𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐎𝐎𝐍 𝐀𝐍𝐃 𝐈𝐓𝐒 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐒. ━ Sunoo. ✓

━━━ 𝗘𝗣𝗜𝗟𝗢𝗚𝗨𝗘.

Había aprendido que las cosas llevan tiempo y que no todo aparece cuando queremos sino cuando más lo necesitamos.

Los chicos habían aparecido en mi vida en ese momento en el que me estaba resignando a pasar mí adolescencia sola, estando a un paso de caer de lleno contra la soledad y consigo, en un montón de cosas más que ahora me da miedo mencionar, pero habían llegado a mi vida como un rayo de luz inesperado y me habían hecho sentir lo que tener una verdadero amigo significaba, más allá de todo lo superficial de la palabra podría representar, ellos eran reales y no había un día en que no me sintiese contenta de tenerlos a mi lado.

Si, hubo un tiempo en el que me sentí sola tanto que comenzaba a entristecerme acostada en mi cama y las ganas de salir de dónde me encontraba siempre me afectaban. En ese entonces consideraba que yo era el problema, quizás era un tanto aburrida para las personas con las que quería llevarme, después de todo no teníamos ni siquiera gustos similares. También pensé en que podía repeler a las personas y eso me hizo sentir mal, a nadie le gusta sentirse de esa forma y que mi mente me hiciera esa mala pasada, haciéndome pensar que yo era el problema, había terminado por derrumbarme completamente; me había resignado a solo contar con mi hermano y mi madre, después de todo las personas parecían aburrirse o molestarse con mi presencia, o en todo caso, tampoco me notaban cuando estaba en algún sitio.

Pero desde que ellos entraron a mi vida solo pude sentirme como cuando está nevando y sientes frío, pero hay un rayo de sol que te ilumina y te da calidez. Con ellos logré comprender tantas cosas a la vez y es que no era yo el problema y no eran los demás tampoco, simplemente mi momento, el momento en el cual debía deslumbrar sobre las luces de la cuidad no había llegado y no había tenido mi oportunidad de mostrarme ante los demás, siendo realmente quien era y dejando de lado la timidez que siempre me abrumaba al conocer a personas nuevas.

Ahora los tenía a ellos, tenía a Riki que me hacia reír con sus cosas, que me sacaba canas cuando debía explicarle química y que me llevaba galletas cuando su madre compraba. Tenía a Jungwon que me decía malvada cada que tenía oportunidad y que se metía con mi estatura sin miedo alguno, el mismo que se reía de los chistes malos que solía contar y tenía a mi Sunwoo, tenía a alguien que en algún punto de nuestra historia había considerado un amigo y que ahora podía decir que había pasado de largo a mi corazón, instalándose en él para no abandonarlo en un largo tiempo, cada que podía me recordaba que era bonita y que siempre me recibía con una sonrisa sin importar absolutamente nada.

Ahora tenía a mis tres chicos y estaba feliz con ellos.

Había aprendido tanto con ellos como de ellos y viceversa, habíamos avanzando y sobre todo habíamos forjado una amistad que cada día se volvía más fuerte a causa de nuestras interacciones. Estaba feliz y era feliz, ellos eran lo que siempre había esperado, los amigos que siempre había deseado tener para reír a carcajadas en las buenas y llorar en las malas, para apoyar hasta en las cosas mínimas y brindar un hombro en dónde poder llorar. Estaba feliz, porque tenía tres amigos maravillosos que valían por mil  y uno de ellos sentía por mi lo que yo por él, aumentando la dosis de dopamina que sentía en mi cuerpo cuando estaba con ellos.

En estos momentos es cuando me daba cuenta que mamá siempre había tenido la razón, solo debía esperar, porque ahora yo no era solo luz de luna.

Ahora era la luna y tenía a mis estrellas conmigo.