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"¿Me gustas?"

Rubén llegó a su piso compartido. Busco un video en YouTube sobre "cómo empezar a escribir una carta para declarar tus sentimientos" no encontró lo que buscaba, pero había más cosas similares. Y con la inspiración a tope, busco una libreta y su bolígrafo, para comenzar a escribir.

"Yo, creo que fui un tonto. Porqué creí que yo te gustaba y eso... ahora que lo pienso, es muy gracioso. Antes de todo, agradezco tu amistad y todo el tiempo que pasamos juntos, eres una persona increíble. Después de estas palabras, tengo que decirte esto... creo que... ¿Me gustas?.

No se si fui claro, espero que si y que me des una respuesta, si quieres por el whatsapp xd.

Con mucho cariño y un abrazo de oso de Rubius
Para Vege (Sammy) <3"

Después de su breve declaración en un papel, sintió como sus párpados eran cada vez más y más pesados. Hasta que se dejó caer en un sueño profundo.

(...)

— ¡Rubiuhhh coño, que vah tarde otha ve'! —el castaño escuchó cuando estaba un poco más consciente, también pudo percibir el aroma de tostadas quemadas y café recién hecho. Seguro fue Mangel, su roommate.

Rubén vio la dichosa carta con una mancha de un extraño líquido, el no babeaba mientras dormía, ¿o si?. Dejo de pensar en lo mal que se veía el papel y tomó algo del desayuno que su compañero preparó.

— Gracias Mangeh, nos vemos —dijo tomando su mochila y llevaba la confesión para Vegetta entre sus manos.

De camino al colegio, el castaño pensaba en cómo darle el papel o decirle si quiera algo; tenía tantas opciones, que de pensarlas se ponía muy nervioso y le daban ganas de arrepentirse. Aunque ya era un poco tarde para eso.

— ¡Rubius, espérame chaval! —dijeron detrás de el.

— Llegó el momento —dijo el castaño para si mismo.

Cuando el azabache llegó enfrente de el, en un acto de valentía estiró la hoja hasta las manos del chico moreno; este lo miro extraño, sin embargo, tomo el papel y comenzó a desdoblarlo.

Después de leer un poco dijo— es bueno que te confieses a alguien así, a la antigua —la suave risa que produjeron sus labios, hizo que Rubén se tensara más. Siguió leyendo, hasta que vio que la mejillas morenas se colorearon un poco rosas.

El azabache devolvió el papel y comenzó a caminar lejos del castaño.

Rubén sintió un ligero dolor sobre su pecho y las mejillas le ardían; sus manos temblaban un poco, en el bolso de su jean le pareció sentir una pequeña vibración, tomó su móvil y vio la barra de notificaciones.

"¿Me vas a dar ese abrazo, verdad oso?". Era un WhatsApp del contacto "Sammy".

POV: el final más abierto que vas a ver hoyHasta aquí llegó este AU, muy corto, pero bonito

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POV: el final más abierto que vas a ver hoy
Hasta aquí llegó este AU, muy corto, pero bonito.

Gracias por leer!
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