❝ Dónde Minho pierde la memoria y Jisung es su ángel salvador ❞
→Historia de mi pertenencia.
→Prohibida la copia. Adaptaciones solo con el permiso de la autora.
→fluff | drama (?
→Minsung: Minho top, Jisung, Bottom.
➺ 𝑃𝑜𝑟𝑡𝑎𝑑𝑎 𝑦 𝑏𝑎𝑛𝑛𝑒𝑟...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jisung largó un suspiro, frustrado y asustado. Minho no volvía de la universidad, y ya era bastante tarde.
Se aprendió los horarios de su novio, más que nada para saber cuando empezar a cocinar o cuando pedir a tiempo una pizza, como suele hacer los viernes. Cuando se tardaba por alguna clase, siempre regresaba a las siete u ocho a casa, pero ya eran las diez y Jisung no paraba de temblar.
Temía que algo parecido a un golpe en su cabeza y que le haya provocado otra contusion que le provoque la pérdida de memoria, se repitiera. Sobre todo la historia de amor entre ellos dos.
Estaba inquieto. Caminaba de un lado a otro, pasaba sus pequeños dedos por su cabello, ya que le molestaba sobre sus ojos. Tenía su celular entre sus manos también, y lo revisaba a cada rato haber si Lee miraba sus mensajes o solo se atrevía a contestarle las llamadas, pero nada. Ya lo había llamado unas diez veces y no le contestaba, sumándole los treinta y cinco mensajes que le dejó.
Absolutamente nada.
No desconfiaba de Minho, no de su novio, pero su cabecita era insegura y esa idea de que él se haya ido con alguna chica o chico, estaba comenzando a crecer.
Pero no le dió tiempo a pensar en otra cosa cuando unas llaves se escucharon caer al otro lado de la puerta. Jisung corrió hasta allí y la abrió con desespero. Minho sonrió, como si nada hubiese pasado.
—¿Sonries? ¡¿De qué te ries Lee Minho?!
El nombrado largó un suspiro, queriendo saltear toda esta parte. Sabiendo perfectamente que se lo merecía.
—Déjame pasar y te explico, Jisunggie.
—No has visto ni uno solo de mis mensajes, mucho menos respondiste mis llamadas. Vuelves tres horas despues de lo normal, ¡y la comida ya se enfrió! ¿Y quieres que te deje pasar?
Las piernas del mayor temblaron y trago saliva, un poco asustado.
—¿No me dejarás pasar? —preguntó con algo de miedo.
—Vas a dormir con el gato de la señora Choi. Mañana hablaremos —sentenció y le arrebató las llaves de la mano.
—Jisung, sé que estás enojado pero... —le cerró la puerta en la cara.
Minho apoyó la frente en la madera oscura y fría, largando otro suspiro. Aún no sabía cuando sería el día en el que deje de hacer estupideces para que Jisung no tome estas desiciones. Ni tampoco sabia cuando Jisung dejaría de actuar exageradamente.
Sintió como algo olfateaba su pierna y que se colocó entre estas. Un gato de color gris y ojos sumamente preciosos lo estaba mirando y probablemente riendo. Minho echó otro vistazo al número de la puerta y dejó el lienzo colorido que traía en manos sobre la pared. Salió disparado hacía el lobby, encontrando al guardia de seguridad. No supo como, pero lo convenció de ayudarlo a subir por la escalera de emergencia, ya que no se permite las copias de llaves. Ni las personas subiendo esa escalera.