¿Y SI TE ENCUENTRO?

Realidad

Como lo sospechaba, aquella mujer de mirada inexpresiva que divisaba durante mi ausencia de ocupaciones desde la ventana de mi habitación no era nada más que una visión fantasmal por mi falta de sueño, intuí que me estaba volviendo loco y se apoderó de mi un pánico al darme cuenta de que estaba aquí, a mi lado.

Me di un gran pellizco para cerciorarme de que no estaba dormido nuevamente, pero no sirvió de nada sus manos se levantaron e intentaron tocar mi rostro pero mis reflejos me obligaron a huir, corrí escaleras abajo como alma que lleva el diablo hasta que mi cuerpo se derrumbó, caí perdiendo la noción de todo lo que podía haber pasado despertando a los pies de una mujer totalmente diferente a lo que espectralmente observaba desde mi domicilio y quedé mudo, el silencio me invadió y mi cuerpo extrañamente en calma se hundió en las cuencas húmedas de aquella pesada aparición.

Me vi perdido entre el laberinto de sus ojos, decidí parar, me propuse dejarlo así, y no es que no quisiese seguir enredándome en los lazos de sus dulces y delicadas manos el problema es que ella no estaba, no existía no acaloraba mi cuerpo como lo haría una persona viva, no hacía que mi piel sollozara por los latidos y vibraciones de un corazón lleno de vida, no percibía el olor a hierba fresca y humo de madera fina en fogata al aire libre que me temía tuviera una persona. Creo que la amaba, la amaba como un ruiseñor ama murmurar canticos secretos al amanecer y atardecer aunque nuestra especie no le entienda pero admire, la amaba tanto que mi vida dejaría desvanecerse en el fulgor ardiente de un fuego intenso y espeso que arde. Pero no podía, no debía dejarme consumir por espejismos hermosos como de leyenda encantada y olvidada en el tiempo, debía abandonar aquella ilusión afable e imaginaria, todo aquello me desviaría de lo que en verdad importa, debía olvidarme de aquello, no es real, no es para ti me recordé.

Por meses busqué dentro de los viejos recuerdos empolvados de mi memoria, y nunca hallé nada que me hiciera recobrar los años traslucidos de mi inventada vida, era desesperante no obtener respuestas, mi cuerpo se consumía en llantos y sollozos casi inaudibles deshidratados por el tiempo y cansados como ave en picada con miras de atrapar peces grandes. Tal vez esos recuerdos como yo los veía no eran míos, tal vez debía ver más allá de la imaginación, esta vez debía dejarlo fluir, debía dejarme llevar y llegar al fondo de la situación.

Logré como nunca dormir sobre mis brazos, con una posición significativamente asfixiante pero acogedora, mis ojos ennegrecidos con carbón mojado plasmado sobre blanco lienzo saltaban desesperados aun después de cerrarse con si suplicasen salir del trance que atrae el sueño, atemorizados por lo que a ciencia cierta no sabemos si pueden ver pero que obviamente sucedería en tal vez poco, muy poco tiempo. Empecé a sentir como se aceleraba mi corazón, palpitaba tal como un corcel en galope repentino por un suceso inesperado y mi cuerpo temblaba por las contusiones que provoca el miedo. Ahí estaba de nuevo en el lugar donde todo empezó, la nieve espesa y el frio incesante quemaban mis labios estaba casi desnudo, desesperado por encontrar donde refugiarme de nuevo fui a parar a sus fríos y pálidos pies, estaba descalza y su mirada perdida entre chispas que iluminaban su rostro casi dejaban ver su limitada expresión, no pude contenerme y solté un chillido que a mi parecer fue un grito ensordecedor, como única vez sentí un calor recorrer mi cuerpo ayudándome a recuperar el aliento, la nieve cesó y me encontré perdido y solo, rodeado de una infinidad de rosas color negro, la vi pasar a mi lado recorriendo un camino imaginario como sin meta, y la seguí, fue ahí donde me di cuenta por vez primera, que irrumpía en mi sueños y visiones no para atormentarme si no en busca de ayuda, quería que fuese yo quien la encontrara, me eligió, y sentí como nunca la necesidad de estar despierto nuevamente y unir todas las piezas, yo sería su héroe prometiendo nunca más tener miedo.