Capítulo 1

141 29 17
                                    

Despierto con un sobresalto, sentándome sobre mi lugar en la cama, todo parece indicar que es un día como cualquier otro aunque claramente no lo es, definitivamente este día es especial, este día marcará un nuevo inicio, el prólogo de una nueva historia plasmada de lo que parecían ser simples sueños infant...

-¡Lía, despierta ya o se hará tarde!

Y ahí estaba él, ese rubio narcisista e insoportable que amo tanto, mi alma gemela, mi mejor amigo, mi hermano... Draco Malfoy.

-¡Mierda! Acabas de interrumpir una de mis mejores catarsis, si no me alegrara tanto verte, te mataría.
-El desayuno está listo y recuerda que a papá no le gusta la impuntualidad, además tenemos solo una hora antes de irnos a la estación.

¡Es cierto! La estación, hoy finalmente iremos a Hogwarts, entre los sueños, pesadillas y el sobresalto de mi hermano entrando a gritos en mi habitación, había olvidado que debíamos viajar hoy, creo que estaremos llegando por la noche al castillo pero aún así, el gran día es hoy, en una hora específicamente. A pesar de la emoción y el porte de calma que distingue a los Malfoy, por dentro estaba aterrada, de solo imaginar salir de la habitación y encontrar a mis padres, mis piernas tiemblan, no quiero siquiera imaginar lo que sentiré al llegar a la estación y mucho menos al llegar a Hogwarts, pero por otro lado no me perdería por nada del mundo esta experiencia, es lo que estuve esperando durante años y al fin es tangible, finalmente está pasando y es real.

-Ya, me cambiaré y bajo en unos minutos -dije mientras me levantaba de la cama, poniéndome la bata de seda verde esmeralda que reposaba en el sillón a un costado del cuarto.
-Listo, no tardes.
-Oye Draco...
-¿Qué pasa?
-Yo, te extrañé demasiado -dije mientras me acerqué a abrazarlo.
-Solo te fuiste de viaje por 2 semanas, ni tiempo me diste de extrañarte cuando ya estabas de regreso molestándome.
-Oh vamos, admite que no puedes vivir sin mi.
-No cambias, cierto? Te espero abajo -dijo mientras salía de la habitación ocultando una pequeña sonrisa en su rostro.

Examiné mi habitación cuidadosa y rápidamente, me dirigí al baño mientras pensaba cómo debería vestirme, lavé mis manos y mi cara, me acerqué al vestidor y elegí un par de medias negras, una falda corta y blusa de cuello alto del mismo color, una chaqueta de cuero negra, una diadema blanca y un par de zapatos negros. No había notado que mis maletas estaban ya armadas y listas, esperando por mi a un lado de la puerta, me giré hacia la cama para buscar mi varita y ahí estaba, sobre el mueble del lado izquierdo, 25 cm de largo, cedro y núcleo de pelo de unicornio, con mango negro que se difuminaba a blanco hacia la punta, majestuosa y hermosa con una gema blanca al final del mango y 3 letras grabadas en este. La tomé y la coloqué dentro del portafolio negro que mis padres me obsequiaron en mi cumpleaños número 14, Draco tiene uno igual y aunque a él le parece un toque distinguido y elegante, a mi me parece un tanto aburrido y formal para la situación, pero de cualquier modo, ni mi hermano ni yo somos buenos desobedeciendo las pequeñas normas de etiqueta impuestas por mi padre.
Antes de salir de la habitación, miré por la ventana hacia los jardines en forma de laberinto que hay a un costado de la mansión, quedé maravillada por un instante de la simbiosis que formaba el cielo con los árboles y aquellas nubes blancas que danzaban hacia mi derecha, cuando de repente escuché un pequeño susurro de una voz familiar, chillona y dulce que venía de atrás de la puerta.

-Señorita Lía, solo la están esperando a usted, su padre subirá en cualquier momento.

Abrí la puerta con cautela para encontrarme con un adorable viejo amigo...

-Justo estaba por bajar, Dobby -dije mientras tomaba las maletas de la puerta y salía de la habitación.
-Déjeme ayudarla con eso señorita Lía.
-Está bien Dobby, yo puedo sola, mejor ayúdame a cerrar la puerta, ¿podrías?
-Claro que si señorita Lía, Dobby está encantado de que los niños Malfoy empiecen sus estudios en Hogwarts, Dobby va a extrañarlos mucho, en especial a la señorita Lía.
-Dobby no tiene que decirme "señorita Lía" cada vez que hable conmigo, somos amigos.
-Dobby respeta y admira a la señorita Lía, jamás se atrevería a hablarle como un igual.
-Pero somos iguales Dobby, en fin, yo también voy a extrañarte, mucho.

Bajamos las escaleras que se encontraban a la mitad del salón, dejé las maletas junto a un sillón mediano de color negro y me dirigí al comedor que se encontraba a la derecha, por un gran pasillo elegante y lúgubre y ahí estaba la familia Malfoy, mi familia; Mi padre, Lucius Malfoy, con su infinito porte de superioridad y su bastón de serpiente que guardaba su varita, a su lado mi madre, Narcissa, tan fina y pulcra como siempre, sonriendo a mi hermano con ternura, mi hermano, Draco, de frente a ella, mirando su plato con nerviosismo y ansiedad, nunca he comprendido cómo es que, habiendo crecido juntos, somos tan diferentes, no es que nos odiemos y no tengamos nada en común, de echo, somos muy unidos, simplemente creo que le afecta un poco más la precariedad emocional de mi familia.

-Tarde como siempre, ahora que irán a Hogwarts, debes ser más puntual y comprometida con las reglas sociales hija, no quiero que pongan en mal estatus el apellido de nuestra familia.
-No volverá a pasar padre, mamá... -tomé asiento junto a mi hermano y comenzamos a desayunar sin decir una sola palabra.

Ya te extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora