El pelirrojo se encuentra sobre el rubio, a escasos centímetros de su cuerpo delgado y delicado, que a veces le recordaba al de una mujer con algunas pequeñas diferencias que le hacían ser tan especial y peculiar para el Akasuna.
– Tu vas a responder ahora a mis preguntas –dijo acercándose más al oído del rubio provocando así un gran sonrojo en toda la cara de el último haciendo que le cubriera así toda la cara, de una oreja a otra, pareciendo así un tomate.
– E-es-está... b-bien... –dijo el rubio entre tartamudeos y con bastantes nervios por la proximidad a la que se encontraba de él el pelirrojo era casi como tenerlo tumbado encima de él.
El pelirrojo alejó su cara de la oreja del rubio para así poder apreciar mejor el sonrojo que cubría toda la cara de este, al verlo una sonrisa maliciosa quedó dibujada en su rostro haciendo que el rubio sintiera como un escalofrío le recorría por todo el cuerpo.
— Ahora dime Deidara...
El pelirrojo dijo eso mirando al rubio con la misma sonrisa en su rostro, pero esta vez acercándose un poco a la cara del rubio viéndolo solo a escasos centímetros de distancia pudiendo sentir la respiración alterada del rubio, podía ver como este no dejaba de ponerse más y más nervioso con cada movimiento o con cada palabra del pelirrojo, lo que simplemente le encantaba inexplicablemente, hacerle sentir así de nervioso.
—Q-que quieres? –dijo con una voz temblorosa el rubio.
El Akatsuna cambió su cara a una un poco más seria, frunció un poco un ceño y borró su sonrisa para después acercarse a la oreja del rubio.
—Por qué tocaste mis cosas sin mi permiso? –dijo el pelirrojo con un tono serio y un poco molesto.
El rubio miró como pudo al pelirrojo cambiando su expresión a una de sorpresa sin perder su sonrojo que seguía cubriendo toda su cara sentía como el pelo corto del pelirrojo podía acariciar su mejilla provocando así unas leves cosquillas en la mejilla del rubio haciendo que a este le dieran ganas de reír que intentó encubrir cubriendo su boca con sus dedos. Antes de que pudiera hacerlo el pelirrojo le agarró de ambos brazos por las muñecas y le hizo apoyar los brazos en la cama impidiendo que los pudiera levantar y hacer cualquier moviendo con ellos. El rubio se sorprendió ante la acción del pelirrojo, nunca antes había visto a su maestro de esta manera, solía ser más calmado, nunca antes lo habías tenido sobre el y sobretodo de esa manera, estaba muy confundido pero a la vez nervioso. Entonces el pelirrojo volvió a mirar al rubio a los ojos para así poder ver todo el rostro de este, viendo sus ojos azules delineados, sus labios rosados y carnosos, sus mejillas rosas cubiertas por el sonrojo que el había provocado, aún que no quisiera admitirlo, sabía que su compañero era arte, puede que el más bello arte que hubiera contemplado con sus ojos. Entonces el rubio le miró a los ojos y abrió ligeramente la boca para pronunciar algunas palabras.
—Y-yo...–dijo con un hilo de voz–Siento haber tocado tus cosas...El pelirrojo le miró a los ojos y en su rostro se dibujó una sonrisa maliciosa que tan nervioso ponía al rubio.
—Eso ahora no importa... –dijo con una voz tranquila para después acercarse de nuevo a la oreja del rubio y susurrarle - Pero igual me las vas a pagar por eso...
Un escalofrío recorrió todo el cuerpo del rubio al oír lo último que dijo el pelirrojo, por qué sabía que lo más probable era que se fuera a arrepentir de haber tocado sus cosas por la forma de pagárselo wue le exigirá el pelirrojo.
– C-co-como te lo pagaré? –dijo el rubio entre tartamudeos a la vez que intentaba desviar la mirada hacia otro lado.
El pelirrojo le alejó de su oreja y tomó al rubio de la barbilla llamando así la atención de este consiguiendo que le mirara para entonces sonreír, pero esta vez no era una sonrisa maliciosa, era una sonrisa un tanto amable, haciendo que el rubio se relajara un poco y se quedara viendo al pelirrojo, este último libró a Deidara de su agarre de las muñecas que le tenía agarrado de hace un rato.
- Me lo pagarás... Pero algún día... En otro momento - dijo el pelirrojo.
El Akatsuna agarró un mechón del pelo del rubio y empezó a jugar con el, entrelazando sus dedos en el, admirando cada pequeño detalle de su pelo con una pequeña sonrisa. El sonrojo en la cara del rubio iba desapareciendo poco a poco, pero no desapareció del todo. Pasaron así un largo tiempo pero el de ojos azules no dejaba de estar nervioso por la proximidad de su compañero, podía sentir la respiración de este ultimo, apreciaba cada detalle del rostro del pelirrojo, no podia evitar perderse en esos ojos que tenía, no podia evitar sonreír cuando el sonreía, era algo inevitable para el en ese mismo momento, aún que siguiera nervioso a la vez se sentía tranquilo, era algo que el rubio no lograba entender.
A Deidara nunca le gustó que le tocaran el pelo, pero sin embargo había algo que hacía que le gustara que el pelirrojo le acariciara el pelo y que jugara con el, cosa que si hubiera echo otra persona tal vez le hubiera molestado. El pelirrojo seguía jugando con el pelo de su compañero, de vez en cuando sonreía ligeramente haciendo que el rubio le devolviera la sonrisa.Pudieron pasar así diez minutos, pudieron haber pasado una hora, puede que incluso hubieran pasado dos horas, pero ninguno lo supo ya que ambos perdieron la noción del tiempo en ese rato que pasaron sin intercambiar una sola palabra, solo un silencio y a veces pequeñas caricias del pelirrojo en la mejilla del rubio haciendo que este último sonriera.El pelirrojo se acercó al rostro de su compañero para poder darle un pequeño beso en la mejilla y luego se sentó en la cama. El de ojos azules se sentó a su lado y desvió su mirada hacia el suelo buscando en su mente un tema de conversación o algo que decir para romper el silencio ya que este se volvió incómodo. A pesar de estar pensando en algo para decir no se le ocurrió nada para poder hablar sobre ello, solo se le ocurría hablar sobre el verdadero arte, pero aún así sabía que solo les bastaría para poder discutir sobre eso como unos diez o quince minutos hasta que el silencio volviera a inundar la habitación por otro largo tiempo.
–Oye Deidara, hay algo que quería decirte desde hace tiempo...–dijo el pelirrojo rompiendo el silencio.°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•Gracias por el apoyo que le dan a esta historia, de verdad los amo mucho me encanta que me apoyen con esto por qué así sé que lo que hago está bien echo y le gusta a alguien.Siento por no actualizar por un mes entero, es que tuve muchos exámenes que hacer y trabajos entonces no tuve mucho tiempo para escribir, pero ahora que se acerca navidad intentaré escribir y actualizar más seguido.Muchas gracias por leer y nos leemos a la próxima ^^
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Algo que olvidar (sasodei)
أدب الهواةDeidara, el más joven del akatsuki ha sufrido algo que quiere e intenta olvidar, su compañero Sasori le ayudará con eso o por lo menos le ayudará y le dará apoyo siempre que lo necesite.