- Tenemos que ir con Cecile...- dice Henry mientras caminan por el bosque, él, su hermano, la chica pelirroja y el hombre barbon.
- ¿Quién es Cecile?- pregunta el hombre barbon.
- ¿Quiénes son ustedes?- replica la pregunta Fred recargando balas a su escopeta.
-Mil disculpas, soy el Doctor en Neurociencia Sirius y ella es mi sobrina Sophia.- responde el hombre de la barba rascando la misma y la chica observa el suelo con la mirada vacía, aún en shock.
- Soy Fred, y el idiota es Henry.- dice el calvo colgándose la escopeta.
- ¡Oye! Fui valiente al...- Henry es interrumpido.
- Fuiste idiota e impulsivo.- Dice Fred con seriedad apurando el paso, mirando a unos metros el final de esa sección del bosque.
- Y lo agradezco mucho, ambos los agradecemos mucho, casi nos fusila ese loco.- Menciona Sirius sacudiendo el polvo en su chamarra mientras salen a una pequeña parcela.
- ¿Quién era el loco?- pregunta Henry.
Saliendo del bosque se encuentra una ladera y bajo esta una parcela no muy extensa, en medio de ella un asentamiento, en el centro una casa muy ogareña, cómo de un rancho y al rededor muchas cabañas de madera hechas con una infrastructura muy rudimentaria, a diferencia de la casa central. Habían corrales y sembradíos aunque por la época se veían muy escasos. En lo más lejano y ya donde se veía que iniciaba de nuevo el bosque, había un pequeño lago.
- Bienvenidos al Rancho Norton, hogar de la no muy gentil Cecile.- Dice Fred mirando al frente.- Es buena persona, pero no tolera a los idiotas, así que tengan cuidado o no dudará en patearles el trasero.
- Ya me golpeó en una ocasión.- Dice Henry tocando su barbilla recordando una buena paliza, sintiendo sus bellos a medio rasurar.
El pequeño grupo baja a la entrada, que era una puerta enorme de madera; el rancho se encontraba rodeado de un gran muro hecho de puros troncos, muy resistente a cualquier tipo de ataque. La puerta es abierta, y unos guardias catean a los cuatro, dejándolos pasar sin problema puesto que conocían a los hermanos.
- ¡Cecile!- grita Fred sonriendo pues a unos cuantos metros, en la entrada de la casa central, se encuentra una señora muy canosa, delgada, con gafas para mejorar su vista y un machete semi-oxidado en su mano.
- ¡Fred, cariño mío!- Cecile se cuelga el machete en su cinturón y camina al grupo con los brazos abiertos.- ¿Qué te trae por aquí?- Llega y estrecha entre sus manos a Fred.
- Que gusto verte Cecile.- dice Henry y la señora se separa del calvo.
- Así que no te han matado, Henry.- replica la señora con frialdad.- Y no olvido que me debes una caja de munición que aún no pagas.
- Tenemos malas noticias.- interrumpe Fred.
- Síganme.- dice Cecile y todos caminan hacia la casa, entrando y moviéndose al sótano.- Bienvenidos a la base de operaciones, primero díganme quienes son los nuevos.
Sirus, Doctor en neurociencia.- dice el hombre barbon con seriedad.
Supongo que sabes medicina general.- replica Cecile y Sirius asiente con lentitud.- Atraparon a Jonathan hace tres días, nuestro médico, los carroñeros... ¿Y la chica?
Es mi sobrina.- responde el barbon.
Sophia... Me llamo Sophia.- dice un poco bajo pero no por pena, sus ojos parecen agotados y aún asustados.
¿Y a ella que le pasó?.- pregunta la anciana sacando una pequeña barra de chocolate de una de las gavetas de su escritorio.
Tuvo un día muy largo Cecile.- responde Fred mientras la señora le entrega el chocolate a la chica.- Sería mejor que Henry los lleve a conocer el pueblo y le enseñe dónde pueden quedarse.
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Ultima Milla
General FictionDos hermanos se cuidan las espaldas durante la caída del mundo a causa de... ¿esporas, un virus, alienígenas?~ El mundo no sabe que causó que la gente muerta volviera a caminar, pero algo saben perfectamente, los mounstros no son aquellos que te qui...