Los lirios blancos

277 13 2
                                    

Terriblemente apenada por la tardanza ╯︿╰

Tacones hacen eco en el corredor y ante, lo que asemeja ser un secreto atroz, Zeus se marea del olor a canela, proveniente del cuarto al final del pasillo.
Ahí donde ella descanza, en las entrañas del inframundo solo él, Thot y Anubis pueden acercarse.
Rodeandolo (incluso si no puede verla) solo hay destrucción y se pregunta como es que su hermano logro explayar semejante belleza en un lugar así. De la enorme puerta ocre con dibujos estilo medio-oriente a pintura negra, pintados con la habilidad de un viejo artesano de manos cansadas ,unas flores que no se alcanzan a reconocer, buscan hacerse un lugar para respirar el aire doloso del inframundo.
De lejos, cualquiera pensaría que se tratan de rosas blancas, pero el sabe que no es así.
Podría jurar que es de noche, pero ahí el tiempo es irrelevante. La luz de la luna se ha perdido en un cielo inexistente desde hace ya un rato y por un momento piensa en todo el sufrimiento siempre dirigido a su hermano. ¿Cuánto no había sufrido ya Hades? ¿Cuánto desde aquella fatídica tarde de un otoño que bien puedo haber no haber existido aún?
El amor de Hades hacía su hermosa Kali -la razón de esa anormal visita- era tan puro, inocente y a la vez consumista, que lo había hecho transformarse (para bien y para mal). Ella le había enseñado el placer de hablar con las estrellas y la melancolía de tener un mundo sin ellas.
Como si no. Cualquiera que negara el amor de Hades a su magnifica Kali, debía darse un paseo a donde esta, día tras día mas cansada pero viva, dormía,para ver como el Dios habia sido capaz de crear un oasis en pleno infierno.
Quizás esa era la razón... si claro. La culpa de que Hades la traicionase había sido ese amor tan puro y noble que le tenía.
Zeus agita la cabeza y disipa las ideas. No pensara en algo tan delicado en ese momento. Mal, mal.
Kali aún esta descansado y su débil respiración -a pesar de disminuir- traspasa la puerta. Mientras más se acerca el jardín improvisado de flores crece con el. Salen con sus ramas aplastadas del cuarto, escabulléndose silenciosas lejos del olor a canela, quizás buscando la luz del sol que se les a sido arrebatada.
Son lirios blancos. Más pequeños que la palma de su mano, pero seguramente más grandes que las de un niño.
Y en un funeral, las representan como la muerte.
Dos animales con cabeza de cocodrilo, cuerpo compartido entre un hipopótamo y un león descansan placidamente sobre la hierba. Son Ammits, puestos por orden de los egipcios. No puede creer que Hades de verdad la quisiera tanto -quizás un toque de respeto también - como para cumplir los caprichos de aquella su familia.
¿Quienes son ellos para negarles algo? Después de todo, los hindúes están muertos por su culpa. Ni el ejército, ni sus hermanos. Fue él. Su error fue el causante de la soledad de la diosa.
Lo va a odiar cuando despierte -si alguna día lo hace.
Podrá haberse "olvidado" del genocidio a los hindúes. ¿Qué más podía hacer si no? Estaba sola en ese entonces. Pero seguramente, no le daría una segunda oportunidad. No la culpaba.
Sufrió tanto.
Como el lirio solitario a la orilla de los arbustos. Esta seco, casi muerto.
Cuidadoso de no despertar a los Ammits, se acerca a arrancarlo, dándole una muerte más rápida.
La flor se hace polvo en sus manos -tal y como debe ser.
Se pregunta por un momento si ese sera también el pronto destino de la diosa, pero al agitar la cabeza, disipa las ideas, nuevamente se regaña por esos absurdos pensamientos.
No esta bien pensar en la muerte en la tierra de los muertos.
Suspira, regresando a la realidad, por el fuerte olor dulce (no es necesario respirar para poder percibirlo).
Vuelve a caminar hacia la entrada, asegurándose que sus los tacones de las botas resuenen por el pasillo.
Con los Ammits dormidos y nadie interrumpiendolo, se aproxima a abrir la puerta.
Al menos tratar. No es raro que en Tártaro haya una gran cantidad de puertas bloqueadas, esta vez la de Kali no es la excepción.
No responde. No se mueve ni un poco. Solo el sonido de la madera contra piedra, tratando de escaparse una de la otra.
Soltando la manija, Zeus se resigna, pero al girar, ya es demasiado tarde.
Los Ammits están despiertos. No le encuentra el caso sorprenderse, sabe la intención de que estén ahí.
Las cabezas de cocodrilo le gruñen con el sonido gutural de un león. Al alejarse de la puerta volviendo a donde se encontraba, los animales le siguen el paso. Las furicas miradas de los Ammits; como si supieran de quien se trata, como si supieran lo que hizo.
No puede calmarlos y lo sabe. Solamente sus dueños -y muy probablemente la diosa Hindú.
Quedándose ahí parado sin saber que hacer, piensa en todo lo que sería diferente si nunca hubiera puesto a Kali en aquel trance.
"Ammath, Shanmm, quietos."
Le sorprende la autoridad en la voz de la persona.
Thot no ha salido por completo del cuarto y un aura de respeto frente a los animales ya se rige.
Lo ignoran, solo lanzandole una mirada más de repudio y le dan la espalda, como si simplemente se tratara de un mortal. Se inclinan ante Thot, su atención completamente desviada de Zeus.
Les lanza una mirada compasiva a los animales, pero para cuando lo mira a el, es todo lo contrario. Se ha acostumbrado a la frialdad en los ojos del ejipcio. Fue su tutor tras esa tarde de otoño y, como con Apolo, nunca logro una mirada de cariño, unas palabras de te quiero (tampoco es como si las necesitara).
Thot había dejado en claro, siendo un niño aún, que no quería tener nada con Zeus. Pero después del sueño, después de aquel trance, no tuvo elección.
Los Ammits parecen ver todos esos años resagados en los ojos de Thot y se giran, mostrando los colmillos en espera de una orden.
No hay ninguna y mientras Thot lanza una última mirada dentro de la puerta aún entre abierta, las bestias ablandan sus gestos.
Por un momento se pregunta si sabrán lo que sucedió. Tanto antes de que la diosa se encontrara en el sueño, como el porque de su estancia en el oasis del Tártaro.
Un silencio incomodo se dispersa por el pasillo. Thot lo mira y él lo mira de vuelta, pero las palabras se han escapado de su boca y ya no cree que sea buena idea entrar a ver a la anfitrióna de la fiesta.
¿Por qué no piensa en que decir? Le ha pasado más de una vez y el resultado es similar.
Quiere verla todos los días porque la extraña. Claro que la extraña. Si se hubiera interpuesto entre sus hermanos y ella antes de que...

