Para: Twd_riv
Me encontraba en Alexandria, hablando con Rick sobre los problemas que teníamos, había falta de Municiones, Comida, Armas, Agua, Suministros, etc.
Entré a la casa en donde nos quedábamos algunos, al hacerlo subí al segundo piso para darme un baño, había trabajado demasiado estos últimos días, saliendo a buscar cosas y matar varios caminantes.
Entré a la habitación principal y comencé a quitarme la ropa, cuando estuve lista abrí la puerta del baño, pero antes de que pudiese reaccionar choqué con alguien quedando a pocos centímetros, levanté la vista y pude ver a Rosita, la misma Rosita Espinosa, la chica que era dueña de mi amor, mis deseos y varios sueños, me gustaba desde que la conocí, pero no le dije lo que sentía porque sabía que estaba con Abraham, además no creía que le gustaran las chicas, me quedé viéndo sus ojos con la boca casi abierta, no la había visto, pero sabía que estaba completamente desnuda, tenía el cabello mojado y una toalla en la mano, me sonrojé al sentir que su pierna había quedado justo en mi parte íntima, vi cómo sus mejillas comenzaban a ponerse Rojas, me separé lo más rápido que pude mientras le pedía perdón y tapaba mis ojos, pero al poco tiempo recordé como me encontraba, abrí los ojos y pude ver cómo no me quitaba la vista de encima (ella por lo contrario se había puesto la toalla que traía) mi feminidad se humedecío al instante, el imaginarme que de pronto me besaria y probablemente llegaría a otra cosa, me excitaba demasiado.
-Lo siento -dije y entré rápidamente al baño.
Abrí las llaves para después sentir el agua caer por todo mi cuerpo, solo cerré los ojos y disfruté, era una de mis sensaciones favoritas, mataría por tener una bañera y poder recostarme en el agua, mis pensamientos se interrumpieron cuando escuché cómo se cerraba una puerta, no le tomé tanta importancia, sabía que era Rosita saliendo de la habitación, sería algo incómodo verla a los ojos después de lo que había sucedido, de repente las imágenes de su cuerpo desnudo llegaron a mi mente, bajé mi mano hasta mis partes y comencé a introducir uno de mis dedos, gemí al sentir aquel tacto, mi mente comenzó a imaginar todos esos escenarios en los que Rosita me haría caso.
Sentí una mano en mi espalda, la cual bajó hasta mi trasero, abrí los ojos algo asustada y pude ver a aquella chica que tanto amaba, antes de que pudiese decir algo me besó, entró conmigo al agua y bajó una de sus manos hasta mi feminidad y comenzó a trazar círculos en mi Clítoris, me separé del beso y me rescargué en su hombro, gemía en su oído.
-Qué pasa con Abraham? -Pregunté con el poco aliento que me quedaba.
-Al diablo con Abraham, no estoy con él hace demasiado tiempo.
-Te amo, Rosita, siempre lo he hecho.
-También te amo, voy a demostrartelo -dijo en mi oído con su hermosa voz.
Metió dos de sus dedos y solté un grito.
-tienes que ser más silenciosa, Cariño, van a pensar que te están matando.
-Tú estás matandome -tomé sus mejillas y la besé, separándonos cuando el aire se acabó.
-¿Crees que no me doy cuenta de cómo me miras? Qué no me doy cuenta de cómo miras mis pechos y cuando me giro?
Estaba a punto de terminar, Rosita se dio cuenta y detuvo sus movimientos, iba a quejarme pero me di cuenta de que estaba arrodillada, tomó mis muslos y los separó con algo de rapidez, sentí cómo su lengua recorría todas las partes que podía, esta chica me estaba volviendo realmente loca.
No pude más y grité su nombre en gemido, mis piernas estaban temblando, Rosita se levantó y sin pensarlo la besé pegándola a la pared, no iba a dejarla así..
