CAPÍTULO UNO: JOO HWANG

741 50 26
                                    

   NUEVA YORK 

JENNIE

Desesperación, era todo lo que podía sentir en este momento. Llevo conduciendo alrededor de media hora por una solitaria calle lejos de la gran manzana con el único sonido de las sirenas de las ambulancias y el tránsito a lo lejos. Debo decir que estoy asustada y creo que mi compañera en el asiento del copiloto también.

­­­­—¡Maldita sea, Jisoo, solo estamos dando vueltas en círculos! —dije con desesperación.

—¿Yo qué? Tú eres la que está conduciendo, además nada de esto hubiera pasado si no fuera por tu estúpido novio —Jisoo exclamó enfadada.

—Olvídalo —dije más calmada.

Era verdad, no tenía por qué hablarle así a Jisoo, todo es culpa mía, además, yo estoy conduciendo su Lexus IS blanco porque insistí en hacerlo.

—Puedes revisar en el celular dónde carajos estamos, ¿por favor? —traté de sonar lo más amable posible.

—Si te acuerdas de que mis cosas incluyendo mi celular se quedaron en el auto de tu noviecito porque se supone que nos iríamos con él, ¿no? —dijo la pelinegra con voz irónica.

—Bien, ¿puedes revisar en el mío?

—Muerto.

—¡Quién!

—Tu celular, idiota.

Claro, es Jisoo, ya debería acostumbrarme a sus bromas incluso en situaciones como estas.

A los pocos segundos detuve el auto porque ya no soportaba conducir sin saber a dónde iba, si termino con la poca gasolina que nos queda, sería nuestro fin.

—Jennie, ¿Qué vamos a hacer ahora? —Jisoo preguntó.

—No sé, todos piensan que estamos tú y yo con Kai y los demás celebrando su cumpleaños en su nuevo departamento, porque se supone que eso haríamos —dije molesta al recordar todo lo que había pasado hace unas horas.

—No puede ser —a Jisoo se le empezaba a ver inquieta.

No podía perder más el tiempo en ese asqueroso lugar y me dispuse a abrir la puerta del auto, pero Jisoo me sostuvo del brazo cuando estaba a punto de salir.

—¿Qué crees que haces? —me miró confundida.

—¿Tú qué crees? No voy a quedarme ni un minuto más sin hacer nada, debemos pedir ayuda a alguien.

Ya estaba con un pie fuera del auto.

—No, no, ¿crees que estamos en Corea? Esto no es ni como en nuestro vecindario, si sales no puedo imaginar lo que te puedan hacer, Jennie, y la verdad no podría defenderte, es más, si me hacen algo a mí, tú no podrías defenderme. Oh, Dios, estamos jodidas —Jisoo exclamó jalándose el cabello con frustración.

Dios, está chica no ayuda, está exagerado.

—Bien, me quedo aquí —cerré la puerta del auto con resignación.

No solo lo hice porque ya me estaba dando dolor de cabeza escucharla sino porque por lo poco que abrí la puerta del auto noté los olores desagradables que procedían de la calle, ahora sin duda este lugar se ha ganado el primer puesto de los peores lugares en mundo en los que he estado.

—Creo que lo que debemos hacer es quedarnos aquí, es más seguro.

—No lo sé, Soo, ¿Y que si nos quedamos dormidas y algo nos pasa en la madrugada, tu auto llama mucho la atención y si alguien lo nota no tardará en sacarnos de aquí y llevárselo y con suerte no nos hacen nada a nosotras.

PLAY WITH FIRE | JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora