25

72 11 2
                                    



Por fin logré salir con Tamaki o algo así.
Lo invité a comer a la casa.

—Me encanta el takoyaki—. Exclamó Tamaki.
Lo sé.
—No me dio tiempo de cocinar, lo siento—.
Se me fue el tiempo barriendo todas las plumas que ha estado soltando Keigo.
—Pero sabes lo que me gusta, es un gesto que aprecio—. Me acerqué para abrazarlo.
—Sí, sé muchas cosas—.
Tamaki escondió su rostro en mi cuello, mientras yo pasaba mis manos bajo su playera acariciando su abdomen y espalda, él acariciaba mi cintura, sentí cómo sus manos descendían, me plantó un beso en la mejilla, acaricie su rostro acercándolo a mí para poder besarnos, di un pequeño brinco interrumpiendo el beso al sentir un apretón en mi trasero.

—Y-Yo, perdón, ¿te lastime? No se en que estaba pensando—. Tamaki apartó la mirada, se puso rojo.
—No—. Reí. —Sólo me tomó por sorpresa—.
Y es verdad. —Si quieres comamos—.
Tamaki asintió.
—Además, qué bueno que paramos, no quiero ni imaginarme cómo se pondría tu hermano si nos encontrara...—. Tamaki trago saliva.
—Descuida, él no es así—. Creo.
Tomé las bolsas de comida y las coloqué en la mesa de centro que está en la sala, me senté y él me siguió, encendí la televisión dejándolo en una película que estaba en el top 10 de Netflix.

—Casi no te vi esta semana—. Comenté antes de darle un mordisco a mi hamburguesa.
—He estado en la empresa de Fatgum con Kirishima—.
—Ah, el chico de cabello... ¿rojo?—.

Después del entrenamiento con los chicos, me dispuse a tratar de reconocerlos.

—¿Lo conoces?—. Tamaki arqueó una ceja.
—Sí, está en primer año, se ve que es un chico dulce.
—Ujum—. No sé qué dijo pero asintió —Supongo que también has estado ocupada—. Él llenó su boca de comida.
—Algo, estar capacitando alumnos y hacer vigilias me deja agotada—.

O escoltar gente famosa.

—Vigilia, cómo aquella vez que te vi con...?—. Tamaki me miraba esperando mi respuesta.
—Sí, ahora es mi compañero de patrullaje, es agotador ya que nos vemos casi todos los días—.
—Él no me agrada—. Musitó, pero logré escucharlo.
—Jaja qué?, sé que a veces es molesto pero así lo quiero—. Sonreí pero el semblante de Tamaki era serio, quiero leer su lenguaje corporal pero no se inmuta. —Bueno, noté que ese día se miraron mucho, ya se conocían antes?—.
—No—. Sus labios formaban una línea.
—¿Entonces?—. Arquee una ceja.
—¿Entonces qué?—.
—¿Estas bien?—. ¿Acaso está molesto?
—¿Él te gusta?—. Creo que hoy apagó su cerebro, me limité a reírme sólo para no discutirle, debe de ser una maldita broma.
—Iugh, él nunca me gustaría es mi...—. Me interrumpió.
—La otra vez los vi abrazados—. Rodó los ojos. —En el día de la cita que se canceló—.
—¿Y?—. Fue por eso?.
—Crees que no me di cuenta que al llegar había plumas detrás de una de las habitaciones?—. Esta vez estaba mirando al televisor.
—Obviamente, él vive aquí—. Tamaki me miró sorprendido y confundido, se alejó de mí en el sofá cruzado de brazos, mirando a la pared.
—¿Puedes explicarme tu reacción?—.
Y dicha persona con alas entró por una de las grandes ventanas de la sala.
—Hola—. Saludó Keigo, ambos se miraron y Tamaki se levantó del sofá.
—Me largo—. Dijo Tamaki.
¿Wey qué?
—Hey, ¿Por qué?—.
—Oh vamos, apenas llegué, no tardaré sólo vine a cambiarme—. Keigo se quitó la chamarra.
—Creí que llegarías más tarde—. Lo miré.
—¿Más tarde? Qué más me ocultas _______?—.
—Qué pedo con tu novio, se está ganando la rifa de unos vergazos—.
—Éntrale—. Se acercó a Keigo.
—¡Tamaki!—. Me coloqué en medio. —Qué demonios te pasa?!—. Lo tome de los hombros alejándolo de Keigo.
—Qué es lo que te pasa a ti—. Frunció el ceño y quitó mis manos.
—Mas te vale que te arrepientas de hablarle así a mi hermana, mocoso—.
Keigo se veía tranquilo, pero su tono lo delataba.
—¿Hermana?—. La cara que puso es indescriptible.
—Te había dicho que vivo con mi hermano—.

