Dolor.
Esas palabras eran demasiado pequeñas para todo lo que su cuerpo sentía en ese momento.
En el mundo, existían dos clases de dolor, el dolor emocional, y el dolor físico. Las experiencias emocionales negativas podían provocar más dolor de lo que todos pensaban. Mientras que el dolor físico se debilitaba con el paso del tiempo, el dolor emocional podía vivir a través del recuerdo de la persona.
Sunoo había presenciado con sus propios ojos como su mejor amigo, Park Sunghoon, se retorcía bajo un automóvil. Esa imagen tan aterradora jamás podría salir de su cabeza. ¿Como un día alegre podría transformarse en el peor día de tu vida en segundos?
Quería olvídalo, pero siempre recordaría ese día.
Las palabras que le había susurrado su amigo antes de que el dolor le consumiera por completo, se habían quedando prendadas en su mente. Park estaba mirando hacia el, se encontraba en el suelo mojado de su propia sangre, con la cabeza recostada mientras se retorcía.
« ¿Por qué me abandonaste? »
✘ ✘ ✘
Las horas de clase habían sido tediosas, pero por fin sentía que ese tiempo de frustración se terminaba. El timbre que confirmaba la salida, sonó, llenando aquella sala de paredes blancas con suspiros de sosiego.
Sunghoon se levantó de su asiento tras guardar con velocidad sus útiles en la mochila, para después salir con prisa del aula, sentía que se asfixiaba, todos en su curso eran molestos. El azabache apresuró su paso, sabía que su mejor amigo siempre lo iba a recoger a la salida de la universidad, pero sus planes se arruinaron cuando sintió como rodeaban su hombro con un brazo.
—¡Sunghoon! ¿Como va tu pierna? ¿Quieres que te dé una mano?
Park se giró sobre sus talones para encontrarse con Jay, y Shuhua. Eran dos compañeros de su salón, ese par siempre estaba junto, pero por alguna extraña razón, el morocho sabía que llevaban varios días intentando unirlo a su club de amigos.
—Gracias, pero esta bien —Sonrió suavemente, sin muchos ánimos, la verdad es que no le interasaba tener amigos, el único que le interesaba era Sunoo. Apartó con cuidado a JeongSeong, que seguía pegado a él. A Sunghoon no le gustaba mucho el contacto físico.
Los chicos se movieron a un lado de la puerta, dejando el espacio suficiente para que toda la manada de personas pudieran salir. Shuhua posó su vista en el lugar donde frecuentemente se encontraba a el chico de cabellos rubios, con una sonrisa de dientes contagiosa.
—Hmmm es extraño —Murmuro casi para ella misma—. Él no ha venido a buscarte hoy.
Sunghoon sacó su móvil de su bolsillo trasero, y se encontró con varias llamadas perdidas del más joven. Parecía preocupado, era interesante. Era un rosario esparcido de su amor.
—Oh... Oh si, eso me recuerda que olvidé llamarle —La comisura de sus labios se elevó en una sonrisa. Al final, volvió a guardar su teléfono celular, pero esta vez. Lo apagó—. Bueno, lo dejaré preocuparse un poco.
Ambos le miraron boca abierta.
—¿¡Que!? ¡Eres malo, Sunghoon! —Alzó la voz dramáticamente—. Pero supongo que también quieres salir una veces, ¿No? —Su lengua se enredó un poco cuando noto que había hecho de menos al otro chico—. Digo, usualmente te vas directo a casa todo el tiempo, ¿Cierto?
Antes de que Park pudiera siquiera hablar, el otro chico lo interrumpió.
—Tiene razón. Hey, ahora vamos a los videojuegos, ¿Quieres venir? —Jamas lo habían invitado a salir. Con el único que salía era con Kim, en realidad no le afectaba no tener amigos, estaba bien así. ¿Para que necesitaba amigos? Era demasiado molesto tener que hablar con ellos—. Solo di que las clases se alargaron o algo así.
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paradise lost › sungsun
RomansaCodependencia retorcida de un chico que no puede dejar ir a su mejor amigo de la infancia debido a su accidente. Un amor tan puro entre dos personas que podría llamarse violento. › one shot. › portada en proceso. › solo disfruta leyendo.