La prueba fue realizada un par de veces más antes de dar por hecho que sí era un omega a fin de cuentas, sus padres cada vez más decepcionados dejaron a BoSung hospitalizado dentro de uno de los laboratorios donde se realizaban pruebas de campo, cada tanto los padres iban a tratar de convencerlo que todo estaría bien, que sin duda hacía todo por su bien mientras el de pálido joven se retorcía y vomitaba a causa de los medicamentos y supresores que comenzaban a probar.
A la familia había llegado el sujeto de pruebas que necesitaban para probar la conversión de omega a Alfa, una situación antinatural y sacada de película de horror.
▬ BoSung-ah... Cuídate.
Escuchaba un murmuro llegar de la nada dejando en sus manos una carta que le era imposible leer en el momento, juraba que era la voz de MinJeong pero al mismo tiempo, ¿qué haría su hermano en el laboratorio? De igual manera fue la última vez que lo escuchó, la carta no decía más que palabras de lamento por la situación que el menor atravesaría y dejaba inconcluso todo con un "volveré para protegerte", pero eso suponía que por el momento si había un haz de luz ya se había oscurecido.
Dentro del laboratorio comprobó los rumores que sumergían a su familia, pruebas en Alfas y omegas, incluso en betas para dar certeza a los medicamentos, personas en bolsas para la morgue y otras con profundos trastornos psicológicos mientras que en una cama reposaba BoSung observando toda su vida pasar en un coma inducido, solo podía presenciar contacto humano cuando lo cambiaban, duchaban o movían para evitar puntos de presión y potenciales escaras.
Todo para el momento para el cual pasaron seis años de prisión, el joven risueño estaba tan fundido que siquiera mostraba emociones en sus ojos, algunos momentos valían la pena como escuchar risas ocasionales, voces cálidas y palabras de apoyo de los enfermeros que mantenían su cuerpo en buen estado.
De resto todo era una pesadilla.
Dieciséis años tuvo que esperar el menor de los hermanos para ser sacado del coma inducido para el cual necesitó rehabilitación, su musculatura estaba flácida y debido a los medicamentos su crecimiento no fue del todo agradable quedando en un metro sesenta y cuatro cuando mucho.
▬ Feliz cumpleaños BoSung, es cuatro de diciembre, cumples dieciséis y eso significa que tu primer celo está en camino.
No hubo respuesta pero sabía bien a lo que se refería, el primer celo de un omega era el más terrible y por ende necesitaba un buen supresor para adaptarse a los cambios hormonales y afrontar la maduración de su sexualidad.
▬ En la mesa del frente están los supresores que necesitas para que éste día no sea tan horrible, si puedes alcanzarlos son todo tuyos, de resto deberás pasar por todo esto solo.
Parloteaba el doctor a cargo a sabiendas de que por su hipotonía no podría mover ni un solo músculo y aún así Lee lo intentó, trató de moverse con todas sus fuerzas hasta alcanzar mover sus dedos de pies y manos. Así fue de forma progresiva como fue recuperando la movilidad siendo monitoreado por ello, su condición era toda una hazaña por las drogas que habían sido probadas desde hacía seis años y que no reaccionaban de forma negativa.
Durante una semana BoSung siguió avanzando hasta poder consolidar la marcha sujetándose de cada lugar que tenía para apoyo, la píldora no necesitó agua para ser tragada ya que los episodios febriles venían atentando con desatar el celo desde horas antes, salvo que no consideró que no estaba en el lugar más propicio y apenas tomó la pastilla pasó solo un minuto para retorcerse en dolor, el celo había sido inducido con fuerza... Esa pastilla experimental desataba su deseo sexual esparciendo el aroma a durazno por la cabina reforzada para no enloquecer a otros Alfas.
Hasta el mismo detestaba su olor.
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My peachy boy, BoSung.
RandomLee BoSung es el menor de tres hermanos dentro de una familia adinerada de farmacéuticos donde todos son Alfa, un conglomerado conocido por llevar a otro nivel sus investigaciones sobre los métodos anticonceptivos y supresores. Dentro de las aspirac...