Uuhh, le dije que tengo un hermano, pero no que es Keigo.

—Soy un idiota—. Tamaki se cubrió el rostro con sus manos.
—Sí que lo eres—. Agregó mi querido hermano.
—Keigo, ya basta—. Él encogió de hombros y se metió a su habitación.
—Confundí todo—. Eso tiene más sentido.
—Cuándo se vaya Keigo hablaremos, esta bien?—. Tamaki medio sonrió.
—¿Ya está más tranquilo?—. Creo que tendrá una cita.
—Keigo...—. Usé mi tono de puchero.
—Te veo al rato enana, no te abrazo porque tu chico se pone intenso uh, no quiero estar de mal humor—.
—Sólo...—.
—Ya me voy—. Abre la ventana. —Usen condon—. Finalmente salió.
—Vaya, ahora me la aplicó a mí—. Arquee una ceja.
—Entonces...?—. Tamaki se adelantó y se sentó en el sofá, lo acompañé y me senté junto a él.
—Sé que tienes muchas dudas—. Suspiré. —Comenzando con que... no es mi hermano de sangre, obviamente no hay parecido—. Rodeé los ojos.

A veces no me gusta hablar del tema, hay personas que me han preguntado el porqué esa relación tan cercana si en realidad no es nada para mi, malditas personas idiotas.

—De acuerdo, supongo que se conocen desde niños—.
—He ahí la incógnita, lo conozco desde que él era un niño—.
—Pero, no tienen la misma edad?—. Tamaki se reclinó más en el sofá.
—Sí, verás... mi quirk me permite experimentar con mi magia y crear hechizos de distintos tipos ocupando mi energía vital o mi magia o magia de algún espíritu, pero no quiero desviarme, yo... logré detener mi edad—.
—¿Tu edad?—. Tamaki acomodó su postura mirándome sorprendido.
—Sí, cuando descubrí este hechizo fue a los 23 años, simplemente detuve el reloj del tiempo en mí, así que prácticamente no envejezco, me veo igual desde que conocí a Keigo, cuándo tenía 6 años y antes de qué tal vez quieras salir huyendo, si llegase a apagar el hechizo por así decirlo, el tiempo correría normal, cómo si no hubiera pasado nada—.
—Quiero agregar que no quiero salir huyendo, sólo me tomó por sorpresa—.
—Entiendo, un poco difícil de procesar—.
—Pero, cómo haces eso? Es que, nunca he conocido o escuchado de alguien con ese don—.
—Por que no lo hay—.

Mi trabajo por años fue encargarme de que no haya.

—Me guío a través de un libro que ha pasado de generación en generación y... me gustaría mostrártelo pero, es un riego...—.
—No te preocupes, imagino que es una reliquia familiar—.
—Algo así—.
—Y, qué hay de tu familia, los has visto?—.

En un futuro no puedo olvidar la mentira que le diré ahora.

—Ellos están bien, tienen el mismo don que yo, sólo que menos avanzado—.
—Vaya, eres un enigma _______—. Tamaki volvió a sonreír, me gusta mucho cuando lo hace.
—Sí, en conclusión, tengo 23 y no estás saliendo con una anciana—. Reí nerviosa, hay cosas que quisiera contarle, pero por su seguridad es mejor que no lo sepa. —Entonces, aún quieres irte?—.
—No—. Me tomó la mano. —Soy un estúpido, incluso te hablé feo, perdóname—.
—También es mi culpa, no te expliqué las cosas—. Otra vez. —Prometo contarte todo—. Sonrío ante la red de cosas que olvidare a futuro. —Te diría que te quedarás a dormir, pero estaré ocupada hoy—.
—Siempre puedes quedarte en mi casa—. Besó mi mejilla, lo tomé del rostro para besarnos, al final el día acabó bien, amo estar con este chico.










Gracias por leer 💜
Feliz añooo✨//

Héroes  (Tamaki x ____)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora