🖤☠ ❝Cosas malas les
pasan a la gente que amas,
y te encuentras a ti mismo
rezandole al cielo.❞ ☠🖤
Tres historias de Shadyside en diferentes épocas cuyo lazo es más fuerte que la muerte misma
[karmic foedus duology...
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CAPÍTULO UNO: otra vez
ESA NOCHE EN PARTICULAR, PARECÍA SER LA MÁS OSCURA DE TODAS. A diferencia de esas veces en la que fácilmente te podías ubicar o saber acerca del lugar en donde estabas parado, a Maisie le costó bastante saberlo con exactitud.
Sentía como el aire helado se penetraba dentro de sus pulmones para luego ser expulsado con rapidez para evitar congelarse con el mismo. Sus manos temblorosas apenas si podían mantener con firmeza la linterna que pegaba casi contra su pecho en un nulo intento de alumbrar a sus alrededores.
Ella estaba paralizada de miedo, no entendía cómo ni en qué momento había llegado a parar ahí, tampoco es como que se le hiciera un lugar reconocido, pues estaba rodeada de árboles que le dificultan ver algo que estuviese a más de un metro de distancia de donde estaba parada. Sentía por encima suyo el ruido de una lechuza, cosa que solo le confirmaba que habría de estar metida en el corazón del bosque, en medio de la nada misma.
Maisie no recordaba del todo bien la última vez que había tenido tanto miedo, ese era un recuerdo vago de su mente que solía bloquear como la mayor parte de su infancia, porque simplemente prefería hacer de lado esas cosas que le hacía sentir vulnerable para evitar sentirse así de nuevo. Ella no recordaba del todo bien lo que realmente era estar aterrada, pero el sentimiento se acercaba bastante.
Desde que tenía uso de la razón, tuvo que arreglárselas por sí misma para ser alguien independiente. Quizás ahí estaba la principal razón por la que no era muy buena socializando, optando por tomar el papel de la chica cuyo destino arruinado está sellado de alguna forma y no lucha contra corriente para evitarlo. No como lo hacían la mayor parte de los que vivían en Shadyside.
La idea de mejor haber ido al bosque con algún acompañante sonaba más coherente que estar absolutamente sola, ojala se lo hubiera pensado mejor antes de aventurarse en medio de la oscuridad. Pero por alguna extraña razón, tenía profundas lagunas mentales que ni siquiera le podían ayudar a recordar si es que realmente se lo hubiera planteado en algún momento antes de adentrarse al bosque.
Estaba perdida, cada que apuntaba con su linterna hacia algún lado, todo parecía ser absolutamente igual, como un laberinto sin salida en el cual se había metido y ahora no sabía como escapar.
La idea de caminar sin rumbo en cualquier dirección hasta encontrar algo que se le hiciese conocido como para regresar a la ciudad se le hizo la idea más razonable en ese momento, cosa que estaba a punto de hacer hasta que escuchó un espeluznante ruido de entre medio de todos esos árboles.
No sonaba como un grito o el ruido de algo rompiéndose, de haber sido así, quizás hubiera echado a correr en lugar de desconcertar más de lo que ya estaba. Este, se asemejaba al masticar de un animal salvaje, ese mismo ruido desagradable y extraño que hacen con la boca al desgarrar el cuerpo de otro y finalmente degustarlo tras una exitosa caza. Le recordó al ruido que hacían las ratas del basurero que se encontraba a las afueras del centro comercial. Esas mordidas sonoras que provocan cada que se alimentan de los desechos.