...Bueno. Eso es otra historia.
Pensando en sus palabras -como aquellas veces anteriores - trata de pararse firme ante Thot. Como esas veces que le da una orden, una demanda. Conociéndose, sabiendo que por alguna razón le teme.
"Thot" ni un solo movimiento, no quiere dar pasos en falso. Tampoco debe olvidar que sus pulmones deben llenarse de oxígeno" Veo que hemos tenido la misma idea." Una mueca casi transparente viaja por el rostro del Ejipcio, pues sabe que ellos nunca pensaran lo mismo (al menos no exactamente)" Entraré a ver a Kali."
Es cuando al fin se pone a la defensiva. Un pequeño gesto con el pie, tomando una postura recta. Los Ammits alerta,,apenas y se mueven también.
Ya sabe lo que viene. Le dará alguna excusa para no entrar o jugara con su ego, como en otras ocasiones.
"¿Entrar? ¿Entrar para qué? Con todo respeto, ¿no cree que ya ha hecho suficiente daño?"
Y esa reacción es nueva.
No es normal que Thot le hable así.
Si tal de donde vienen, Zeus tiene palabra de ley y tal vez el debe obedecer todo lo que le manda. Pero esa no es su casa y esas ni son sus reglas.
Y por Kali.
Por Kali todo.
Esta cansado como para armar un escandalo en pleno Tártaro. Una cabeza de chacal, tal como la representación más pura de Anubis lo mira desde la parte alta de la puerta. Había olvidado su existencia.
"Mis disculpas" se hace a un lado para dejar pasar al ejipcio y este solo le lanza una mirada de desconfianza al cerrar el portón tras su espalda.
Lanzandoles una vistazo a los Ammits, Thot camina ergido lejos de la puerta y los dos animales tan solo se tranquilizan, sin bajar la guardia.
Al menos ya no muestran los colmillos.
Frente a la puerta de Kali, lo único que Zeus hace es cerrar los ojos, ignorando a los animales.
Si quizás nunca despierta.
Si de verdad nunca lo hace...

¿Cómo podrán disculparse de todo el mal que han hecho?

Lamento tanto la tardanza T_T
La escuela es una vasca últimamente y agh aghhhh quiero morir.
Me disculpo tambien por lo corto que fue este capítulo, quería actualizar lo mas rápido posible y es probable que contenga varios errores. Prometo que me mataré para que los demás sean mas largos, interesantes y...ammmm...lo que le falta.
De cualquier forma,,gracias a las únicas cinco personas que leen esto ╯ω╰ son grandes.
Dos vidanya~~

Traición(Kamigami no asobi Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora