𝗜𝗡𝗠𝗔𝗥𝗖𝗘𝗦𝗜𝗕𝗟𝗘 [ᴛᴀᴋᴀsʜɪ ᴍɪᴛsᴜʏᴀ x ᴏᴄ]

┣𝗣𝗿𝗼𝗹𝗼𝗴𝗼

El grito proveniente a las afueras del hogar Shiba alerto a la menor de la familia. Había estado gran parte de la tarde observando sus caricaturas favoritas luego de terminar con sus deberes escolares y hogareños que olvido por completo ser consciente de la hora en la que llegaría su hermano mayor. Apago la gran televisión que cubría gran parte de la pared de la sala, abrazando su oso de peluche para acercarse a la ventana y ver lo que estaba pasando.

Su hermano mayor venía en compañía de sus otros hermanos mayores.

Alejándose un poco de la ventana, antes de ser descubierta, pensó en las razones y acciones que debieron haber realizado sus hermanos para molestar al mayor de esa forma. Terminando por entrar a la cocina para servirse un poco de agua fría con hielo, encontrando aquel calendario de notas pegados en el refrigerador con un pequeño imán para evitar su caída.

Puertas abiertas

Eso apaciguaba sus dudas al imaginar que su hermano no iba del todo bien en sus materias al igual que su hermana. A diferencia de sus hermanos, ella mantenía excelentes calificaciones y nunca mantuvo problemas con algún tema o con un profesor. Cada que había puertas abiertas en su escuela su hermano era recibido con halagos al ser una de las mejores estudiantes del curso.

A pesar de que tenía seis años, casi los siete, era consciente de muchas cosas en su familia. Especialmente del trabajo al que su hermano mayor se sometía para velar por ellos tres y que así no les faltara nada, por esa razón siempre buscaba tener todo en perfectas condiciones para que su hermano mayor no se esforzara y pasara más trabajo del que ya estaba teniendo. Sin embargo, se cuestionaba mucho el por qué sus otros dos hermanos no ponían de su parte en absolutamente nada de lo que se les ordenaba, principalmente su hermano.

Termino el envase de los hielos colocando los últimos en su vaso para volver a llenarlo de agua. Antes de retirarse de la cocina, saco el banquillo que tenía para alcanzar en el fregadero, llenando el envase para volver a guardarlo en la nevera. Los gritos cada vez se escuchaban junto a la puerta de entrada, por lo que se apresuró en acomodar todo para irse a su habitación. Cada que pasaban esas cosas su hermano mayor le ordenaba retirarse a su cómoda para no presenciar sus peleas. Estando a punto de subir el primer escalón la puerta principal se abre dejando en su campo de visión a sus tres hermanos mayores.