𝗜𝗡𝗠𝗔𝗥𝗖𝗘𝗦𝗜𝗕𝗟𝗘 [ᴛᴀᴋᴀsʜɪ ᴍɪᴛsᴜʏᴀ x ᴏᴄ]

┣𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗜

Al terminar mi tarde de estudio me dispuse a recoger cada una de las hojas y cuadernos que tenía sobre el escritorio, procurando separar aquello que necesitaba para el siguiente día. Recordando el sacar dos de las boletas que tenía para que mi hermano mayor la firmase, con el inicio del segundo ciclo escolar de preparatoria nos pedían ingresar a un curso por lo que escogí el de costura.

Esa era una de las boletas que tenía que entregarle a mi hermano, podía decirse que era un tipo de permiso para que el tutor supiera que no volveríamos a casa a la hora habitual y la segunda boleta era la de mis calificaciones. El día que debían ser retiradas mi hermano no pudo asistir, por lo que unos días después la profesora me los entrego a mí.

-Hana la cena está servida, baja a comer por favor

Observe el reloj que tenía sobre la mesita de noche, había estudiado alrededor de cinco horas los temas introductorios que los profesores nos habían dado para que tuviéramos conocimientos de aquello que vendrían una vez regresáramos de vacaciones. Sabía que de mi grupo era la única que se tomó el tiempo de investigar cada uno de los temas y hacer apuntes de internet, pero no era algo que me importara ya que tenía conocimiento adelantado de lo que el profesor podría dar en su clase.

-¡Hanako! -volvió a llamar Yuzuha y por como lo había hecho solo debió acercarse a la escalera para hacerlo.

Coloque las boletas dentro de mi cuaderno de apuntes junto con un bolígrafo de los tantos que tenía en mi estuche. Cuando mi hermano llegara se lo entregaría para que los firme. Guarde mis audífonos en la gaveta y conecte mi celular al cargador, saliendo de mi habitación antes de que Yuzuha volviera a llamarme o viniera directamente a mi habitación a buscarme.

-ya estaba por irte a buscar -soltó al verme al inicio de la escalera- vamos, la comida se enfría

Baje cada uno de los escalones hasta quedar en el último que me permitió tener una mejor vista de la sala. Estaba hecha un desastre. Hakkai siempre movía los cojines del mueble y nunca los volvía a poner en su lugar, después se molestaba con nuestro hermano mayor por regañarlo cuando es él quien provoca su molestia. Acomode cada cosa que se encontraba fuera de lugar en la sala, sacudiendo mis manos al terminar. Ahora se veía mucho mejor que antes. Pasé al comedor donde ambos terminaban de organizar la mesa, al no necesitar de mi ayuda entre a la cocina para lavar mis manos.