Todavía no empieza a salir el sol, aunque no falta mucho para que lo haga, no pudo pegar un ojo en toda la noche. Comenzaría su primer día de clases en su nueva preparatoria y eso lo traía un poco ansioso, por lo que ya se estaba preparando incluso antes de tiempo.
Chifuyu Matsuno, un chico adolescente que empezaría su segundo año de preparatoria tras cambiarse de instituto, en una ciudad de la cual solo tenía recuerdos de su infancia.
La primera vez que se mudó fue principalmente por su abuela materna, desde que ella enfermó, su madre quiso mantenerse lo más cerca posible a ella por si llegaba a darse alguna situación que la requiriera, por lo que al terminar la primaria se mudaron para estar más cerca de esta.
Durante sus años en ese lugar, fue reconocido como el mayor bravucón, un chico con un carácter difícil y reservado, que se metía en cada pelea que se le cruzara, aunque puede que esa actitud no haya sido más que una "fachada".
Todo cambió tras la muerte de su abuela, ya que al no tener algo más que los mantuviera en ese lugar, su madre tomó la decisión de mudarse de vuelta a la ciudad de donde habían llegado.
Su progenitora pudo conseguir de nuevo un cambio de zona en su trabajo, y Chifuyu fue inscrito a un nuevo instituto.
El rubio se encontraba ya arreglándose para asistir a la escuela, realmente faltaba bastante para que comenzaran las clases, así que decidió tomarse una ducha para relajarse primero.
Se encontraba algo emocionado, cuando habían llegado notó que la zona de departamentos donde vivía seguía casi igual a como la recordaba, así que no creyó que hubiera cambiado mucho mientras no estaba.
Después de una larga ducha salió y con la toalla enrollada en su cadera se dirigió a su habitación, empezó a buscar su uniforme el cual se encontraba cuidadosamente colgado en su armario, entonces lo sacó para comenzar a ponérselo.
Le dio una rápida mirada al reloj que mantenía en su mesita y vaya que se le había ido el tiempo jugando a que tenía poderes de agua en la ducha, por lo que comenzó a cambiarse rápidamente.
Mientras se vestía se le presentó un pequeño problema...'Entren de una vez, malditos pantalones' comenzó a forcejear para que estos pudieran entrar provocando así una caída, golpeándose la mejilla contra el armario, pero al menos logró que sus pantalones entraran.
Al terminar de colocarse su uniforme salió de su habitación, se encaminó a la cocina donde encontró a su madre degustando de un café -Buenos días- La saludo y su madre con una dulce sonrisa le devolvió el saludo cuando notó su presencia.
Se hizo un rápido cereal con leche y se sentó junto con ella a desayunar -¿Emocionado por tu primer día de clases?- Parecía que su madre estaba más emocionada que él mismo.
-Algo así, me siento un poco ansioso- Sonrió, pero luego su expresión cambió a una más seria al notar la hora -Mierda...- No había perdido tanto tiempo como él creía, pero quería llegar algo temprano.
-Vuelve a decir una palabra como esa y lo siguiente que haré será meterte un jabón en la boca, jovencito- Amenazó su madre con su mirada clavada en él, se disculpó con una risa nerviosa y se apuró en comer lo que se encontraba enfrente suyo, al terminar dejó su plato en el fregadero.
-Me voy yendo, no quiero que se me haga tarde- Le dio un beso a su madre en la mejilla como despedida.
-Estás paranoico, todo va a salir bien- Dijo su madre dándole un mordisco a una de las galletas que acompañaban su café -Si sigues de esa forma en tu primer día, dudo que logres impresionar a alguna chica-.
'Tiene razón' el rubio giró los ojos, y tras hacer un pequeño berrinche a su madre por el comentario tomó su mochila y salió del apartamento, bajó las escaleras para ahora estar en camino a su rumbo.
Después de pasar algunas calles ya podía distinguir su destino. Se encontraba a unos metros de las escaleras de la entrada cuando decidió parar para tomar una gran inhalación de aire 'Fuiste respetado en por todos en la escuela anterior, ¿qué puede cambiar ahora?' pensó para después soltar el aire acumulado y ponerse en marcha a la entrada.
Con la mochila en su hombro, además de un papel donde se encontraban sus clases y horarios en la mano, pasó la entrada de su nueva rutina mañanera.
Pasaba esquivando gente que al igual que él, iban llegando. Desenvolvió el papel que mantenía doblado en su mano para poder verificar en dónde se encontraba su casillero, se puso en búsqueda de este, y cuando finalmente había logrado encontrarlo, una voz llamó su atención.
-¡¿Chifuyu?!- Al darse la vuelta sus ojos se detuvieron en una cabeza con cabello rubio chillón, y unos ojos azules con una expresión de asombro.
Se trataba de Takemichi, uno de los amigos que llegó a tener durante su época en la primaria, puede que haya teñido su cabello anteriormente negro, pero aún así era imposible no reconocerlo.
-¡Takemichi!- Ambos gritaron sus nombres y se pusieron a dar saltitos mientras se quedaban asombrados por la presencia del otro.
Estiró su mano hacia él e instintivamente supo qué estaba intentando hacer, era el saludo que habían estado practicando desde niños que habían sacado de la película "Juego de gemelas" la cual les fascinaba, pudo llegar a ser un chico temido y conocido por su carácter fuerte, pero eso no dejaba de lado que seguía siendo un idiota con corazón de niño.
-¡¿Qué cuentas?! ¡¿Cómo estuviste?! ¡¿Cuándo creciste?!- Acabando su saludo, Takemichi claramente comenzó a bombardearlo de preguntas, justo cuando iba a abrir la boca, Takemichi lo interrumpió -¡Espera, espera, espera! No me digas todavía, deja guardo esto- Señaló sus libros -y me pláticas de todo-.
Asintió con la cabeza y se sintió aliviado por un momento, ahora con el reencuentro de su viejo amigo supuso que sería menos complicado el ubicarse en dentro del lugar, por lo que decidió tirar el papel que aún seguía en su mano, así fue como se dirigió al bote de basura más cercano que visualizó.
Justo cuando estaba a unos pasos más del bote logró escuchar unos pasos apresurados que se acercaban hacia él.
-¡Muévete, rubiecillo!- fue ahí cuando un cuerpo se estrelló contra el suyo provocando la caída de ambos.
Después del impacto y con unas partes de su cuerpo adoloridas abrió los ojos, listo para enfrentarse a la persona por haberlo derribado -¡Idiota, ¿Acaso no te fijas por dónde... -. Sus palabras se quedaron atascadas en su garganta luego de que la persona a casi horcajadas suyo levantara su cabeza, lo primero que pudo apreciar fueron unos lentes resbalándose por la nariz de la persona descubriendo así unos ojos chocolate que lo miraban, una piel clara y pulcra, junto con una cabellera larga azabache... 'wow'.
El primer capítulo de una vez 🍃
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A Clash Of Baskets |¦ FuyuBaji
FanfictionSu primer día en una nueva escuela y ya está en el piso con el cuerpo adolorido debido a un gran choque con otra persona. ¿𝗤𝘂𝗲́ 𝗼𝘁𝗿𝗮𝘀 𝗰𝗼𝘀𝗮𝘀 𝗹𝗲 𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝗮𝗻? ➪Ningún personaje es de mi propiedad, todos los créditos a Ken Wakui, su r...