Capítulo 4

73 10 4
                                    


Diego.

-Diego, ya despierta tenemos practica en el campo en 10 minutos- escuche al fondo a Edu hablar.

-Ya voy- me levante, fui al baño, salí del baño me puse mi uniforme y fuimos al entrenamiento.

Pasada ya 2 horas entre calentamiento, ejercicios y juegos, nos dejaron la tarde libre, los chicos y yo fuimos a bañarnos y quedamos que teníamos 20 minutos para ir a comer todos juntos.

-¡Oraleeeee!, ya es horaaaaaaa- grito Hector desde el pasillo.

- Ya vamos- dijo Francisco en lo que yo abría la puerta y veía a mis amigos.

Llegamos al comedor y nos sentamos en una mesa enfrente de la puerta de la cocina, empezamos a platicar sobre partidos que habían pasado en estos días.

- Pero ¿apoco si es buen portero?, tengo mucho que no veo futbol mexicano- dice Edu.

-No bueno como se fue a Londres el niño ya se siente mucho-  dijo Pancho en forma de burla hacia Edu.

- En Italia tampoco los pasan- dice Héctor apoyando a Edu y haciendo molestar mas a Pancho.

- Déjalos, ya se creen extranjeros- dice Hernán a lo que todos se ríen - ¿En España si pasan los juegos o también es mucho para ti español?- me pregunta Hernán pero yo no puedo contestar por que estoy viendo a la chava de la otra vez, a la que vi al frente del gimnasio.

-Chicos, buenas tardes tenemos nuevos miembros en la cocina y ellos van  a estar en contacto con ustedes así que es necesario que se conozcan. Ella es Valentina estudiante de gastronomía y se va a encargar de sus menús y que sean los correctos y los aprobados por el área de nutrición.

-Hola- dice Valentina con una voz muy baja y muy dulce haciendo notar su nerviosismo. 

-Hola- decimos todos a la misma vez.

-Y el es Fer será su mano derecha, ellos dos se encargaran de eso así que apoyen los y nada de bromas, juegos o cosas así se que acaban de llegar pero compórtense por favor, ¿entendido?- nos dice mirandonos serio.

-Como si hiciéramos muchas cosas así- dice camilo a lo que todos reímos, ya que el chef tiene razón siempre bromeamos y hacemos muchas bromas pesadas y juegos en el club.

-¿Necesitas ayuda? ¿Quieres que yo lo haga esta vez y ya tu las demás?- le pregunto el chef a Valentina directamente mientras todos veíamos con mucha atención.

-No chef, no es necesario- dice con su sonrisa timida.

-Excelente pequeña acabas de salvarme por que tengo una junta y voy justo a tiempo- menciona el chef contento- okay prestame tu tabla con la lista- le dice de nuevo a la chica la cual extiene una lista y el chef empieza a tachar.

-Mira solamente estan los que marque con el marcatextos, a ellos debes de hablarles, los demás los iras conociendo con el tiempo- dijo tranquilamente el chef

-Oído chef- el chef de se despide de los dos chicos y camina hacía la salida, ella voltea a ver al chico el cual creo que se llama Fernando y empieza a hablar con el. Mis amigos siguen con  su platica y sus bromas pero a mi es imposible concentrarme ya que hay ella llama mas mi atención, pasado unos minutos empieza hablar.

-Hola...amm...Disculpa...Chicos...Hola...-dice pero ya que hay mucho ruido en el comer no se alcanza a escuchar.-

- ¡Ey!- grite a lo que todos voltean a verme- La niña quiere hablar- causando que ahora todos la voltearan a ver.

-Gracias- me dice mientras me mira a lo cual yo solo sonrió- Bien, como Dijo el chef mi nombre es Valentina y pueden llamarme como quieran, el es Fernando- dijo señalando al chico que estaba a su lado, pero el chavo solo se dedico a mover la cabeza en forma de saludo.

- empezaré a hablar a hablarle a cada uno de ustedes  para ver su menú de hoy ¿ok?- todos asentimos y empezó a llamarnos. Ya llevaba como a 3 llamados cuando llamo a Marco con el cual duro un largo tiempo hablando y este le acomodaba el cabello, tocaba su mano y su hombro, cuando finalmente termino de reír por todo lo que le decía Marco siguió hablándole a los demás. Pasaron solo 2 personas mas cuando finalmente me toco a mi.

Me pare nervioso ¿Por qué? no lo se, acomodo mi playera  tipo polo del uniforme de la selección y camine hacía ella, durante el camino pensé en que decir y aunque solo eran aproximadamente unos 10 o 15 pasos se me hicieron eternos y  de repente finalmente llegue, paradome junto al frente de ella estire mi mano y dije

-Diego, Diego Lacunza mucho justo- ella solo estiro su mano y yo, yo no podía por alguna rara razón dejar de mirar sus ojos.


Hermosa CoincidenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora