Tras haber abierto los ojos luego del impacto que recibió y ver a un chico encima suyo, el rubio se quedó en transe observándolo por unos cortos segundos hasta que bajó un poco la mirada y pudo notar que su mano estaba en la cintura del desconocido, rápidamente la quitó mientras se sonrojada.
Hace unos momentos quería partirle la cara a la persona que ocasionó su caída, pero ahora solo quería saber su nombre, sin intenciones con fines gay, por supuesto.
—Lo lamento tanto, hombre…— se paró rápidamente el de cabellos azabaches —No pude verte a tiempo y te arrollé en el camino— seguido de éste el rubio también se paró mientras trataba de suprimir una mueca de dolor.
Ahora en una posición un poco más decente pudo notar mejor las facciones y la apariencia del chico alto en frente suyo, llevaba el uniforme un poco desordenado, unas gafas algo chuecas en tu rostro, y una coleta descuidada que sujetaba su largo cabello.
Por la forma en que se veía era evidente que llevaba algo de prisa, y más aún por la manera en que éste hace unos momentos se encontraba corriendo por los pasillos del instituto.
—¿Te encuentras bien?— fue lo único que alcanzó a decir el rubio, algo que desconcertó al azabache, se suponía que era a él al que había arrollado en su camino.
—Yo estoy bien, tu cuerpo amortiguó mi caída— dijo con una pequeña risa el más alto, en se momento pudo fijarse en unos pequeños colmillos que destacaban en su risa, las mejillas del rubio volvían a tomar algo de color al escuchar su encantadora voz—Creo que la pregunta debería ir dirigida hacia ti, ¿te hice daño?—
El ojiazul negaba vagamente con la cabeza mientras lo seguía mirando, hasta que sus neuronas conectaron ‘Concéntrate, Chifuyu’—No, no, estoy bien— puso una pequeña sonrisa, era verdad que ya no sentía casi dolor.
El azabache suspiro —Menos mal, fue una buena caída la que nos dimos— palmeó su hombro de forma amistosa mientras soltaba una pequeña carcajada, eso le causa al rubio un pequeño escalofrío —Bueno, ahora sí, tengo que irme— empezó a alejarse a paso rápido —Gracias por servirme de colchoneta, rubiecillo— alcanzó a escuchar mientras se empezaba a perder entre la gente.
El rubio en su interior tenía ganas de volver a ver al chico lindo, y lo siguió con la mirada hasta que lo perdió de vista, pero justo después sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos ‘Pensar que un chico es guapo es normal, y no significa que me gusta’ se repetía hasta intentar creérselo.
—Tierra llamando a la colchoneta andante— salió de sus pensamientos y giro su cabeza, se encontró con un Takemichi algo divertido por la situación, y por la forma en que lo llamó sabía que había presenciado todo el espectáculo al igual que otras personas que pasaban por ahí.
Frunció el ceño y dirigió su mirada hacia las personas que aún seguían viendo, dándoles a entender que se metieran en sus propios asuntos.
Se fijó en que su mochila seguía tirada, así que la levantó y la colocó en su hombro, mientras se ponía en marcha al casillero para poder descargarla un poco, haciendo como si no hubiera pasado nada, ignorando las risas de su amigo atrás suyo.
Terminando de haber guardado algunas cosas, y solo llevar lo que necesitaría para su clase, se dío cuenta de que llevaba los mismos libros que Takemichi, por lo que cayeron en cuenta de que compartirían clase.
Luego se haber chocado los puños se pusieron en marcha para ir a su clase puesto que pronto sonaría la campana, Takemichi siendo el guía de Chifuyu, ya que seguía siendo el chico nuevo, y no lograba ubicarse.
Hablaron en el camino acerca de las cosas que pasaron en la vida del otro durante el tiempo en que no pudieron tener contacto mientras vagaban por los pasillos del gran instituto, hasta llegar a su respectiva clase.
Llegaron y se sentaron en unos sitios en medio del salón, esperando a que el profesor que impartiera la clase llegara, cuando este entró todo el salón se quedó en silencio.
El profesor anunció que tenían un alumno nuevo, así que llamó a Chifuyu para que se presentara. Se fue a parar en frente de sus nuevos compañeros e inició —Mi nombre es Chifuyu Matsuno y…— se detuvo por orden de su docente.
—Suficiente, puedes sentarte— con media palabra en la boca obedeció ‘Bueno, gracias por la gran bienvenida, no le vaya a quitar mucho tiempo de su clase’ pensó de manera sarcástica, aguantándose las ganas de decirlo en voz alta.
Volvió a su lugar, y comenzó la clase, trataba de poner la máxima atención que podía, pero a cada rato sus pensamientos se dirigían a cierto chico lindo pelinegro.
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Luego de un par de clases sonó la campana que indicaba el inicio de su receso.
—¿Te parece si nos vamos yendo ya al comedor?— preguntó Takemichi mientras todavía seguían en el salón recogiendo sus cosas.
Chifuyu aceptó amistosamente la propuesta. Ahora ambos se dirigían a la primera planta que era donde se ubicaba la zona donde la mayoría de los estudiantes tomaban su descanso.
Mientras pasaban por los pasillos, Takemichi le iba señalando un poco los alrededores de la escuela para que su amigo se fuera adaptando.
—Justo ahí se encuentra el gimnasio— indicó con su dedo para que su acompañante lo viera —Puede que los chicos aún sigan con sus prácticas, vamos a echarle un vistazo— se empezó a encaminarse hacia la entrada de este mismo, y Chifuyu no tuvo más opción que seguirle.
Cuando entraron pudo ser testigo del inmenso espacio que abarcaba el lugar, dentro se encontraban varias personas con la ropa de educación física.
Algunos se mantenían en las gradas recuperando energía mientras tomaban de sus botes de agua, otros de hallaban hablando con un hombre que parecía ser el entrenador, mientras que en la cancha se distinguían dos figuras jugando.
Quienes se encontraban en la cancha parecían ignorar todo a su alrededor. Un chico de cabellos violeta/plateados le impedía el paso al otro jugador de cabellos oscuros azabache que tenía posesión de la pelota, este último se le hacía extrañamente conocido.
El de melena oscura hizo utilización de una finta para engañar a la persona enfrente suyo para así poder pasar, luego fue en un abrir y cerrar de ojos que el azabache se encontraba dando un gran salto mientras lanzaba el balón a la cesta, logrando que este entrará.
—¡Anotación!— gritó el chico que hace unos momentos todavía hacía rebotar el balón.Los dos rubios que acababan de llegar presenciaron la escena, Chifuyu con una gran cara de asombro ‘Esa voz…’.
Ya intercambiaron unas palabras, que bonito el amor 🧘♂️
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A Clash Of Baskets |¦ FuyuBaji
FanfictionSu primer día en una nueva escuela y ya está en el piso con el cuerpo adolorido debido a un gran choque con otra persona. ¿𝗤𝘂𝗲́ 𝗼𝘁𝗿𝗮𝘀 𝗰𝗼𝘀𝗮𝘀 𝗹𝗲 𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝗮𝗻? ➪Ningún personaje es de mi propiedad, todos los créditos a Ken Wakui, su r...