深 ¡𝗯𝗲𝗯𝗲 𝗵𝘂𝗲𝗻𝗶𝗻𝗴𝗸𝗮𝗶! ─ sookai

﹒ " ✶ ˖ capítulo tres ۫

―Hueningie no me muer... ― Muy tarde ―¡¡Eish!! ¡¡Kai!! ― Limpió el hilo de baba en su mejilla con el puño de su buzo.

Kai carcajeó y llevó su pequeño puñito a la boca.

Al bebé le gustaba estar con Soobin, besar sus pálidas mejillas y apuchurrarlas entre sus manitas como solo un bebé podía hacerlo.

―Shoonbi~

―No, no. Es Soobin, Hueningie... Soo-bin, repite conmigo: SOO-BIIN

―Shoon-biiii ― Repitió carcajeándo, dejando ver su rosada encía, donde parecía asomarse su primer dientito de leche.

Soobin suspiró al saber que sería imposible hacer que el bebé pronuncie su nombre correctamente.

―Hueningkai... ― Las manitas del bebé tomaron sus mejillas ―Uh, no. Dejash de hacersh esosh ― El bebito comenzó a jugar con sus labios, riendo cuando los apretaba demasiado y se arrugaban.

―shoonbi ― Repetía una y otra vez el bebé, totalmente encantado.

Soobin finalmente se recostó sobre el colchón de la cuna, y dejó que el bebito haga lo que quiera con su rostro. Pero Kai solo escaló lo suficiente para quedar encima del niño y apoyar su cabeza en el pecho del mayor, bostezando y quedándose dormido al escuchar los latidos tranquilos de su corazón.

Soobin se aseguró que el bebé no cayera y apoyó su mano contra su espaldita, dando pequeñas palmaditas, justo como hacía la Señora Huening cuando era hora de que Kai se durmiera.

Soobin suspiró. Hueningkai era muy tierno, un bebé demasiado tierno y con lindas mejillas, ¡Claro que sí!.

Pero también, siempre que podía, lo mordía y babeaba, lloraba cuando no estaba cerca e incluso tiró los cabellos de su hermano Jungkook, totalmente celoso al ver como ambos hermanos jugaban. La cosa sucedió cuando, Jungkook, en determinado momento terminó cargando a Soobin en sus brazos mientras le hacía cosquillas; y Hueningkai, al ver aquello, gritó totalmente enojado y se removió de los brazos de sus padre para gatear hasta Jungkook y darle dicho tirón de pelo y gritarle indignado. ¡Hueningkai era un bebé salvaje!

Pero de igual forma, aunque tratara de ocultarlo, adoraba a ese bebé. Y, a decir verdad, cuando no estába con Kai; lo extrañaba. Extrañaba esas mordidas y babeos, o esos intentos que hacia para hablarle, balbuceandole puros "gu gu, shoonbi, gu gu" mientras le enseñaba algún juguete o simplemente solo quería hablarle.

Y así como Hueningkai lo celaba de su hermano mayor, el lo hacia de Jung Hoseok. Un niño, también de su edad, que los visitaba algunas veces y robaba toda la atención del bebito. Hasta él mismo se sorprendió cuando soltó un pequeño gruñidito ―como esos que su padre soltaba cuando otro Alfa miraba mucho a su mamá― solo porque Hoseok había abrazado al bebé y pellizcado su mejilla con cariño.

Soobin se confundía y no entendía por qué se sentía de esa forma. Pero de lo que sí estaba seguro era que protegería al bebé de todo aquel que lo haga llorar o le diga cosas malas.

Entre tantos pensamientos, Soobin inconscientemente abrazó al bebé más fuerte contra su pecho, sin llegar a hacerle daño, y se quedó profundamente dormido.

NaRa ingresó a la habitación de puntitas, se aseguró que los dos niños estuvieran correctamente tapados y luego sacó su celular para tomar fotografías.

―¿Otra vez? ― Preguntó su esposo, entrando al lugar mientras negaba y se posicionaba a un lado de su Omega
―Deja de sacarles tantas fotos, cariño. Admito que se ven muy tiernos así pero... ¿No crees que ya tienes suficientes?.

―Es solo que...― Suspiró y apoyo su rostro contra el hombro de el Alfa
―Quiero guardar cada pequeño recuerdo que pase antes de que... De que volvamos a Estados Unidos. Y sé que faltan unos años, pero... Me gustaría... Ya sabes, tomar bastantes fotografías para que nuestro NingNing pueda recordar.

―Ahora que lo pienso, siento que nuestra partida no será una buena idea ― Susurró el señor Huening, inclinándose más contra la cuna y acariciando los cabellos de su cachorro ―Nuestro hijo tiene una enorme conexión con él... ¡Apenas si logramos que Soobin vuelva a dormir en su casa!.

La unica forma que lograron para que el bebé se calmara, era con una prenda cargada del suave aroma de Soobin.
A pesar de que el niño, en sí aún no tenia un aroma propio, el bebé pareció reconocerlo y se durmió con la prenda arrugada entre sus puñitos, muy cerca de su pequeña nariz.

―Sí... También lo pensé ― Ambos adultos suspiraron al mismo tiempo ―Pero nuestro regreso a Estados Unidos es inevitable.

―Igualmente, contamos con la ventaja de que aún son pequeños. El dolor de la separación no será tanto ahora que cuando ambos ya estén presentados ante los ojos de la Diosa Luna.

Y así, ambos adultos abandonaron la habitación, sin saber las consecuencias que traerian sus futuros actos.

Puesto a que la conexión que ambos niños tenían era mucho más compleja de lo que todos pensaban. Sus lobos, a pesar de ser tan solo unos cachorros, ya se habían reconocido como pareja y sus almas solo estaban esperando el momento correcto para enlazarse.

La Luna ya había bendecido aquella union, y mucho antes de que exista lazo alguno.