Al acostarme a su lado
deslicé mi cabeza sobre su pecho.
Nido cálido al abrigo del viento.
Lecho donde reposan mis sueños.
* * *
El corazón de ella soñó ser ave…
posándose sobre una gran higuera
donde tuvo una visión.
Sus ojos fueron testigo del principio,
lo más oscuro de lo que sería la humanidad.
El ave con su llanto parió un río de lágrimas,
corriente que se elevaría hacia las estrellas.
Cuando cesó este llanto ella retornó al polvo
y el mundo fue creado.
* * *
Suaves latidos me despertaron del letargo,
como el paso de una estrella por los cielos
pude sentir su piel derritiéndose sobre la mía.
Pero… en su mirada llueve.
Las gotas llenan el cuenco de sus ojos,
luces los atraviesan tornándose borrosos,
con las pupilas dilatadas cedieron sus párpados
y el cuenco desbordó hacia dentro.
* * *
Desde mi pecho oprimen las palabras…
ascienden y devoran parte de mi garganta
arrasando la pregunta que nunca formulé.
* * *
En violenta calma ruge
lo que su corazón le develó
y hoy le ha sido devuelto.
Retornando al eterno lazo
dejamos correr sangre por la herida.
Al sonido de un batir en vuelo
nace el viento que esperaba por el alba,
donde esa fuente de magia y deseo
se consume y desangra en cascada
hasta fundirse en río.
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El tintero de un escritor frustrado
PoesíaNo he podido escribir más. Hay algo en mi cabeza. Hay algo que se rompe. No sé. No he podido escribir más. Y los poemas me odian. No sé. Pero lo sé. Soy un enigma. No lo voy a resolver. Tan solo pienso plasmar aquí. Todo lo que siento.