23. Ojos de cachorro

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Temática: Adicciones
Relación: Alfa x Omega

—Y bien, ¿quién se anima a ser el siguiente?

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—Y bien, ¿quién se anima a ser el siguiente?

Había llegado a ese lugar, literalmente, como por inercia. Sus ojos carecían de vida, su mente estaba en el espacio y su cuerpo actuaba de forma mecánica. Llevaba en sus manos la orden que el juzgado le había dado hace un par de días atrás, cuando dieron su sentencia. "Libertad condicional. Realizar servicio comunitario cinco horas al día e inscribirse a un grupo de rehabilitación", como si no hubiera sido suficiente la culpa con la que cargaba todos los días, y que lo hacía sentir tan miserable que aún se preguntaba por qué demonios continuaba con vida.

Entonces, ahí estaba, en una gran sala vieja, rodeado de un montón de extraños que lo miraban como esperando algo.

¿Qué acababa de decir la mujer?

—Joven Kim, lo estamos esperando —repitió una vez más, al parecer, la líder del grupo. Supuso que se trataba de la terapeuta.

Se recompuso en su asiento para ponerse de pie y hacer una ligera reverencia con la cabeza.

—Ah... Sí... —titubeó y empezó a juguetear con sus dedos debido a los nervios—. Yo, uhm, no estoy muy seguro sobre qué decir.

—Puede comenzar diciéndonos su nombre, edad y a qué se dedica —lo animó la mujer.

Eso podría ser algo simple de responder, si las demás personas no lo estuvieran mirando demasiado atentos, casi perforando su cuerpo con sus ojos.

—Bueno, yo... —Sus manos sudaban y su voz media quebrada lo hacía quedar como un completo idiota. Carraspeó y secó sus manos en las costuras de su pantalón—. Mi nombre es Kim JongIn, tengo 21 años y...

¿A qué se dedicaba? ¿Solamente a ser un ex convicto? Apenas había sido liberado, debido a la apelación del abogado de su padre. Su madrastra aún lo odiaba, pero había enloquecido después de lo sucedido, hace seis meses atrás; solo así su padre pudo ayudarlo.

—Me estoy preparando para dar el examen de admisión —mintió con una expresión apenada en su rostro.

—Felicitaciones por eso, JongIn —alentó la guía—. Estoy segura que, con mucha dedicación, logrará entrar a una buena universidad.

JongIn formó una línea con sus labios, intentando curvarlos hacia arriba para fingir una sonrisa, pero ni siquiera sus labios colaboraban.

—Gracias —dijo con timidez.

Se sentía mal por haberle mentido a una completa desconocida, ¡qué patético!

—Díganos, ¿por qué ha venido aquí exactamente?

La pregunta dio justo en el centro de su herida, y la dejó sangrando una vez más. Podía ser sencillo de responder, si no fuera Kim JongIn quien tuviera que hacerlo. "Solo arma otra mentira", le gritaba la voz en su cabeza, "no dejes que te descubran", pero lo cierto era que se sentía demasiado culpable como para hacerlo.

Moon Tales [Omegacember || KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora