07

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Conozco el olor de los hospitales con sólo dar un olfateo, pues de niño solía ser tan intranquilo que me la pasaba hospitalizado por cada herida que me causaba al estar jugando y saltando por ahí.

Así que ni siquiera necesito abrir bien los ojos para saber donde estoy.

Cuando abro los ojos me saluda una habitación completamente blanca y enseguida se confirman mis sospechas.

La vida me está tratando justo como el pelotazo en la cabeza que me dieron.

Me incorporo en la cama haciendo mi cara de rabia. Sí, tengo una cara de la rabia. Esa que te avisa que estoy pensando en hacerte pedazos y luego licuarte.

—Pensé que quedarías en coma.

Madre mía, el corazón se me salió por la boca cuando escuché esa voz a un lado de mi cama. Casi que vomito todos mis órganos.

—Hyeon —digo por instinto, pero esa sonrisa burlona y ojos dominantes se niegan a responder a ese nombre. el minito tatuadado junto a mi cama no es mi mejor amigo —. No Hyeon—parpadeo, aún asimilando —. Muy bueno conocerlo pero me tengo que ir-...

—Hyeon está en la cafetería comiendo algo —me interrumpe el hijo de puta maleducado —. No se quitó de tu lado desde que llegaste, pero ya que tus padres aún no están aquí y él dice que el chocolate le calma los nervios, me ofrecí a cuidarte ¿no es eso muy generoso de mi parte, corderito? Jeon Jungkook es el más grande humanitario, lo escuchaste primero aquí. después no digas que no sabías, eh. corderito

Me desesperaba la manera atractiva en la que pronunciaba la palabra corderito, ugh.

—¿Acaso tengo cola, lana y camino en cuatro patas? —no estoy ofendido, pero igual lo reto porque me sale del corazón y del coño que no tengo —¿Acaso soy un animal?

—De hecho sí —arquea una ceja —. Literalmente los humanos somos-...

—No Hyeon, no te quiero escuchar —lo detengo, alzando mi dedo índice en el aire en señal de que cierre esa bocota —. No Hyeon, no—le advierto cuando lo veo abrir la boca.

Estoy seguro de que estoy con los ojos muy abiertos, justo como mi mamá cuando está lista para decirme hasta del mal que me voy a morir.

Y él se empieza a reír a carcajadas, como si le hiciera mucha gracia la expresión en mi rostro.

Una falta de respeto. Ya no hay respeto, gente.

—Park Jimin si que no es muy humanitario, ¿no?

—No Hyeon —apunto con mi dedo hacia él en señal de acusación —. Eres un humanitario de los baratos, ¿lo ves? En tu frente dice made in china.

—Todo se hace en china, belleza —se encogió de hombros —. Sólo que yo tuve la suerte de que me hicieran en Busan, de donde viene todo lo bueno.

Y lo peor es que no puedo llevarle la contraria porque mi madre nació en Busan y no la quiero ofender.

Salgo de un salto de la cama que hasta me veo futuro de gimnasta.

Decido irme porque no soporto su sonrisa.

Él piensa que todo esto es muy divertido, pero mi cabeza golpeada por un unga unga no.

—Sólo la gente tonta es golpeada con las pelotas hoy en día —él dice cuando yo ya le estoy dando la espalda, pareciendo que se aguanta una carcajada cuando yo quedo paralizado justo frente a la salida.

Sí, el piensa que es divertido.

Él se burla.

Respira, MinMin.

Y sólo los de complejo de graciosito son golpeados en las pelotas, No Hyeon —respondo, conservando mi buen juicio.

Sos un grande, Jimin.

(...)

Cumberworld♡,,KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora