Capitulo 9

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Yuna lo pensó y miro a su costado, donde se encontraba el Magi oscuro y volvió a mirar a Aladdin.

Yuna: si!!…me voy contigo...joven Aladdin....

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Yuna agarró la mano del peliceleste para subir a la alfombra pero luego recordó de sus pertenencias y soltar la mano del chico para ir a traer sus cosas.
El chico al principio pensó que no lo acompañaría pero esa idea se desvaneció al ver a la pelimorada subir a la alfombra con una pequeña bolsa y su espada.
Él elevó su alfombra y rápidamente se dirigieron a el reino de Sinbad.

Yuna: muchas gracias joven Magi, de ahora en adelante estaré en deuda con usted-hace una leve reverencia sentada en su lugar-
Aladdin: no hay de que...y no me llames así porfavor…-por su frente cae una gota estilo anime-
Yuna: entonces, joven?
Aladdin: no...
Yuna: señor?
Aladdin: aún no llegó ni a los quince...-sonrie nerviosamente-
Yuna: maestro?
Aladdin: ...no...
Yuna: amo?
Aladdin: …tampoco…
Yuna: mayor?
Aladdin: …ni pensar…
Yuna: entonces como desea que lo llame, joven Magi?
Aladdin: Aladdin...dime Aladdin...
Yuna: Aladdin-sama...
Aladdin: ...no...
Yuna: Aladdin-senpai?
Aladdin: …n-no…-se sonroja levemente-
Yuna: Aladdin-san? Aladdin-kun?
Aladdin: nunca has quitado las formalidades no?-nuevamente por su frente cae una gota estilo anime- solo...Aladdin...
Yuna: si así desea... gracias por al verme salvado, Aladdin...-sonrie levemente-

El chico al ver el rostro de la chía sonriendo con su cabellera pelimorada flameando, su blanca piel vendada con telas blancas, su suave, corto, sencillo y blanco vestido con tirantes anchos y sus ojos morados siendo iluminados con la luz de la luna; le hicieron que se volviera un tomate, era un ser hermoso a su vista, un ser que tenía su misma edad y del cual lo protegería hasta morir.

Aladdin: de nada, además...de ahora en adelante...siempre te protegeré-agarra suavemente la mano de la chica llevándolo a su rostro y la besarla-

Yuna se sorprendió por tal acto pero no le desagradó ni reaccionó, es más, hasta por un segundo pensó en algo más.

Yuna lo miraba fijamente, notando las fracciones de su rostro, contemplando su larga cabellera celeste trenzado hasta las puntas, la sencilla pero comoda vestimenta del mismo, sus grandes ojos celeste mirando al horizonte y detenerse en los labios carnosos del chico, del cual, según ella, sabrían a dulces.

Ella sacudió su cabeza por tal idea, del cual la desconcertó. Ella nunca había sido así en toda su vida. Era algo nuevo para ella, del cual no quería perderlo.

Los dos jóvenes estaban confundidos, ellos no solían ser así, pero lo que ellos no sabían era que ellos no terminarían como amigos, sino como algo más.

Magi: The Labyrinth of MagicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora