𝐸𝑙𝑙𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑟𝑎́ 𝑚𝑒𝑗𝑜𝑟 𝑐𝑜𝑛𝑚𝑖𝑔𝑜, 𝑒𝑙𝑙𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑟𝑎́ 𝑚𝑒𝑗𝑜𝑟 𝑐𝑜𝑛𝑚𝑖𝑔𝑜, 𝑒𝑙𝑙𝑎... ___, 𝑦𝑜 𝑡𝑒 𝑝𝑟𝑜𝑡𝑒𝑔𝑒𝑟𝑒́, 𝑦𝑜 𝑙𝑜 ℎ𝑎𝑟𝑒́... 𝑁𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑚𝑎́𝑠...










-¡Oi, ___! ¡¿Dónde estás?!

-¡Aquí estoy Saida-san!-grito ___ alzando la mano, sonriendo como siempre.

-Acompañame, necesito que me ayudes, te probraras algo, es de halloween-dijo la pelirroja arrastrando a la menor y llevándola al salón correspondiente.

-¡Pero no soy buena con estás cosas, dile a alguien más, soy pésima para lo de halloween!-se quejaba la menor de las dos, ya que no quería ayudar a Saida con su disfraz.

-Shhh... Cállate, solo es cosa de que te lo pruebes, no irás a pasarela, ridícula-hablo la de cabellos rojos checando que más le faltaba al traje.

-Por cierto, ___, Mitsuya me mandó un mensaje, me dijo que vendría más tarde, esta ocupado, me dejó a cargo, ya sabes.

-¿Lo hizo? Es raro, digo, el nunca le dejaría su trabajo a nadie más, aunque a mi me mandó un mensaje diciendo que ya venía, la verdad se me hace extraño-dijo un tanto extrañada de que su pareja dijera cosas como esas, más que le dejara el trabajo a alguien más.

Pasaron los minutos y por fin el traje estaba hecho, solo faltaba el maquillaje, pero ese ya se lo haría Saida cuando lo luciera para la casita del terror que organizó su clase.

-Oye, ___ ¿Quieres ir a ver cómo va todo lo que hemos planeado para la casita de terror de halloween?

-Uh, sí, supongo, no tengo nada que hacer y me da curiosidad-dijo casi sin interés, pero en su tono se notaba un poco la curiosidad que tenía.

-¡Te aseguro que está a toda madre! ¡Le pusimos mucho empeño, queríamos algo realmente terrorífico! Y bueno... Siento que si lo estamos logrando-dijo tan emocionada que sentía que su corazón se saldría de su cuerpo.

Cuando finalmente llegaron al lugar un olor desagradable se asomo, junto con un líquido en el suelo.

-Vaya...-dijo tapándose la nariz ___, que se esforzaron bastante, da muy mala espina esto, sobre todo el olor, el líquido y ese maniquí colgando.

-Pero... Saida-san, este líquido también es pegagoso, ¿Qué líquido es? ¿Uno especial? ¿Dónde lo consiguieron?-pregunto mas sorprendida ___.

-¿Qué? ¿De qué maniquí hablas? Nosotros no colgamos ningún maniquí, al menos no me di cuenta de que lo hicieron, tampoco sobre el olor y el líquido-decía mientras se acercaba a ver el maniquí colgado.

Mientras ___ exploraba más, se alarmó por el grito de su amiga, cuando se dió la vuelta para verla se sorprendió al verla tirada en el suelo llorando.

-¡Saida! ¡Saida-san! ¡¿Qué te pasó?! ¡¿Qué pasa?! ¡¿Por qué gritas?!-pregunto tomando del hombro a su amiga.

-E... Es... ¡Eso no es un jodido maniquí, es alguien real, es alguien de verdad! ¡Y el líquido de antes es sangre!-gritaba llorando aún más.

-¿Ah? ¿Qué quieres decir? ¿Me estás gastando una tonta broma? No me la creo... Pero cálmate, a ver... Respira profundo, 1... 2... 3...

Mientras ___ ayudaba a su amiga no se daba cuenta de que alguien la observaba a lo lejos en la oscuridad, esos ojos con mirada intensa, llena de celos, odiaba que alguien más tocará a su preciada ___, mataría a cualquiera por ella.

Cuando finalmente se logró calmar Saida, decidieron llamar a la policía, cuando iban directo a hacerlo, un cuchillo fue lanzado a dirección de ellas, quedó pegado en la pared, al parecer el cuchillo tenía sangre, ambas chicas corrieron, pero ___ tropezo con algo, cuando se fijo que era, vio una cabeza de un compañero, al tiempo se dió cuenta de toda la sangre y cuerpos destrozados que había.

-¡Oye, ___, levántate, no nos podemos quedar aquí, hay un asesino!

-Pe... Pero... Pero Saida-san, me lastime el tobillo, me duele, no podré cor...

-¡Agh, joder, joder, joder, yo te llevaré!-dijo para luego subirla a su espalda.

Y así, Saida llevando a ___ en su espalda, con el miedo corriendo a mil por hora, llegaron al salón donde vio a sus compañeros descuartizados, cabezas por aquí y por allá, mutilados, era todo un masacre, Saida estaba paralizada, con la cara pálida y lágrimas recorriendo sus mejillas.

Con mucho cuidado salieron del salón al no ver a nadie, ningún maestro o maestra, ninguna autoridad, volvieron al lugar, llevando con ellas algo con filo para defenderse, escucharon un ruido extraño y se alarmaron, ambas tomándose de la mano.
En algún punto se separaron y cada una iba a un rumbo, iba anocheciendo, todo estaba oscuro, las únicas luces eran de los postes alumbrando, era un escenario tenebroso, ___ estaba sola y temblando del miedo, solo llevaba con ella unas tijeras grandes filosas.

Cuando finalmente Kazutora estaba por salir de su rincón y estaba por acercarse a ___, se alarmó al escuchar unas voces que no conocía del todo, sí, del todo, pues el sabía perfectamente con quién se juntaba su querida ___, con quien hablaba, a quien le caía mal, sabía todo de ella.

-¡___-chan! ¡¿Estás aquí?! ¡___-chan!-gritaba una voz desconocida.

-¡S-si! ¡Aquí estoy, ayúdenme!-grito como pudo, su voz se quebraba y no podía evitar querer llorar.

-Santo cielo, ___, cariño, me alegra tanto haberte encontrado, mi vida, no sé que haría sin ti, ¿Estás lastimada? ¿Te duele algo? ¿Sabes dónde está Saida? ¿Qué fue lo que pasó?-preguntaba Mitsuya preocupado.

-___-san... Su ropa... Su ropa está llena de sangre, como su cara y manos...-dijo un chico con una expresión de terror.

Al final de buscar a Saida la encontraron, estaba refugiándose en el club de cocina, dónde habían más cosas para defenderse.

Al los siguientes días nadie fue a la prepa, estaba en investigación, no habría clases hasta que resolvieran el caso.

-___, cariño, perdóname por haberte dejado sola, lo siento tanto, si no te hubiera dejado sola, me arrepiento tanto, por favor perdóname-decia Mitsuya frente a ___ cabizbajo tomándola de las manos.

-No, no es tu culpa, así que por favor, deja de disculparte, el seguramente lo hubiera hecho igual, si no hubiera matado a los alumnos y alumnas, me habría secuestrado o habría hecho otra cosa-dijo quitando una mano y levantando su cabeza para que la mirara.

-Solo se que fue Kazutora... Yo lo ví, lo ví a él, pude reconocerlo, su silueta y esos ojos, llenos de locura, celos, posesión, era completamente aterrador, sentía que iba a morir, está tan loco, temía por mi vida, por la de Saida-san y la tuya, temía que algo podría hacerles-dijo mirando hacia el suelo con tristeza.

-Tranquila, eso ya pasó, todo ya paso, no volverá por aquí, estás a salvó, te protegeré-decia con una sonrisa tranquilizadora, el sabía que así calmada a su amada novia.










Kazutora se fugó, al saber que lo buscaban por lo que había hecho salió corriendo y se escondió, todos pensaban que había huido, que estaba lejos y ya no les atormentaria, pero no era así, estaba más cerca, mucho más cerca de lo que podrían pensar, aunque seguía observándola desde lejos en la oscuridad...

𝐴𝑙𝑔𝑢́𝑛 𝑑𝑖𝑎... 𝐴𝑙𝑔𝑢́𝑛 𝑑𝑖𝑎, 𝑚𝑖 𝑝𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜𝑠𝑎 ___, 𝑎𝑙𝑔𝑢́𝑛 𝑑𝑖𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑟𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠, 𝑣𝑖𝑣𝑖𝑟𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑓𝑒𝑙𝑖𝑐𝑒𝑠, 𝑠𝑜𝑙𝑜 𝑡𝑢 𝑦 𝑦𝑜, 𝑛𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑚𝑎́𝑠, 𝑠𝑜𝑙𝑜 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑙𝑜, 𝑣𝑒𝑛𝑑𝑟𝑒́ 𝑝𝑜𝑟 𝑡𝑖...

𝐘𝐚𝐧𝐝𝐞𝐫𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora