—Clara tendremos que aplazar la operación.
—Doctor ¿es broma?
—No, por supuesto que no. Hemos detectado en tus análisis prequirurgicos que tienes una deficiencia en el factor 8 de coagulación. Es resultado del tratamiento, puede ser una consecuencia. Asique vamos a necesitar ocho dadores de sangre y un procedimiento previo. Pero no quiero contartelo por teléfono. ¿Podrían venir así les explico?—me desplomé en el sillón. Hoy logré que Valentino se tranquilice y ahora esto. ¿Cómo se lo digo? No tengo valor. No quiero que se vuelva a sentir mal. Llamé a Vera.
—Hola Clari ¿lista para mañana?
—¡Vera! ¡Necesito que me hagas un favor! Te juro que te explicaré todo. Pero necesito que en quince minutos llames al celular de tu hermano y con la excusa de que pensabas que yo dormía marcaste su número. Dile que necesitas que yo vaya contigo.
—¿Está todo bien?
—Por supuesto sis, pero te juro que es por su bien. Hazlo y te prometo que pasaré a verte más tarde y te explico. Gracias Vera. Yo sé que puedo confiar en tí.
—¿Dónde está él ahora?
—Se está bañando.
—Cuenta conmigo. Pero por favor, necesito una explicación. Ven a Connor a contarme qué pasa, te lo ruego Clari.—colgué y me invadieron los nervios de una manera sofocante.
Me calmé observando mi hermoso árbol a través de mi ventana, tan grande, fuerte, pero a la vez débil, dejaba caer sus hojas... Así como yo dejaba caer mis lágrimas.
La voz de Valentino irrumpió el silencio, venía por el pasillo en mi dirección hablando por su celular.
—¿Qué tramas? ¿Para qué la necesitas? No, no está durmiendo. Está aquí en el living.—me miró serio y subió sus hombros como no entendiendo qué quería Vera.—Le diré. Le diré. Cuando quieres eres insistente. Adiós hermanita.—colgó y frunció el ceño, me miró confundido.—Dice mi insistente hermana si puedes ir a Connor, tiene que hacer unas cosas contigo y aparentemente no quiere que yo vaya.
—Ohh Vera, tengo idea de que sé lo que quiere...—dije tratando de sonar creíble.—Bueno, en un ratito estoy de vuelta amor.
—Te llevo, espérame. Va a venir Álex a ver el juego conmigo. Pero hago a tiempo de llevarte.
—No hace falta cariño. Sé conducir bien. Volveré enseguida.—no le di tiempo a responder, tomé las llaves del auto, lo besé y salí antes de que me detenga.
Al ratito aparqué en el hospital y subí al consultorio del doctor Rojas, quien me estaba esperando.
—¿Y Valentino?
—No quise que venga. Quedó muy afectado por la noticia. Prefiero ser yo quien las reciba ésta vez.
—Ay Clara. No sé si fue tu mejor decisión. Lo que voy a decirte puede quebrar tu estabilidad emocional.
—Por favor, dígalo ya.
—Bueno, te explico. Tenemos que hacer un procedimiento previo a la operación.
Para eso vas a necesitar ocho dadores de sangre. En el laboratorio, van a separar el plasma que contiene la sangre y te la vamos a administrar. Tendrás que permanecer un día internada. Luego, haremos el control de hemodinamia y ahí sabremos si dió resultado y te podremos operar. De paso te comento que durante la operación, haremos otra punción lumbar.—Parece que estoy escuchando hablar sobre alguien más y no sobre mí. En éstos momentos Valentino está en casa, con su amigo, disfrutando el juego en la televisión y tengo que llegar yo y darle ésta noticia. No es justo...
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ᴍᴇ ᴅᴜᴇʟᴇs...
غير روائيᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ ʙᴀsᴀᴅᴀ ᴇɴ ʜᴇᴄʜᴏs ʀᴇᴀʟᴇs. ғᴜᴇʀᴛᴇs, sɪɴᴄᴇʀᴏs, ᴅᴏʟᴏʀᴏsᴏs ʏ ᴇsᴘᴇʀᴀɴᴢᴀᴅᴏʀᴇs. ʟᴀ ᴠɪᴅᴀ ᴛᴇ ɢᴏʟᴘᴇᴀ ᴅᴏ́ɴᴅᴇ ᴍᴇɴᴏs ʟᴏ ᴇsᴘᴇʀᴀs, ᴘᴇʀᴏ sɪ ᴊᴜɴᴛᴏ ᴀ ᴛɪ́ ᴛɪᴇɴᴇs ᴀ ᴜɴ ᴀ́ɴɢᴇʟ, ᴇʟ ᴄᴀᴍɪɴᴏ ᴘᴀʀᴇᴄᴇ sᴇʀ ᴍᴇɴᴏs ᴅᴏʟᴏʀᴏsᴏ. ᴇʟʟᴀ ᴛɪᴇɴᴇ ᴜɴ ᴘᴀsᴀᴅᴏ ᴅᴜʀᴏ, ᴇsᴄᴀᴘᴏ́ ᴘᴀʀᴀ ᴏʟᴠɪᴅᴀʀ...