Capítulo 26

49 4 0
                                    

En aquel entonces, cuando Alma Toran estaba sufriendo a causa de la traición de uno de los suyos, una luz de colores había protegido a algunos ciudadanos para convertirlos en pequeñas mariposas de diferentes colores. Al principio, muchos se asustaron por ello pero mientras mas presenciaban aquel suceso, mas se acercaban a las luces multicolores para ser convertidos en mariposas.

Ninguno de los que estaban luchando entendían lo que ocurría pero el ver como unas pequeñas esferas de luces se acercaban tanto a los demás como a ellos, les daba cierta curiosidad pero no desconfianza, es mas, sentían la necesidad de ser alcanzado por esos ¨seres¨. El primero en ser tocado por esas esferas fue Amon, quien sintió una corriente cálida por todo su cuerpo, como si de un manto suave de seda blanca lo acariciara y protegiera, sin embargo, a parte de sentir esa paz, sintió como si su fuerza y poder fue mayor de lo que él tenía.

En segundos todos sintieron esa misma sensación, ganando tantas fuerzas como protección, que dejó descolocada al traicionero del grupo, pues no sabía de donde había salido y no sabía de que trataba; mas a lo lejos, vio como un peliceleste, mas conocido como Salomón, sonreía con satisfacción y seguridad, lo cual solo la molesto de sobre manera al no saber el porqué de su felicidad cuando aquello estaba pasando frente a sus ojos.

Cuando estaba por reaccionar, unas esferas fueron con todo contra su persona, provocando que fuera lanzada a metros de donde estaba inicialmente. Algo anonada, presenció el como las esferas se juntaban para dejar ver a una persona con unas grandes alas blancas con las puntas de diferentes colores, vestida de un simple pero elegante vestido blanco que parecía a la antigua Grecia, un cinturón dorado decorado de muchas estrellas bronce, unos zapatos dorados con cintas doradas, unos brazaletes dorados, una corona que asemejaba a los rayos del sol al amanecer o atardecer junto a unas flores magnolia blancas que quedaban hermosas con la cabellera morada larga, y un velo algo transparente pero de igual forma no dejaba ver el rostro de la desconocida.

-----: No permitiré que hagas daño a nadie más, por ello, esto termina aquí...

Todos los ciudadanos ya formaban parte del rukh brillante y colorido que se iban a diferentes direcciones para luego desaparecer de la nada y no volver, mientras que la traicionera estaba sumida en su confusión y rabia, la recién llegada emitió una onda fuerte al aplaudir, haciendo que todos los djinns que aun estaban de pie desaparecieran, dejando solo a ellas dos en aquel lugar que estaba a segundos de desaparecer para siempre. Aunque la extraña había hecho aquello, había llegado tarde y se estaba culpando por ello, pero esto era lo menos que podía hacer.

-----: Te lo advierto: si nos llegamos a ver en otra vida, me encargaré de ti y no volverás a salirte con la tuya, nunca mas... -desaparece en un destello.

A pesar de que la traidora lograra su cometido, aquella persona junto a sus palabras o advertencia le había dejado mal gusto en la boca, pues tal parecía que esa no la dejaría actuar libremente de nuevo; pero lo que mas le cabreaba era el hecho de no saber la identidad de esa desconocida, hasta que el rukh negro le contesto: se llama Adhara.

Volviendo a la actualidad, Gyokuen estaba que echaba humos de la rabia, pues había estado a su lado, hablando, alabando y hasta rogando por la atención de quien era su mayor enemiga y hasta verdugo, y recién ahora se enteraba de ello y del hecho que la contraria siempre lo supo.

Gyokuen: Quien lo diría, la mismísima Adhara ha vuelto a aparecer ante esta situación, viejos recuerdos, ¿no?

Yuna: Si, pero con la diferencia de que, esta vez... -sonríe de lado- no soy la única que te odia y busca acabar de una vez contigo y tus planes atroces.

Los hermanos Kou salieron de su sorpresa cuando la joven empezó a caminar hacia donde estaban los demás, mas en cada paso que daba, unos destellos coloridos empezaban a rodearla de los pies a la cabeza, confundiendo tanto a los hermanos como al dúo de amigo, mas Yunan solo sonreía, pues ya la había conocido unos meses antes y había supuesto que aquella niña no era alguien normal.

Al llegar hasta ellos, las luces se dispersan de golpe, dejando ver el mismo vestuario que una vez usaba cuando estaba en el Alma Toran, con la diferencia de que no tenía aquel velo y el hecho de que nadie de los presentes la habían visto con aquel atuendo ni alas.

Gyokuen: -furiosa- Eso lo confirma todo, eres aquella entrometida del Alma Toran...pero no lo lograras, yo venceré...

Yuna: -mira hacia el rukh negro- Una vez me dijiste que querías que estuviera a tu lado porque sentías que yo formaba parte de Alma Toran y podía ser tu aliada...

Todos se sorprendieron ante aquella declaración de la fémina, en especial Aladdin, Kouha y Kouen; Aladdin por no darse cuenta de ello, Kouha por enterarse que los djinns y ella venían del mismo lugar, y Kouen por enterarse que aquella cría que siempre ignoraba o simplemente nunca la veía por estar ocupada por sus deberes siempre estuvo a su alcance y tenía información sobre ese otro mundo.

Yuna: -sonríe ladinamente- Pero tal parece que te tomaste a la ligera mi advertencia y el hecho de no saber de lo que, en realidad, soy capaz de hacer...

La mujer frunció su seño irritada y furiosa, todo estaba yendo bien hasta que esos dos aparecieron para arruinarle sus planes, mas notó que ellos dos ni se habían hablado, por lo que significa que, en realidad, no estaban aliados del todo, a saber porque.

Gyokuen: Pues entonces... -sonríe sádicamente- veamos lo que supuestamente eres capaz...

Yuna: -levanta su cabeza segura- Te arrepentirás...

Magi: The Labyrinth of MagicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora