[Por: un ☽︎☂️𝓗𝐚ᵈ𝐚 𝓘ᵐ𝒶𝐠𝒊ⁿ𝐚ʳ𝐢𝒶☂️☾︎ ]
Cegados por prejuicios y malentendidos, dos magos se la viven peleando sin falta alguna, sin embargo, cuando se dan cuenta que las consecuencias de su guerra es un monstruo (literalmente) se ven en la ne...
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—Malditos bastardos ¡¿cuántas veces les he dicho que no peleen?!
Aquella voz retumbo en el lugar, con un tono tan alto y molesto, que se sentía que estuviera en todas partes, pues sin importar donde estuvieran, aquellas palabras se escucharon claramente.
De entre el humo y fuego, una figura descendió, con una vestimenta que hacía notar su alta clase social.
El misterioso hombre caminó entre lo que eran escombros de piedra, y partes mutiladas de plantas, además de líquidos de dudosa procedencia.
—Mingyu y WonWoo, salgan de donde sea que estén, a menos que quieran que yo vaya por ustedes— amenazó al no encontrar rastros de los causantes de aquel desastre.
Ambos magos poco a poco se dejaron ver, cada uno salió de una dirección contraria.
Mientras WonWoo tenía unas notables orejas de gato a la vista, con múltiples raspones, ropa rasgada, manchas color verde por partes de su cuerpo y un cristal de sus redondos lentes roto, Mingyu no estaba tan diferente, pero a diferencia, su piel seguía siendo azul por el hechizo del azabache, aunque ya no tenía la figura de un globo, pero en su lugar, su pelo quedo verde, y tenía una mano con la apariencia de una de águila.
Ambos se posicionaron con la cabeza gacha delante del recién llegado. Que inmediatamente les dio un fuerte golpe en sus cabezas, ganándose un quejido y muecas de dolor por parte de los afectados.
—Pero JiHoon hyung ¡él empezó!—se quejó Mingyu señalando a WonWoo.
—¡¿yo empecé?!— grito indignado el azabache —quiero recordarte que tú eras el que estaba molestando con lo de que tus estúpidas margaritas se marchitaron y me echaste la culpa ¡no me importan en lo absoluto tus malditas flores!— contratacó enfurecido y cada vez acercándose más al moreno.
—Bueno, no marchitaste mis margaritas ¡pero si me quemaste mi jardín! ¡además de que lo único estúpido aquí es tu feo cuervo!
WonWoo exclamó ofendido y enojado a la vez —¡No metas al señor Abrazos en esto tonto árbol parlante! ¡El es más inteligente que tu en mil años!
Así, otra vez, ambos magos comenzaron a discutir, ignorando completamente la presencia del bajito, quien molesto porque aquellos dos no se comportaban, se masajeo su ceño fruncido y sacó su varita mágica.
Esta era azul claro con dorado, lo que combinaba perfectamente con su vestimenta, no era ni brillante ni oscura, estaba en un punto medio perfecto.
Lanzó un hechizo justo antes de que WonWoo se le lanzara encima a Mingyu para arañarlo, provocando que los mencionados sientan un doloroso y rápido choque eléctrico que les robo parte de su vitalidad.
—¡JiHoon!— reclamó WonWoo con una mano en su pecho y estabilizándose por el hechizo —recuerda que soy tu maldito hyung.
—Tu...— habló Mingyu con la respiración entrecortada, intentando formular una oración —no le hables así— intentó golpearlo, pero el hechizo también le quitó su fuerza, y aquel golpe quedó tan débil como la caída de una hoja.
