Ultima Milla

Capitulo 1

~¿Estás bien Henry?.-

¡No siento la pierna!-...~

Un pelinegro despierta agitado, sentándose a la vez que sujeta firmemente su pierna derecha. Su pecho se infla y desinfla rápido, mientras se seca el sudor de la frente.

Henry ¿Te encuentras bien?- pregunta un hombre calvo acercándose de entre los árboles con una escopeta entre las manos.

Si hermano, solo tuve una pesadilla.- responde el pelinegro, quitándose de encima las cobijas que conforman su pequeña cama donde acampaba.

El sol saldrá en un par de horas ¿Te quedas despierto para que yo pueda dormir?- pregunta el moreno calvo dejando la escopeta contra un árbol para rascarse la nuca.

Claro.- responde el hermano mirando la cicatriz de una mordida en su tobillo.- Fred ¿Viste algo durante tu vigilancia?.- pregunta colocando sus manos en el suelo para levantarse.

Hay carroñeros, calculo que a unos 3 kilómetros, se pueden ver sus luces desde la colina; los he vigilado toda la noche, en la mañana hay que rodearlos, seguir al norte para entregar la recompensa e informar del movimiento de estos, a Cecile no le gustará que se acerquen a su poblado.- responde este tomando la escopeta y entregándosela a su hermano.

Los tendré vigilados, descansa.-

Las siguientes 4 horas pasaron calmadas, no se vió a ningún muerto caminando, ni algo peor, como un grupo de carroñeros; humanos viles que solo roban a los grupos pequeños provisiones y las intercambian con los poblados grandes de sobrevivientes.

El hombre calvo abre los ojos y se levanta de un salto, estira sus brazos, hace un par de sentadillas para estirar sus piernas, y vuelve al suelo en posición de lagartija, para comenzar a hacer flexiones.

No entiendo cómo tienes tanta energía si dormiste poco más de 4 horas.- dice Henry acercándose entre los arboles, quitando las ramas de estos con la escopeta.

Es el entrenamiento militar.-responde a secas.

Ya lo sé, pero no entiendo cómo haces mil lagartijas como maníaco cada mañana.- Henry se acerca a su mochila y saca una lata de frijoles, observando detenidamente la fecha de caducidad.

Estamos en medio de una situación demasiado grotesca como para mantener una resistencia baja y una alimentación a base de frituras y soda.- responde Fred haciendo un gran énfasis en sus últimas palabras, puesto que se escucha el sonido de una bolsa de frituras proveniente de la mochila de su hermano.

Bueno, no todos podemos darnos el lujo de ser personas saludables y sentir felicidad a la vez.- dice el pelinegro esbozando una gran sonrisa sacando las frituras de su mochila, luego se acerca a la fogata que lograron mantener viva toda la noche, para colocar una pequeña olla y comenzar el cocinado de sus frijoles.

Henry, esas cosas están comenzando a correr más rapido.- agrega Fred, volteando su cuerpo y comenzando a hacer abdominales.- el coche iba a 90 kilómetros por hora y casi nos alcanzan.

Yo creo que era tu imaginación por la adrenalina.- responde Henry sentándose con sus frituras en mano para ver a su hermano hacer su ejercicio.

Sigue alimentandote mal, y serás comida de infectado, no importa si tú eres invulnerable, te comerán vivo.-

Son solo celos porque tú no eres invulnerable.- dice Henry mirando la mordida de su tobillo..

No sabemos si lo soy o no, no soy tan estúpido como para ser mordido.- termina de hacer sus abdominales y se levanta como nuevo.- muy bien, voy a ir levantando el campamento, hay que tomar camino con Cécile.

Henry se queda mirando su tobillo y frota su muslo, buscando una sensación en el, pero era lo mismo de cada mañana, nada. Fred lo mira con detenimiento y suspira.

¿Aún sigues sin sentir la pierna?- pregunta el moreno.

En las noches suelo tener la sensación del dolor intenso que tuve cuando me mordieron, pero usualmente, nada.-

Dale tiempo, el que te duela y no seas uno de ellos, debe ser una buena señal.-  responde Fred y se aleja.

Dos horas después, los hermanos se encontraban caminando por el bosque en silencio, este no era tan denso así que la luz que se filtraba a traves de las hojas de los árboles era la suficiente para ver un panorama rico en vegetación, con arbustos llenos de bayas, árboles pequeños, y hasta ocasionalmente con la presencia de algún qué otro roedor.

El invierno caerá en un par de semanas.- dice Henry acomodándose su chamarra pues el aire era algo fresco.- ¿A dónde iremos?

Bueno, teníamos un plan ¿No? Conseguir arreglar un vehículo e ir hacia al norte.- responde Fred tomando una bolsa y acercándose a un arbusto para extraer las bayas.

¿Ir hacia el frío? ¿Por qué no vamos hacia el sur?-replica Henry esperándole.

Tal vez el frío los haga más lentos, además, podemos revisar la única base militar a la que nos hace falta echar un ojo.- Fred cierra la bolsa llena de bayas y la guarda en su mochila.

Fred, han pasado dos años, ellas no van a estar ahí.- dice Henry seriamente mientras toma del hombro a su hermano.

Yo, lo sé, lo sé, solo quiero tener un poco de esperanza, últimamente he soñado con Lisa y...- es interrumpido

Basta, solo te lastimas, tenemos que afrontar que ellas ya no existen.- responde Henry mirando a los ojos a su hermano, cuando de la nada el silencio del bosque se llena de gritos agudos.

¿Un infectado?.- Pregunta Fred comenzando a apuntar a todos lados.

Nunca he escuchado un infectado gritar de ese modo.- responde Henry y comienza a correr en dirección de los gritos.- Debe ser una chica.

¡Henry!- Le sigue su hermano y al alcanzarlo lo intenta detener tomándolo del hombro.- Aunque sea una mujer, no podemos ser unos justicieros.

No podemos dejar que una persona muera.- dice Henry parándose.

¡Mira a tu alrededor Henry! Todos ya están muertos, todos quienes nos importaban, todos.- responde Fred totalmente seco en esas últimas palabras.- Si es una chica, es carnada de infectado, o está siendo asesinada por los carroñeros, sobrevivir lo es todo, vámonos de aquí.

Nuestra humanidad, nuestra humanidad es lo que estás sacrificando al dejar morir a una persona.- responde  Henry y Fred lo mira a los ojos firmemente.- Si no vienes conmigo, iré sólo. - se da la vuelta y retoma la carrera.

Está bien está bien. - suspira el calvo siguiendole.- Pero iremos a checar esa base militar ¿Quedó claro?

Está bien.