En su primer recuerdo sobre Kali, esta aparecía sobre su cabeza y la de Anubis, con el rostro lleno de cortes y lágrimas en sus ojos, corriendo por sus mejillas, haciendo marcas, como si el agua caliente cortara su rostro.
Ginoesfinge*. Trato de llamarla como uno de esos seres de los que su madre le contaba, pues su piel, a la luz, aquella vez, tenía un color dorado, como el pelaje de un león y juró haber visto unas llamativas alas desplegarse por su espalda.
Años más tarde, se encontraría apenado, tratando de esconderse de ella, tras contarle ese secreto de su primer encuentro... pero, eso es otra historia.
Su primer encuentro le sabía a dolor. No solo por ellos. No solo por perder a sus seres queridos y su hogar.
Kali les sonrió, pero en sus ojos, aquel mismo dolor, aquella misma pérdida y amargura de pertenencia lograba abrirse paso.Más tarde, de nuevo sobre ellos con ese carisma maternal que anhelaba como si se tratara de un recuerdo que sus padres se habían llevado y de esa forma dudara que su tan amada Kali tan siquiera había sido real. Por otra parte el sabía que sí. Ella, con una mezcla de preocupación y diversión en su rostro, curando sus heridas. Y, por supuesto, el inconfundible rostro de Anubis, parado justo al lado, soportando los berridos que el mismo Thot otorgaba, un temible grito de guerra que a esa edad, era interpretado por Anubis como una puerta a el llanto de alguien más (de él para ser precisos).
Su mirada se expandía de pronto, rodeado por ruinas de un lugar enorme a sus ojos. Tanto de infante, como de adulto, aquel lugar era la cosa más enorme que jamás tendría el placer de explorar: el Palacio.
El palacio en ruinas.
Con cariño, la primera vez que reunió el valor suficiente para preguntar, ella lo denomino el Palacio Universal; continúo hablando entonces: este era mi hogar cuando tenía su edad. Fue cuando sus mentes infantiles, intrigadas por saber más, preguntaron la razón de aquella descuidada apariencia.
Zeus, fue la respuesta que exhibió una sonrisa cálida. No paso por su mente que aquel Dios había sido el causante de aquella destrucción. No pensó en la muerte o destrucción que siglos atrás, su arrogancia había causado.
De vez en cuando, cuando la academia seguía en pie, harto de los mocosos que debía educar, ya de noche, cuando todos dormían y él se ponía a recorrer la biblioteca, le gustaba recordar la sonrisa de Kali en aquel instante, cuando pronuncio el nombre de ese monstruo con una calidez indigna de él. Nunca resolvió realmente que paso por su mente, con que relaciono aquella respuesta en esa ocasión.
Quizás que, como ellos, Zeus había sido el responsable de su tutela. Que él había construido el palacio, o que se veían ahí de vez en cuando, cuando poseían su edad.
Una risa amarga se escapaba de su garganta. Son los pensamientos que, quería pensar, pertenecían a un infante. Sentía lastima por el niño que fue en aquel entonces y más de una vez llego a preguntarse, si las cosas hubieran sido distintas de haber modificado aquel pequeño pensamiento o de haber recibido el conocimiento que ahora posee al nacer.
Quizás ella seguiría ahí, jugando cosas infantiles con él y Anubis en el palacio universal o dando los cariños que nadie más les daba a los Ammits. Siendo la madre más amorosa y atenta que jamás tuvo. Contándole historias de una familia que él nunca antes tuvo y nunca tendría; describiendo todas esas fiestas, esas risas y colores que le encantaba mencionar, frunciendo la nariz en un acto compulsivo.
Vaya, no quería admitirlo, al menos no frente a Anubis, quien la mayoría del tiempo estaba a su lado, pero la extrañaba como un abrazador fuego quemando hasta su conciencia. Ella los había criado. Habían aprendido tanto de ella. Dependían de su bondad.
Dependía de la ilusión de una Ginoesfinge, pues extrañamente, era la única forma en la que podía recordar a su verdadera madre.
Ahora se encuentra ahí. Hablando sobre su verdadera madre a un diminuto ser que a penas y respira. Absurdo, se dice.
Nut**, había desaparecido milenios atrás, escondiéndolos del ataque de Zeus en aquella peculiar tarde de otoño, temiendo por ella, y de cualquier manera queriendo asegurar que sus hijos bastardos sobrevivieran. Por otro lado, si ella había logrado sobrevivir o no, no había dejado de ser un misterio.Un enorme libro descansa sobre su regazo, mientras se inclina a sentir el pulso de Kali.
Uno...dos.
Las palpitaciones son lentas y trata de ignorar el posible significado que el nuevo cuerpo intenta transmitir. No puede... claro que no. ¿Cómo soportar todo ese dolor? Ya ha sido suficientemente fuerte... por su hermano, por la familia que quizás nunca vuelva a recuperar.
Apenas retirando un poco el libro bajo su regazo y pegando la mano de Kali a su frente, Thot se agacha para poder contemplar mejor el rostro de aquella que logro ser su ejemplo maternal después de perder a su verdadera madre. Se muerde el labio, asegurando de hacerlo sangrar.
Y comienzan las lágrimas...
*Son leones alados con rasgos faciales femeninos. No son tan fuertes como las androesfinges (cuerpo de león macho alado y la cara de un hombre) pero son más inteligentes y sabias. Viven en climas cálidos y desérticos. Les encantan los acertijos y suelen ayudar a los viajeros a cambio de acertijos u otra información que consideren interesante como, por ejemplo, la localización de una androesfinge. También tienen magia y pueden lanzar muchos tipos de conjuros, uno de ellos, la clariaudencia, que les permite escuchar comentarios de otros seres aunque no estén cerca. Son amantes de los tesoros, por lo que aceptan gemas y oro a cambio de algún favor.
**Nut, o Nuit, "La Grande que parió a los dioses", es la diosa del cielo, creadora del universo y los astros
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Traición(Kamigami no asobi Fanfic)
Fiksi PenggemarWattpad me borro la descripción y estoy tratando de calmarme ⊙▽⊙ Como sea, termine la serie hace tiempo y mi amiga y yo nos hicimos headcanons muy graciosos. Sin embargo, en esta historia no me centraré en esos elementos, si no... bueno, como lo ve...