Tú... (William Afton y T/n)

Secretos...

___ abrió un poco los ojos, hacia una hermosa mañana, el sol entraba por la ventana y se escuchaban algunos pájaros cantar en los árboles cercanos.
Todo paz y tranquilidad.

La joven tardo poco en darse cuenta de que no era su cama en la que estaba tumbada en ese momento, un escalofrío recorrió su espalda.

- "Por favor, dime qué no..."

Al girarse para ver qué había detrás de ella, se percató, de que era William el que estaba detrás suya, abrazándola por la cintura demasiado pegada a ella.

- "Oh no no no... "- ___ se levantó de la cama con cuidado de no hacer ruido y tomó su ropa para ponérsela.

Una vez la tuvo puesta, miro desde la puerta de la habitación hacia la cama. Ahí estaba William, aún durmiendo, medio tapado por las sábanas revueltas.

____ bajo las escaleras, dispuesta a irse, cuando vio algo que le llamo la atención en la pared, una pequeña grieta.
Se acercó a donde estaba y la tocó, era demasiada recta como para ser "natural", además, la casa no era tan vieja.

Puso una mano en la pared y presionó contra ella, un pequeño sonido de descuidadas y oxidadas bisagras se hizo presente en el silencio, ___ se asustó y miró hacia las escaleras para ver si detectaba algún movimiento, pero nada pasó.

Decidida, empujó un poco más la pared hasta que se abrió lo suficiente como para dejarla pasar.
Cuando estuvo dentro, vio como el pasillo descendente estaba iluminado por luces, miro la puerta, la cual cerró tras ella, estaba reforzada con chapa bastante dura y resistente.
Algunos arañazos y pequeños bollos se hacían presentes sobre la superficie.

- ¿Qué diablos? - se preguntó a si misma.

___ miro hacia el final del pasillo, acababa en una tenue luz.
Temió el que podría haber allí abajo, las cosas empezaban a ponerse raras.
Se armó de valor y comenzó a bajar lentamente.

Cuando llegó al final, entró en una habitación iluminada por luces blancas, vio animatronícos, de cuales salía una extraña sustancia de color negro rojizo. Se sentía incómoda en ese lugar, su vista viajó a lo largo de la sala, hasta que se detuvo en una esquina, la joven palideció, cadáveres...

Retrocedió unos pasos mientras miraba el montón en el que se encontraban, tirados como basura.
Chocó con algo, o mejor dicho, alguien, cuando sintió una decidida y fuerte mano posarse sobre su hombro, notó como su sangre se helaba, su respiración se cortaba y su corazón dejaba de latir.

Escuchó una risa detrás suya, sabía de quién era, ya lo había escuchado otras veces reírse, pero no como está vez, se notaba cierto enfado en ella, cierta rabia y maldad.

No se atrevía a darse la vuelta, no quería, no debía, no quería mirarlo a la cara, a los ojos, se sentía mal, sentía asco, repulsión, quería golpearlo, castigarlo.

Continuó sin moverse, tratando de no mirar a los cuerpos, estaban ahí, cadáveres, de niños no más mayores de 12 años, algunos estaban sin partes de su cuerpo, otros, intactos.

Quiso cerrar los ojos, pero tenía miedo de lo que podría pasar si lo hacía, no quería perderse nada, ningún movimiento, ningún detalle.

Sintió algo en su nuca, un fuerte sonido retumbó por la sala, la imagen se distorsionó, dejo de escuchar todo a su alrededor y cayó golpeandose con su cabeza en el suelo.

William la tomó de un brazo, aún aguantando una pequeña pala en su mano derecha, y la arrastró sin cuidado hacia arriba de las escaleras, cuando estuvo fuera, la metió en una bolsa, a la cual la tomó sobre el hombro para llevársela fuera de casa.

Abrió el maletero de su coche y tiró la bolsa adentro, lo cerró, se sentó en el asiento del conductor y arrancó el coche.

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Este capítulo es un poco más cortito que de normal, pero lo dejo aquí por qué es justamente como quería dejar la "intriga" y por qué tengo sueño :v

Buenas noches.