Prologo

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Estaba oscuro, no se veía nada, no me podía mover, de pronto sentí las manos de una mujer abrazándome, ¿Quién era ella?No podía reconocer su rostro -¡No me olvides!- dijo dejando un pequeño beso en mi frente, se alejó quería preguntarle ¿Por qué no debía olvidarla? Pero algo me impedía seguir, cuando ya no alcanzaba a distinguir su sombra alcance a escuchar una pelea, ella no estaba sola, había un hombre, no lo vi, estaba cubierto por una especie de bata de color negro, la pelea subió de tono, estaba aterrada no miento que empecé a llorar del miedo, hubo un silencio, un escalofrío me recorrió, de pronto se escuchó al hombre pronunciar unas palabras muy extrañas a consecuencia de esto la habitación se lleno de una luz verde esmeralda segadora y un estruendo recorrió el lugar, se podría decir que fue como un terremoto pequeño, vi que el hombre se dirigía a mi apuntándome con algún objeto en ese momento mi detestable compañera de cuarto me despertó, Verónica, comparto cuarto de orfanato desde que tengo memoria y aún así no he llegado a soportarla, en unos días es mi cumpleaños número quince, nada especial, solo significa que las probabilidades de ser adoptada son nulas, soy Lilith  solo eso se de mi, de mi pasado, últimamente han pasado muchas cosas extrañas, todas las noches tengo el mismo sueño, posiblemente la medicina ya no me está haciendo efecto, ¿por qué hablo de medicamentos? pues desde que empecé a tener sentido común y uso de razón me han medicado por problemas mentales, sí, básicamente me dijeron loca.
-¡Lilith!, Deja de soñar despierta y baja a desayunar- grito la chica de cabello rizado que estaba saliendo de la habitación
-Ya escuché Verónica, ya voy- le contesté con desagradó odio que me griten o me digan que hacer. En fin, terminé de cambiarme y baje al comedor, comí lo más rápido que pude ya que odio quedarme sola en la mesa junto con la madre superiora haciéndome mil preguntas que ni al caso, hice mis deberes, creo que no fue un día interesante. Aproximadamente a las 7:00 de la tarde cuando el sol se empezaba a ocultar dando paso a la noche, en mi opinión ese momento es el mejor, pasear a escondidas durante la noche, cantar bajo la luz de la luna y subir al tejado a contemplarla, se podría decir que era una amante de la noche, pero… ¿Quién no? Durante esta podía ser yo, fingir una realidad que tal vez jamás podría ser mía, pero era feliz y eso es lo que cuenta, casi no dormía pero aún así en el día no me sentía cansada

Dándole sentido a la frase "Leer te lleva a otra realidad"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora