Capítulo III

346 47 26
                                    

Las cosas no siempre salen como deberían...

Sí, yo sé mucho de eso, considerando que gracias a mi —No— genial grupo de compañeras siempre termino metido en situaciones que de otra forma fueran imposibles de si quiera pensar, y que gracias a mi suerte puedo superar.

Pero esto era un poco diferente, sin duda.

Este no fue un problema ocasionado por mis compañeras, lo que ya de por si era extraño, no, este problema fue ocasionado por malentendidos, declaraciones erróneas y un padre retrasado... Además, siendo sincero, voluntariamente participo en esto.

El solo hecho de participar voluntariamente era algo ya de por si demasiado fuera de lugar, verme con la voluntad de hacer algo de esta envergadura era como imaginar a Aqua sin que causara problemas o bebiendo alcohol e incluso imaginar a Megumin odiando la magia explosiva.

No me malentiendan, no estoy diciendo que no tenga voluntad nunca de hacer nada, lo que quiero decir en pocas palabras es que solo suelo hacer uso de ella en situaciones importantes y serias.

No sé cómo considerar esta situación actual, si encasillarla como 'seria' o todo lo contrario. Surrealista era a más no poder, pero por el bien de la trama y de mi propia voluntad...

"Esto es un asunto serio." Murmure en mis pensamientos, intentando creérmelo lo mejor que pude.

Y con todos los factores que nombré anteriormente me llevan a la situación que acontece ahora.

Yo, Kazuma Sato después de un gran malentendido, de ser echado de una casa, de que Megumin me escupiera arroz en la cara, de ser 'obligado' a casarme con alguien y después de este monologo interno, me encontraba sentado con la 'Sensei' de Megumin quien proclamaba ser la más curvilínea del clan y mejor escritora.

Lo último puede que fuera cierto, pero aunque podría ser verdad también lo era discutible...

"Yunyun y Soketto te saludan, Arue." Dije en mi mente, y no estaba mintiendo, el título de 'más curvilínea del clan' debería ser de alguna de las dos que físicamente podían superar a la egoísta escritora que estaba cerca de mí.

De todas formas, el punto era en que había accedido a tener un duelo de escritura con ella, por lo que después de que me diera una pluma, tinta y papel me coloqué manos a la obra para escribir mi obra maestra en una mesa separada de Arue...

.

.

.

Maldición.

Me considero alguien creativo, pero hoy el mundo no ha estado de mi lado, por lo que tuve un gran bloqueo de escritor antes de siquiera haber comenzado a escribir.

Y cuando me había dado cuenta, ya habían pasado más de 45 minutos y yo me encontraba completamente en blanco, de hecho, ni siquiera había escrito nada por haberme estado lamentando de no tener imaginación suficiente para inventarme una historia.

Bueno, eso que dije fue inexacto, no es que el mundo estuviera en mí contra, solo que a pesar de ser creativo mi imaginación no era la más rápida del oeste, por lo que una vez tome la pluma y las hojas de papel no tuve mucho que hacer.

Yunyun se había sentado cerca, entre nuestras dos mesas y ahora se encontraba leyendo tranquilamente un libro llamado '¡Hasta los monstruos pueden ser tus amigos!', lo cual era muy triste en sí mismo ya que creyó que como estaba concentrado en la competencia no me daría cuenta de lo que estaba haciendo.

Y sinceramente esperé que ella me diera un poco de ayuda o al menos algún tipo de consejo—Ya que era su razón al venir— para derrotar a Arue, aunque supongo que no iba a ser tan fácil, y pedir ayuda a estas alturas que ya había comenzado la competencia —Y pasado mucho tiempo desde que empezó.— seria increíblemente obvio.

Las 7 pruebas carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora