Primera luna llena

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Ya estaba a punto de concluir el primer mes de su quinta estadía en Hogwarts, y la luna llena se acercaba.

Cómo de costumbre, el humor de Remus iba de mal en peor, sin poder hacer nada para solucionarlo. Sus amigos ya estaban acostumbrados y si este decía algo ofensivo entendían sin problemas el porque.

Las lunas fuera de la escuela eran terribles para Remus ya que no podía estar con sus amigos y Madame Pomfrey no estaba allí para curar cualquier herida que se hiciera.

La noche mencionada llego más rápido de lo creído, y antes de darse cuenta, el pelimarrón ya se dirigía al sauce boxeador para aislarse del resto y mantenerlos a salvo, tanto a ellos, como a si mismo.

Cómo ya era costumbre, los otros tres Merodeadores estaban ya escondidos en la casa de los gritos con la capa de invisibilidad.

-Todo bien Moony?- pregunto Sirius sacando su cabeza de la capa y luego seguido por los otros.

-He estado peor- dijo el licántropo intentando sonar sincero- está por comenzar, es mejor que se transformen

Y eso fue lo que hicieron.

A la mañana siguiente, Remus se despertó sintiendo tres miradas preocupadas esperando a que se moviera. Para tranquilidad de los animagos este abrió los ojos y se concentró, buscando los lugares que le dolían y revisando si había nuevas heridas. Sintio una gran cortada en su espalda que ardía, por lo que se recostó sobre un lado mirando a sus amigos.

-Puedes vestirte o necesitas ayuda?- pregunto James con cierta preocupación.

-No se preocupen, estoy bien. Ahora, deberían irse antes de que Madame Pomfrey llegue.

Los tres dudaron un poco pero asintieron y se fueron, tapados con la capa de invisibilidad y con el mapa para no toparse con ningún profesor.

* * *
Ese día lo paso casi completamente en la enfermería ya que el dolor en la espalda no le permitía estar parado correctamente por mucho tiempo.
Al salir de el ala médica, se encontró con sus amigos en la sala común. Al llegar, fijo sus ojos en Sirius, que estaba comiendo grageas de todos los sabores y este le ofreció una.

-Gracias- dijo Remus y se sentó junto a ellos.

James y Peter se despidieron para ir a acostarse ya que solo estaban allí para comprobar que Remus estuviera "vivito y coleando".

-Moony? Estás en otro universo o que?- dijo Sirius soltando una carcajada. El licántropo se ruborizo al darse cuenta que se había quedado observándolo por un rato largo.

-Creo que ya me iré a dormir- dijo apresuradamente, para que Sirius no se diera cuenta de nada, aunque era poco probable que no lo hiciera.

-Claro, buenas noches- dijo el animago y se recostó en uno de los sillones frente a la chimenea de la sala común.

- Buenas noches.

* * *
Al estar en su quinto año debían preparase para sus TIMOs y los merodeadores no estaban haciendo mucho esfuerzo. Todos, excepto Remus, que estudiaba todos los días para una materia distinta y al parecer ya sabía la mayor parte.

Los otros tres se quejaban porque pasaban menos tiempo con su amigo, al este estar siempre estudiando o en una clase distinta a ellos, o patrullando con Lily.

-Hey Moony!- dijo un día James- hoy tienes que patrullar?

-No, hoy no- respondió el- por?

-Porque hace mucho que no hacemos una broma propiamente dicha...

-Pero tiraron bombas apestosas en los inodoros hace dos días!- dijo Remus sin entender.

-Rems, tan inocente- esta vez fue Sirius el que hablo- esa fue solo una pequeña distracción, lo que nosotros necesitamos es una BROMA, una que sea difícil de planear y, para los profesores, difícil de solucionar.

-Exacto!- dijo Peter- como cuando le dibujamos cosas a todos los cuadros del castillo con tinta permanente en el segundo año.

-Que tiempos-dijo James nostálgicamente

-No es mala idea-penso Remus- algún plan?

-Aún no, tu eres nuestra mente maestra Moony, sin ti estamos perdidos- dijo Sirius dramáticamente.

-Jaja, ok, si se me ocurre algo les diré - dijo el licántropo y se sumerjió en un libro de Historia para estudiar.

Los otros lo miraron como si fuera un sacrilegio estudiar en tal día de sol cuando se podía jugar al Quidditch, pero lo dejaron porque, seamos honestos, eran imposible convencer a Remus de dejar un libro para subirse a una escoba. Asique se retiraron a jugar un partido mientras el pelimarrón se sentaba en las gradas a leer.

* * *
Ya habían pasado algunas semanas desde esta charla sobre las bromas y Remus entro a su dormitorio con una cara pícara y los ojos con un brillo de travesura.

-Tengo una idea- dijo

-SI!-dijeron los otros y escucharon atentamente el plan- es perfecto!

Mí mejor amigo (wolfstar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora