PLAY WITH FIRE | JENLISA

CAPÍTULO 14: REGALO

Acompañen su lectura con esta canción cuando inicie el flashback.

LISA

No dejo de pensar en el beso.

 Al principio me sentí mal por haberlo hecho. Sin embargo, no siento que estemos enojadas ni nada similar, es como si solo hubiera pasado y ya. Sé que me dije a mí misma que trataría de no involucrarme más con la castaña, pero después de esto, ya no estoy muy segura de qué hacer.

—Mueve ese trasero, Louis, si quieres trabajar con nosotros —anunció Rosé.

Estábamos recibiendo mercancía importante en el almacén, para ser más exactos, droga que procedía de Colombia y México ya que ambos países nos ofrecen producto de calidad.

Louis es el nuevo chico que Rosie había reclutado para trabajar con nosotros. Por ahora, está a prueba ya que no aceptamos a cualquiera en la organización, menos a niños de 17 años.

—¿En qué dices que eres bueno, chico? —le pregunté al joven Louis.

—Soy hacker, jefa —dijo derecho.

Un hacker quizá no sirva mucho en combate físico, pero tener uno siempre es buena idea.

—Bien, deja eso ahí y ven aquí —le señalé con el dedo y obedeció con ligero miedo.

—Por ahora no quiero que trabajes en esta área, si eres un nerd de las computadoras, te asignaremos una tarea especial.

—Gracias, jefa. No le fallaré —dijo un poco más calmado.

—Rosie se encargará de ti.

El chico parece obedecer mejor a Rosie, dejaré que trabaje para ella. Aunque sé bien que lo va a presionar demasiado y le exigirá mucho trabajo físico, sobre todo para aprender a defenderse, es lo que siempre hacía con todos y muchos no aguantaban el entrenamiento. Que Dios lo cuide.

—Listo, Lisa. La mercancía está completa —llegó a decir Lucas.

Ya ha pasado una semana de no ver a Jennie y a Jisoo, las nuevas actividades que me correspondían por mi nuevo ascenso eran demasiadas, pero no me quejaba, no tengo otra opción. El Jefe, después de mucho tiempo, me está dando la oportunidad de crecer y de estar cada vez más cerca de mi objetivo.

Cuando Rosé y yo ya estábamos en el departamento y a punto de irnos a dormir, dos toques se hicieron sonar en la puerta, me dirigí a ella y la abrí.

Solo encontré una caja roja de regalo en el piso y una nota en ella. La recogí y volví a entrar.

—¿Qué es eso? —preguntó Rosé acercándose.

—No lo sé, estaba afuera.

—Parece un regalo, y ahí dice que es para ti —señaló la tarjeta.

Comencé a abrir la caja con cuidado. En el interior había una tela negra de terciopelo, al parecer cubriendo algo más.

Mis ojos se abrieron el doble cuando vi que la tela cubría una 9mm plateada; era brillante y parecía que valía una fortuna por los detalles personalizados en ella.

—¡Wow, quién te regaló esa hermosura! —Rosé exclamó con emoción.

Era sin duda hermosa, tenía incluso mis iniciales en ella: L.M.

—Lee la nota —comentó Rosé.

Abrí la pequeña tarjetita y empecé a leer.