05/10/2017
Fiorella.
Despierto exaltada con la persona que se lanza a mi cama abrazándome como si su vida dependiera de ello.
―¡Hola! ¿Me extrañaste, Fiore? ―pregunta Stella Hamiltón, mi hermana.
―¡Stella! ¿Cuándo llegaste? ¿Por qué no me avisaron que vendrías? ―pregunto emocionada de que esté aquí, ya que hace unos meses se fue de vacaciones a Hawaii con mi tio.
―Llegué hace una hora, mira que bien me sentó el sol de las playas de Hawaii― se levanta para poder verla y tiene razón, se ve hermosa, es casi igual a mi, con la diferencia de que ella tiene los ojos marrones y yo negro― Y ve si te levantas son las diez de la mañana.
Reviso mi móvil que está en la mesita al lado de mi cama y tiene razón, son las diez de la mañana, me levanto de la cama y voy hacia el baño para hacer mi rutina dejando a Stella en la cama usando su móvil. Salgo después de veinte minutos y ella ya no está en mi habitación, peino mi cabello y bajo hacia el comedor donde encuentro a mis padres y a Stella comiendo.
―¿Por fin decidiste acompañarnos en el desayuno, Fiorella? ―pregunta mi madre.
―Siempre los acompaño pero como nunca estás en las mañanas aquí.
―Mide como me hablas, Fiorella, soy tu madre. ―dice seria.
―Pues comportate como tal.
―Bueno ya, vamos a desayunar en paz. ―se mete Stella.
Mi madre opta por callar y terminar su desayuno, mientras yo solo bebo jugo de naranja.
―Stella ya estás inscrita en la preparatoria que queda a quince minutos de aquí, empiezas el lunes de la próxima semana. ―comenta mi padre.
―Bueno, ya se acabaron las vacaciones. ―lloriquea ella.
Ellos hablan de cosas triviales mientras yo opino de vez en cuando ya que la mayoría del tiempo ando pensando en varias cosas a la vez. Cuando ya terminamos de desayunar mis padres se van a su trabajo y Stella va a su habitación, yo voy a la sala y prendo mi computador para ver más videos de artes, me encanta, estaba tan concentrada viendo que no me di cuenta que ya pasaron dos horas y es hora del almuerzo. Llamo a Stella para hacer la comida entre las dos, ya que solo cocinamos para nosotras porque nuestros padres comen en su empresa.
―¿Qué haremos? ―pregunta Stella.
―No tengo idea, ¿Qué quieres comer? ―cuestiono.
―¿Y si mejor pedimos comida china y hacemos un pastel?
―Primera vez que tienes una buena idea, tonta. ―le digo mientras voy por mi móvil para hacer el pedido.
Nos ponemos manos a la obra para hacer el pastel, mezclamos la harina y todos los demás ingredientes, una vez lista la masa voy a prender el horno para meter el pastel pero suena el timbre de la casa y recuerdo que es la comida china que ordené, dejo la masa en la cocina y voy a recibir la comida.
Dejo todo el pedido en la mesa del comedor y voy a la cocina para poner el pastel en el horno de reojo veo a mi hermana metiendo el dedo en la mezcla, hago como que no la he visto y provoco un ruido que la asusta.
―El repartidor ya trajo la comida. ―le digo mientras veo como ella "disimuladamente" se limpia la boca con las manos.
―¿Si? Que bueno. ―desvía sus ojos al suelo.
―No disimules, tonta, ya vi que te estabas comiendo la mezcla.
―Bueno, es que está muy rica, no me culpes. ―se encoje de hombros con descaro.
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La chica de la cafetería.
Подростковая литератураJake, un chico de 20 años que trabaja en una cafetería para poder estudiar derecho, la carrera de sus sueños. Fiorella, una chica millonaria que busca en qué enfocarse para poder resaltar por sus propios méritos y no por los de sus padres. Un pequeñ...