CAPÍTULO 6.

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Han pasado dos semanas.
Cada vez estoy más unida a Janette, es cómo una hermana para mi. Me siento completamente feliz cuando estoy con ella, y a mi madre le agrada esto. Aunque aún sigo estando un poco deprimida, así que Janette me propuso salir de fiesta el sábado por la noche a una nueva discoteca llamada Vitta, y yo por supuesto, acepté porque no sé decir que no a nada.
Espera... NO TENGO ROPA PARA LA FIESTA.
Bueno tal vez vaya esta tarde al centro comercial, sólo me quedan dos días.
Llegó la tarde y dí un par de vueltas mirando los escaparates, la verdad nada me convenció.
Hasta que en la última tienda de la última planta ví un vestido ajustado, me encantó.
Entré en la tienda y lo ví de mas cerca, era un poco caro pero eso no importaba. Aunque más me encanto el dependiente que me estaba mirando, sonriendo con cara de idiota.
-Pruébatelo, te quedara genial. El vestido digo...- dijo el dependiente.
-Buena idea- dije con una voz tímida.
Salí del probador, el vestido me favorecía mucho, me marcaba bien las curvas. Él, me miró con una cara de asombro y...
-wow.
Yo le dirigí una media sonrisa, y al fin entré al probador y me volví a poner mi ropa.
Fuí a pagarlo y mientras el dependiente le quitaba el antirrobo, no me dejó de mirar sonriendo.
-Me puedes llamar Dan- me dijo metiendo el vestido en una bolsita rosa.
Yo me reí y me dirigí a casa.
Llegó el sábado, y no tenía ganas de salir... Lo dudé mucho, estaba triste recordando unos momentos determinados... No pude evitar romper a llorar, y de momento escuché la voz de Janette, susurrándome que todo estaba bien, nos pusimos a fumar en el jardín, mirando hacía el cielo.
Llegó casi la hora de la fiesta, el tiempo pasó volando, mirando las nubes y relacionándolas con caras de famosos.
Mierda. Mis ojos, ¿qué hago? No puedo ir así, dios mío.
Intenté disimular mis ojos, medio cerrados y rojizos, con sombras, eye liner, rímel, pero aún se notaba un poco.
Llegamos a la discoteca y fuimos a la barra después de haber estado mirando por encima el ambiente que había.
Giré la mirada y era él. Dan, estaba justo a mi lado.
-Te queda genial el vestido- me dijo susurrandome al oído.
Yo sonreí, Dan me gustaba y cómo tampoco quería ser muy brusca ni lanzada, le prupusé ir a bailar, y él accedió con la cabeza.
Empezamos a hablar, y cómo estabamos un poco intranquilos por toda la gente que había, me cogió de la mano(cosa que me encantó) y nos dirigimos a un sofá rojo, un poco pequeño, pero cabíamos.
Noté como cada vez se acercaba más a mi, hasta que su mano fué deslizándose por mi pierna.
Me puse muy nerviosa, y... le besé.
Él me cogió de la cintura mientras yo apretaba su cuello, y lo acercaba más hacía a mi.
Lo sé, es una locura. No lo conocía ni de dos días, pero me derretía cuando me miraba.
Me apuntó su número y me despedí de él con un apasionado beso.

Pensamientos suicidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora