𝐔𝐍𝐊𝐍𝐎𝐖𝐍── 𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐞𝐚𝐠𝐞𝐫

𝐓𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐫 𝐥𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐧𝐳𝐚𝐝𝐨

Ser general de Marley es una experiencia cuál aún se tiene que aprender, la forma de creencias en este lugar jamás le encantó, declarar maldad a una parte de la población de sangre de nuestros antepasados, digo nuestros por qué soy de esa sangre, sangre de demonio como aquí se le era declarado.

Está se encontraba descansando en un sofá que había en una de las habitaciones del gran cuartel general de Marley, hace poco una reunión junto a grandes rangos había acabado y escuchar sus asquerosas palabras le daban ganas de vomitar, aunque ahora simplemente quería descansar solo un poco, la puerta fue abierta y simplemente di una mirada desinteresada, había entrado Zeke Jeager, más conocido como el titán bestia, uno de los 9 poderes Titanes reconocidos.

—Tan mala fue aquella reunión general Elizabeth?— dijo este mientras se sentaba al frente mío, mientras de su bolsillo izquierdo sacaba un cigarro y obviamente algo para encenderlo.

—tan obvia fui con ese asunto Zeke? Realmente pensé que lo manejaba bien— dije mientras me incorporaba en el sofá, cruzando mis piernas y brazos mientras miraba directamente a este, intimidante y con obvias razones en mis ojos cuáles internamente el podía saber.

—no creo que sea de tu agrado, pero en poco tiempo debemos partir a Paradise y con los planes no te Vi tan alegre ¿Ya tienes tus propios asuntos personales con el ataque a la isla Paradise?— cuando el peli rubio mencionó aquella última pregunta me puse tensa, aunque realmente ambos lo sabíamos, mis ojos poco a poco fueron volviéndose totalmente negros hasta que mis iris encendieron un hermoso color rojizo, eso era un código rojo para el.

—¿Mis asuntos personales? —saque una pequeña carcajada, está sonó rasposa y algo grave debido a el cambio de ambiente y que estaba demostrando— ¿Dudas de mi por ser la primera general mujer en las fuerzas de Marley cuál tan solo entro cuatro años a la guerra? —mi mirada indico al alhajero cuál estaba en el lado izquierdo del sofá donde el peli rubio se encontraba, después mi mirada se poso en este, lentamente ladrando mi cabeza, para que entendiera la orden secreta que estaba dando, este hizo caso inmediatamente, levantándose y caminando con mucho cuidado a aquella caja supuestamente musical, cuál daba acceso a  los demás comandantes de escuchar conversaciones de eldianos como nosotros, este apagó aquella máquina cuál en el otro extremo dónde escuchaban ya se cortó el lazo de voz.

—esto es muy sospechoso, la general Elizabeth jamás supo de este comunicador, además desde hace años que investigamos por ahí sobre los eldianos que han pisado Liberio como soldados— dijo el general en el otro lado de aquel objeto cuál transmitía las palabras de ambos en el otro lado, el capitán Magath dio un fuerte bufido, pensar el ataque a la isla Paradise y ahora sobre dudar sobre la general era un gran dolor de cabeza para el, ahora podía entender a la general cuál su trabajo era el doble que el suyo.

Caminaba hacia mi hogar por así decirlo, no era tan interesante ya que a este lugar no lo consideraba su hogar, más bien nada era su hogar, en lo que menos podía confiar era en el ser humano, en lo que ella misma era, una humana, una débil y estúpida humana cuál tenía que sobrevivir de esta ignorancia simplemente por la misión que se le fue puesta, mientras que pensaba La lluvia había comenzando, parejas, niños o simples personas corrían para salvarse de aquella lluvia que había comenzando a atacar, caminaba lentamente, como si nada importará o más bien, nada jamás le había importado, poco a poco me empecé a hundir en mis pensamientos, cuáles más que nada eran sus recuerdos.

Estaba mirando en tercera persona, como una mujer de test morena cocinaba y tarareaba algunas cosas que eran especialmente letras de una canción cuál no reconocía, está se veía tan feliz en lo que hacía, pero llegó una pequeña niña, cabello negro, largo hasta la cintura y lizo, tenía unas mechas de su cabello cubriendo la mitad de su rostro, era una niña de aproximadamente 10 años.