5° Capitulo

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El itinerario de ella era predecible, con la fachada de buena samaritana, yendo a las casas de acogidas, hogares temporales y todo lo demás, siempre en los mismos días, en los mismos lugares. Hyung Won se sentía algo agitado, hacía tiempo que no trabajaba sus dotes actorales, aunque de los 7 siempre fue el que más se destacó en ello. Las vértebras de su cuello sonaron antes de que se pusiera en marcha.

La actuación siempre fue lo suyo, el olor agrio del licor añejo, el sudor y suciedad, eran parte de su buen aspecto, caminaba errático, lento y feliz, ebrio pero siempre alerta.

Hyun Woo estaba parado en la entrada, solo tenía que hacer lo suyo, a unos pasos de él, todo iba perfecto hasta sentir como era jalado por alguien.

—Largo

Cayo al suelo, otro de los sujetos que estaban cuando de la reina lo intercepto, tuvo que mantenerse en el suelo como un buen borracho recibiendo patadas, pero entre golpes, pudo ver los ojos de su líder, quien solo apretaba los puño al ver cómo le daban una paliza.

—¿Qué creen que hacen?

La voz femenina contrastaba con todo lo que sabía de ella, era un demonio aun así se escuchaba como toda una señora de clase. Al menos sus matones dejaron de golpearlo.

—Señora... él tuvo la culpa

—¿De qué? es solo un simple borracho que tropezó...

Con un solo movimiento de su mano el resto de su pandilla se disolvió, aun en el suelo la vio inclinarse para apoyar una de sus manos en su hombro, sonreía dulce, ¿Realmente era la mujer más vil de Corea?, porque era una excelente actriz.

—Disculpa... son violentos por naturaleza... Han Junk

Tuvo un espasmo antes de acercase a ellos, Mika estaba ayudando a uno de sus chicos, de sus hermanos, Hyung Won siempre fue talentoso, aunque a veces un poco perezoso, lo ayudo a ponerse de pie con dificultad mientras Mika sonreía disculpándose por los golpes.

Abrió la cartera que siempre cargaba con ella, saco unos billetes y tomo su mano, fue cuando los dedos de Hyung Won temblaron, su aspecto de pordiosero alcohólico no podía explicar porque tenía un reloj casi nuevo en su muñeca, no esperaba que ella hiciera todo eso.

—Es un reloj muy lindo...

—¿Lo quiere?...

Fue lo primero que vino a su mente, no podía dejar que ella sospechara de él, con rapidez lo quito de su muñeca, al menos Ki Hyun había sido precavido, el reloj era digital análogo, estaba detenido 05:14, Hyun Woo reconocería enseguida la fecha, fue cuando se conformó el equipo, cuando el asumió con líder, cuando eran novatos, pero con un gran futuro. La miro nervioso, ella simplemente le sonrió asintiendo y tomando el reloj, le entrego el dinero y volvió a disculparse con él para alejarse en compañía de su ex líder.

Los vio irse en aquel auto negro y dejo escapar su frustración con un grito, todo había salido mal, ahora esa maldita bruja tenía el único medio para comunicarse con él.

Mika estaba sentada al borde de la cama, contemplaba con cierta nostalgia aquella foto enmarcada, era una joven dulce y vivaz, una persona ingenua que se había enamorado perdidamente de ese chico, ¿Cómo iba a saber que era el mismo demonio?... había pecado de ingenua, ¿Acaso había ignorado las señales?, no, claro que no, él había cambiado y ella fue arrastrada al torbellino de su locura, su sed de poder.

Se fue quitando lentamente las joyas, regalos para cada una de las cosas terribles que le había hecho, porque sí, prefería estar muerta que viviendo aquella vida.

—Cuando te vi... supe enseguida que no eras como todos nosotros—levanto la vista a su más reciente empleado, su nueva mano derecha, su perro protector — y no me equivoque... antes... no podría haberte descubierto, pero ahora... —se levantó de la cama desabrochando su vestido y quitando lentamente las mangas— estoy tan desesperada por un poco de compasión...

Hyun Woo no estaba seguro de que sentía en ese momento, la gran y terrible dama resulto ser solo una marioneta y entre más tiempo pasaba a su lado más sentida una genuina necesidad de ayudarle, realmente quería cuidar de ella. Descalza y sema desnuda era aún más frágil entonces le mostro uno de sus brazos.

—Soy un monstruo... lo sé, tengo ganado un lugar en el infierno... pero te aseguro que jamás fue mi decisión...

Las marcas de sus brazos, cicatrices que alguna vez fueron heridas abiertas, ya había visto su espalda marcada por algunas otras, pero sus brazos siempre habían estado bien cubiertos, hasta ahora.

—Lo intente tres veces y luego me di por vencida... mi esposo jamás permitirá que me aleje de él, así que deje de intentarlo, perdí toda esperanza... hasta ahora...

En su mano sujetaba el reloj, no cualquier reloj, era uno de los relojes que la agencia les entregaba, nada costoso por fuera, lo valioso estaba en su interior. Se quedó aún más sorprendido, ella sabía lo que era, ella... lo había descubierto.

—Hay cosas que no puedes remediar, sin embargo quiero creer que puedo hacer algo bueno en esta vida...

Dejo el reloj en su mano y paso de largo hasta llegar a la puerta del baño donde se perdido por completo su figura.

Tembló al entender que ella aceptaba libremente su destino, que estaba preparada para morir siempre y cuando el resto de la maldad que la rodeaba se fuera con ella, lo entendía, ella era una criminal, merecía ser castigada, pero no lo deseaba, no después de conocerla, después de entender que ella era tan víctima como cualquier otro inocente atrapado en esas redes.

El reloj en su mano lo conocía, sabía los trucos de su amigo, Ki Hyun era tan listo que, esperaría esa madrugada, a las 5:14 para saber de ellos e intentaría... no arrastrarla con todo lo que se venía.

Suspiro viendo la puerta abierta del baño, asomo su rostro por la puerta solo para comprobar lo que ya sabía, sus muñecas no era las únicas cicatrices, su espalda, sus piernas. Al cerrar la puerta lo confirmo, no quería lastimarla, y no sabía cómo acabar con eso sin hacerlo, apretó el reloj sintiendo que por primera vez estaba deseando que su equipo no lograra comunicarse con él.

One of a KindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora