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NIVEL QUINCE: NEO ZONE

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LA CIUDAD

HENDERY Y CHENLE

> El obstáculo eran sus miedos más profundos; Hendery lo supo de inmediato después de ver lo que parecía algo que solo aparecería en un delirio, y se negó a creer que fuera real.

"En realidad no es real", señaló Chenle mientras se escondían entre dos edificios. La comisura de su boca se crispó divertido mientras veía a Hendery hundirse más en las sombras del callejón. "Todo esto es un gran sueño, ¿recuerdas?"

Los ojos de Hendery le arrojaron dagas. "¿Eso explica cómo todavía podríamos ser asesinados por esas cosas? Solo porque este es un gran sueño, ¡No me arriesgare a enfrentarme a esos... esos monstruos!"

"Son ranas, Hendery..."

Y las eran. Realmente lo eran. Anfibios verdes y marrones del tamaño de caballos se manifestaron en el juego como producto de uno de los peores temores de Hendery. No podía ser más ridículo para Chenle, quien tuvo que calmar la hiperventilación de Hendery.

"Tienes tanta suerte de que encontré esta pistola", dijo, palmeando dicha arma a través del bolsillo de sus pantalones. "O te habrían devorado como una mosca en este momento".

"Lo que sea. Escondámonos hasta que se vayan."

terminaron haciendo exactamente lo contrario, con Chenle insistiendo en que tenían que salir de la ciudad si querían continuar en paz. Hendery se mostró reacio, pero no tenía otra opción.

Estaban agachados detrás de un carrito de comida, los pasos resonantes de las criaturas que los pasaban lentamente. Era demasiado lento para Hendery, que no quería nada más que estar muy, muy lejos de ellos.

"Pasemos al otro carrito de comida", susurró Chenle. Miró el portal al final de la calle, un resplandor pequeño y tenue tomando la forma de una estructura china. Miró alrededor del carro y vio que la cabeza de la rana se volvía hacia otra parte, por lo que hizo un gesto para que Hendery se moviera con él.

El hombre mayor estaba en clara angustia; Chenle pudo ver las manchas oscuras en sus axilas. "Esto va a tomar una eternidad ..."

"Sí, porque tienes demasiado miedo de moverte..."

"Cállate, Chenle. No entiendes esta fobia."

"Tienes razón, no lo hago. Son ranas, por el amor de Dios... quiero decir, sé que son, tipo, devoradoras de hombres o lo que sea, ¡pero son ranas!"

Hendery suspiró y empujó ligeramente el hombro de Chenle. "Hey. No estás ayudando en absoluto."

"¿Yo? ¿No estoy ayudando? Literalmente te estoy sacando de aquí".

Hendery no dijo nada más. Se estaban moviendo lentamente hacia la siguiente cubierta cuando una de las ranas dejó escapar un graznido y Hendery se quedó paralizado en su lugar.

En una posición en la que no podía decir nada, Chenle lo apuro frenéticamente. Hendery dudó en moverse, pero cuando lo hizo, pisó por error una botella de agua, aplastandola. El sonido crujiente que emitió casi hizo que sus almas abandonaran sus cuerpos.

Chenle se dio la vuelta para mirar por el lado de la barrera de la carretera detrás de la cual se escondía. Pará su consternación, uno de los anfibios estaba mirando hacia ellos.

HENDERY GANÓ VELOCIDAD (3MIN)

> Chenle se dio la vuelta y Hendery ya no estaba con él.