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Sunghoon estaba acompañando a Sunoo a su hogar pues no quería arriesgarse a que el chico de antes le molestara de nuevo.
Sunoo estaba bastante sonrojado, recordaba el beso una y otra vez y eso no le ayudaba en nada para calmarse.
— Lo siento por aquel día en que tiré tus cartas, hasta a mí me dolió pero me dejé llevar por mi "amigo". — Sunghoon volteó su rostro mirando hacia Sunoo para que supiera que lo decía de corazón. — Yo enserio lo siento.
— No te preocupes, ¿Me dolió? sí pero eso no hizo que te quisiera menos y puedo hacer más cartas con más sentimiento en ellas. — Sunoo volteó su rostro conectando la mirada con Sunghoon mientras le dedicaba una sonrisa sincera.
Sunghoon sonrió con un leve sonrojo y en un abrir y cerrar de ojos ambos llegaron al hogar de Sunoo.
— Gracias por acompañarme, aunque no hacía falta. — Sonrió viéndose más adorable de lo que ya era.
— No me podía arriesgar a que a mi pequeño le pasara algo. — Guiñó su ojo dándose cuenta que había provocado un sonrojo muy notorio en el otro.
— R-Regresa bien a tu casa, cuídate. — Trató de sonar seguro pero los tartamudeos siempre estaban.
— Cuidate tú igual, te quiero. — Ambos sonrieron en grande y se despidieron moviendo sus manos en signo de despedida.
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