Capitulo IV: La puerta.

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Deidara estaba tranquilamente en su habitación, acababa de terminar de limpiar su habitación haría apenas unos minutos, estaba tumbado en la cama, mirando el techo, en busca de grietas o simplemente en busca de algo que le hiciera distraerse y que hiciera que el tiempo pasara más rápido. Entonces alguien tocó a la puerta de su habitación, el rubio se levantó de la cama y se acercó a la puerta para después abrirla y ver quien era.

- Quería hablar contigo.

Deidara lo vio de arriba a abajo, desde su pelo negro, su cara tapada con una máscara naranja con varias espirales que nacían en el hoyo que tenía la mascara en su ojo derecho, hasta pies pasando por su ropa, se dió cuenta de que no llevaba la capa de akatsuki ni un anillo, así que no podía ser de la organización.

- Hm... Que quieres? - dijo el rubio apoyándose en el marco de la puerta.

- Ya te lo he dicho - dijo cambiando su tono de voz a uno más grave y serio.

- Quiero hablar contigo.

El rubio estaba un poco confundido y a la vez molesto, que hacia el ahí? Quién era? Como es que estaba en la guarida si no era un miembro de la organización? Por que quería hablar con el? No lo había visto antes, o eso creía el.

- Hablar de que? - dijo el rubio con un tono un poco más serio y frunciendo el ceño.

- De cosas... - dijo mientras se acercaba a Deidara haciendo que este último retrocediera.

- Por qué te acercas a mi? - dijo molesto mientras seguía retrocediendo.

- Por qué haces tantas preguntas sempai?

- Por qué quiero saber, de que me conoces? Quién eres? Vas a responder - antes de que pudiera responder a la frase el del pelo negro le había empujado hacia la cama.

- Sempai... Callado se ve más lindo... - dijo mientras tumbaba totalmente a Deidara en la cama.

El rubio estaba muy molestos y a la vez confundido, no le daba respuestas, además de que estaba demasiado cerca de el y eso no le gustaba lo más mínimo.

- Alejate de mi! - dijo mientras pateaba el aire intentando pegarle al del pelo negro.

- Sempai... Si no se porta bien tendré que castigarle... - dijo acercándose a la oreja de Deidara.

- No me llames así!!

El rubio siguió lanzando patadas, pero no conseguía pegarle, entonces intentó pegarle un puñetazo para quitarle la mascara pero el del pelo negro le paró antes de que pudiera llegarle a tocar.

- Sempai... Mi paciencia tiene sus límites... Y no creo que quiera descubrir de lo que soy capaz de hacer si se me agota la paciencia... - dijo mientras presionaba el brazo con el que Deidara le havia intentado pegar contra la cama.

- Que es lo que quieres?! 

- Por fin lo preguntas sempai... - dijo entre risas.

- Quiero... Lo mismo que ayer...

El rubio se quedó sorprendido, sin darse cuenta y sin poder evitarlo un par de lágrimas brotaron de sus ojos y cayeron a las sábanas. "Lo mismo de ayer"? Con eso se refería a lo que sufrió ayer? A ese dolor que tuvo que soportar? Esos pensamientos no dejaban de pasar por su mente y no le traían más que malos recuerdos de lo sucedido que le hacían llorar más.

- Fuiste tú el que me hizo eso?! Fuiste tú el que me hizo eso ayer?! - dijo entre lágrimas y con cara de enfado.

- Te dije que - antes de que pudiera terminar la frase Deidara le había dado un rodillazo en la entrepierna haciendo que se quedara inmóvil por el dolor.

El rubio aprovechó para quitárselo de encima y para poder levantase de la cama, salir de la habitación corriendo. Sus lágrimas aún seguían brotando de sus ojos por los recuerdos del día anterior, no quería que eso se repitiera, de ninguna manera. Empezó a correr por los pasillos en los que estaban las habitaciones de los demás miembros de la organización hasta encontrar el cuarto en el que tenia en la puerta un símbolo de un escorpión rojo, entonces miró a su alrededor en busca del de el pelo negro y al ver que no estaba entró en la habitación usando una llave que tenía y al entrar volvió a cerrar. 

- Sasori... No tardes... - susurró el rubio a su alrededor.

Se acercó a la cama y se sentó en ella mirando a su alrededor en busca del interruptor para encender la luz y después de unos momentos lo vio al lado de la puerta y a decir verdad, el no tenía ganas de levantarse y acercarse a la puerta solo para encender la luz, así que el se levantó de la cama y se acercó al escritorio para encender la lámpara que había y entonces pudo ver una pequeña fotografía enmarcada en un marco de madera clara con dos personas en ella, no, dos adultos, uno de ellos una mujer, esta tenía un bebé en brazos el cual se parecía al hombre que tenía al lado, ya que tenía el mismo color de pelo. Agarró la foto para contemplarla mejor se quedó viendo hasta el último detalle de la fotografía, la manta que cubría al bebé, la aldea en la que estaban, la ropa de los adultos y no pudo dejar de mirarlo por un rato, "será Sasori y sus padres, de cuando el aún era un bebé..." pensó.


Entonces oyó unos pasos fuera de la habitación, no tardó mucho en dejar la foto boca abajo en el escritorio y apagar la lámpara de nuevo para después esconderse debajo de la cama esperando que el que estuviera abriendo la puerta no fuera el enmasc...

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Entonces oyó unos pasos fuera de la habitación, no tardó mucho en dejar la foto boca abajo en el escritorio y apagar la lámpara de nuevo para después esconderse debajo de la cama esperando que el que estuviera abriendo la puerta no fuera el enmascarado de pelo negro. Pasaron unos segundos y escuchó como se abrió la puerta, pero tardó unos segundos en cerrarse, entonces escuchó unos pasos que se acercaban hacia donde estaba el, pero desde donde estaba no podía ver quien era sin que esa persona le descubiera antes.

Los pasos pararon y no podía controlar su respiración o los latidos de su corazón, cada vez estaba más nervioso, los pasos no seguían, estaba seguro de que fuera quien fuera que estuviera ahí ya sabia que Deidara estaba debajo de la cama.


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Bueno, hata aqui el capitulo de esta semana, el viernes que viene publicaré otro.

Os agradeceria mucho si comentarais o votarais la historia, ya que me da ganas de seguir escribirndo.

Adios, cuidense mucho.

Algo que olvidar (sasodei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora