la cual fue elegido fue por los cuatro brazos.

- Hola, para ti también Gerheade. - se giró para ver a mi hermana.
-Hola Drole-Sama, hermano iré a ver a las hadas. -se fue volando.
-Buen ve con cuidado, paso algo? -le grité a mi hermana para después preguntarle.

Es un poco raro verlo aquí, él siempre dice que tiene miedo de pisar algún hada.

-No simplemente vine de visita.
-Ah, entonces bienvenido amigo mío. -alçe mis brazos.
-Gracias, por cierto parece que era importante el tema del que estabas hablando tu y Gerheade.
-Puede ser, Gerheade dice que mañana nacerá un nuevo hada para ayudarnos.
-¿Ayudar? ¿En qué?
-No lo sé, pero si lo dice el árbol deberé creerle. ¿Gustas un poco de fruta? -acerqué una pequeña manzana.
-Gracias pero ya me iba, tengo que hacer una misión de exploración. Simplemente venía de visita.
-Ya veo, entonces suerte.

El se fue tranquilamente.
A la mañana siguiente me dispuse a quedarme en el centro del árbol junto a las demás hadas esperando el nacimiento de la nueva o nuevo hada.
Hasta que... el árbol sagrado creó unas flores de distintos colores pero me di cuenta que todas eran rosas... Entre los pétalos caídos y las rosas apareció la nueva hada.
Era una niña de por lo menos de 10 años.
Estaba sentada con las rodillas hacia arriba y su cabeza escondida entre ellas.
Pero aun así se apreciaba su cabello rojizo envuelto en un moño, haciendo que sus orejas puntiagudas resaltaron.
Poco a poco fue despertando por los pequeños gritos de las hadas menores. Cuando levanto la cabeza completamente dejando ver uno de sus ojos verdesos.
Su rostro de confusión la hacía ver adorable.

-¿Ho-hola? -dijo en voz bajita.
-Bienvenida pequeña. -Dijo mi hermana.
-¿Quién eres? -Pregunto.
-Yo soy Gerheade, la princesa del bosque del rey hada.
-¿Rey...?
-Si, el primer rey hada, Gloxinia.
-¿Gloxinia? -se quedó en silencio.

Empezó a mirar a su alrededor.

-Soy yo. -di unos pasos hacia delante.- Bienvenida... am...

No sabía su nombre.

-Disculpa pequeña, cómo te llamas?-preguntó mi hermana.
-¿Como? ¿Cómo me llamo?-Ella ladeo su cabeza.
-No sabes tu nombre, qué raro, normalmente las hadas nacemos sabiendo su nombre. ¿Te parece bien si te ponemos uno nosotros?
-Am... vale.

Se quedó unos momentos pensando hasta que mi hermana habló.

-¿Qué podría quedarle bien?

Mi hermana de pronto vio la flor que tenía la niña en la cabeza.

-¡Ya sé! ¿Qué te parece Rose?
-Rose... me gusta ese nombre.

Sonrio ella.

-Muy bien entonces desde hoy te llamarás Rose. -Dije.- Bienvenida Rose.

Una bandada de hadas fueron a verla.

Hada pequeña: ¡La señorita Rose es muy mona!
Hada pequeña: Ella es muy hermosa.
Hada pequeño: ¿Señorita Rose puedo acariciar su cabello?
-Ah... pues no se...
Hada pequeña: ¡Rey Gloxinia! ¿Podemos arreglar el cabello de la señorita Rose?
-Bueno eso no depende de mi. -me rasque la nuca.- ¿Por que no mejor le preguntan a ella?
Hada: ¿Señorita Rose podemos?
Hada: Podríamos, por favor.
Hada: Por favor...
-Ah... bien supongo que no pasa nada si lo hacéis.
Hada: ¡Si!
Hada: ¡Jajaja!
Hada: Venga señorita debemos arreglarla.
-¿Ah? Si.

Dos hadas la tomaron de los brazos y otras estaban detrás suyo hablando de que peinado seria mejor.
Luego se la llevaron.

-Qué te pareció la nueva hada, hermano?
-Me gusta que sea como nosotros.
-A mí también, ahora tendré a alguien más con quien hablar.
-Si, pero... El árbol sagrado dijo que ella nos ayudaría.
- Bueno... no se a que se refirió, pero aun asi espero que sea de gran ayuda en lo que sea.
-Si... yo igual.

Al cabo de un rato charlando las haditas volvieron.

Hada: ¡Presentamos a la nueva hada!
Hada: ¡La señorita Rose!

Las cuatro hadas la empujaron para que saliera.
Se veía algo avergonzada, pobre acaba de nacer y ya está pasando por un momento como este.
El único cambio era su cabello en vez de un moño estaba suelto, y su flequillo se parecia al mio.
Y la rosa que lo hacía estaba en su mano.

-¡Oh! Rose te ves muy linda.
-Gracias Gerheade-San.

Ella me miro.

-Hermanito, verdad que Rose se ve linda.
-Si, te ves hermosa. -sonreí.

Ella apartó la mirada avergonzada y yo solo me eché a reír. Ese solo fue el comienzo de nuestra historia...

Flor Amarga - GloxiniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora