Historias Eróticas

Parte 4| Mamá 2/2

A la mañana siguiente bajo con total normalidad a la cocina, me huele a comida por lo que mamá ya debe estar despierta y papá aún dormido. En efecto la encuentro cocinando en pijama.

—Buenos días, mamá— saludo al llegar, ella me mira y se pone roja, vaya, quien lo diría.

—Buenos días, cariño, ¿dormiste bien?— pregunta cómo es de costumbre, solo que ésta vez hay cierta tensión en el aire.

—Más que bien— miro sin disimular su entrepierna y me estremesco al recordar como me corrí con la imágen de ella haciéndolo por mis dedos; aprieta las piernas.

—Q-Que bueno— sigue de espaldas a mi preparando los sandwiches.

Me le acerco por la espalda y subo mis manos por sus muslos descubiertos, el pantalón es muy corto, se le pone la piel de gallina y mi mano se desliza por a su coño húmedo.

—Vaya, vaya— le susurro al oído— mojada tan temprano, que sucia, madre.— gime y se mueve contra mi mano. Lo estimulo y ella grita y mueve sus caderas en mi mano.

—Más, más...

Meto un dedo y luego otro, la follo con mis dedos haciéndola gritar como una perra sucia, su crema chorrea entre mis dedos, entro y saco, entro y saco.

Saco mis dedos y la volteo, hago que se suba a la isla y busco el rodillo de metal, lo lavo rápidamente y lo dirijo a su coño mojado, ensucio el rodillo y empiezo a introducirlo de manera lenta, ella grita de manera fuerte y entonces empiezo a penetrarla fuerte con el rodillo, abre sus piernas dejando su brilloso coño siendo estirado por el rodillo.

—¡Ah!, ¡si!, ¡si!, ¡más!—Lo meto y saco de su interior de manera brutal y áspera— ¡Me vengo! ¡Más!

Cinco estocadas más y se vino en mi mano, sus chorros escurriendo entre mis dedos. Otra vez me voy dejándola con las piernas abiertas y temblorosas.